El 28 de julio la empresa Roca SA comunicó al comité de empresa que
había presentado en la administración un ERE de 713 despidos (el 25% de
su plantilla a nivel estatal) repartidos entre sus fábricas de Gavà,
Alcalá de Henares y Alcalá de Guadaira.
El 28 de julio la empresa Roca SA comunicó al comité de empresa que había presentado en la administración un ERE de 713 despidos (el 25% de su plantilla a nivel estatal) repartidos entre sus fábricas de Gavà, Alcalá de Henares y Alcalá de Guadaira.
Estos despidos se enmarcan dentro del ERE temporal aprobado en marzo de este mismo año y en el que ya la mayoría de trabajadores nos encontramos afectados. Todo esto obedece a una política muy definida de destrucción de empleo que la empresa está llevando a cabo desde hace siete años aproximadamente, desde que empezara con las prejubilaciones y EREs en las distintas fábricas del Estado y dentro de un periodo de boom económico y expansión de la empresa, tanto a nivel mundial como estatal. Por eso, enmascarar todo esto con la crisis es, cuanto menos, un ejercicio de cinismo. Incluso estos dos expedientes coinciden con la adquisición de una nueva fábrica en Egipto.
Es necesario desenmascarar a la empresa y denunciar la falta de transparencia con respecto a los datos económicos. No es creíble que en 2007 la empresa tuviera unos beneficios de 175,5 millones y en el 2008 nos quiera hacer creer que, con una reducción de ventas de un 4,5%, se conviertan en 95 millones de pérdidas; eso sin extenderme en el récord de beneficios que han obtenido en los últimos cinco años.
Tanto desde CGT-Roca como desde la Corriente Marxista El Militante se explicaba y avisaba sobre cuál era la verdadera intención de la empresa, agudizándose si cabe con el ERE temporal que nos afecta hasta marzo del 2010. Pero desgraciadamente esto chocaba una y otra vez con la política del mal menor de las direcciones sindicales de CCOO y UGT consistente en explicar lo imposible que era frenar todo esto, a la vez que demonizaban el sindicalismo combativo para oponerse a la empresa.
Estos 713 despidos son el resultado en primer lugar, de la política de la empresa, que lleva años agrediendo a los trabajadores, incumpliendo y prorrogando el convenio y explotándonos a nivel productivo (altos ritmos de trabajo con lesiones físicas, muchas ya crónicas), acompañado de la drástica destrucción de empleo que suponían los EREs presentados, incluyendo este último. Y en segundo lugar, del sindicalismo "responsable" o del "mal menor", ese por el que tanto aboga el Sr. Montilla (presidente de la Generalitat). Son muchos ya los ejemplos de empresas que con este tipo de sindicalismo han acabado con un resultado nefasto para los trabajadores, sin ir más lejos el de los 698 despidos en Nissan.
En Roca ahora es el momento de hacer frente a estos ataques, ya no valen los argumentos de los que firmaban males menores para evitar lo que ya tenemos encima de la mesa. Todos los sindicatos tienen que hacer un frente común para luchar en defensa del empleo, oponerse frontalmente a cualquier amenza de despido con un plan de lucha y organizar a los trabajadores, dando así un contundente golpe a los planes de la empresa.
Las asambleas convocadas el pasado 4 de septiembre y la concentración frente a las oficinas centrales en La Diagonal de Barcelona el lunes 7 son un buen inicio para continuar con un plan de lucha cuyo objetivo no sea otro que la retirada total de este Expediente.
Estos despidos se enmarcan dentro del ERE temporal aprobado en marzo de este mismo año y en el que ya la mayoría de trabajadores nos encontramos afectados. Todo esto obedece a una política muy definida de destrucción de empleo que la empresa está llevando a cabo desde hace siete años aproximadamente, desde que empezara con las prejubilaciones y EREs en las distintas fábricas del Estado y dentro de un periodo de boom económico y expansión de la empresa, tanto a nivel mundial como estatal. Por eso, enmascarar todo esto con la crisis es, cuanto menos, un ejercicio de cinismo. Incluso estos dos expedientes coinciden con la adquisición de una nueva fábrica en Egipto.
Es necesario desenmascarar a la empresa y denunciar la falta de transparencia con respecto a los datos económicos. No es creíble que en 2007 la empresa tuviera unos beneficios de 175,5 millones y en el 2008 nos quiera hacer creer que, con una reducción de ventas de un 4,5%, se conviertan en 95 millones de pérdidas; eso sin extenderme en el récord de beneficios que han obtenido en los últimos cinco años.
Tanto desde CGT-Roca como desde la Corriente Marxista El Militante se explicaba y avisaba sobre cuál era la verdadera intención de la empresa, agudizándose si cabe con el ERE temporal que nos afecta hasta marzo del 2010. Pero desgraciadamente esto chocaba una y otra vez con la política del mal menor de las direcciones sindicales de CCOO y UGT consistente en explicar lo imposible que era frenar todo esto, a la vez que demonizaban el sindicalismo combativo para oponerse a la empresa.
Estos 713 despidos son el resultado en primer lugar, de la política de la empresa, que lleva años agrediendo a los trabajadores, incumpliendo y prorrogando el convenio y explotándonos a nivel productivo (altos ritmos de trabajo con lesiones físicas, muchas ya crónicas), acompañado de la drástica destrucción de empleo que suponían los EREs presentados, incluyendo este último. Y en segundo lugar, del sindicalismo "responsable" o del "mal menor", ese por el que tanto aboga el Sr. Montilla (presidente de la Generalitat). Son muchos ya los ejemplos de empresas que con este tipo de sindicalismo han acabado con un resultado nefasto para los trabajadores, sin ir más lejos el de los 698 despidos en Nissan.
En Roca ahora es el momento de hacer frente a estos ataques, ya no valen los argumentos de los que firmaban males menores para evitar lo que ya tenemos encima de la mesa. Todos los sindicatos tienen que hacer un frente común para luchar en defensa del empleo, oponerse frontalmente a cualquier amenza de despido con un plan de lucha y organizar a los trabajadores, dando así un contundente golpe a los planes de la empresa.
Las asambleas convocadas el pasado 4 de septiembre y la concentración frente a las oficinas centrales en La Diagonal de Barcelona el lunes 7 son un buen inicio para continuar con un plan de lucha cuyo objetivo no sea otro que la retirada total de este Expediente.