El pasado 5 de agosto, al delegado sindical José Carlos Castro de
Sadiel Desarrollo de Sistemas (SDS) no le renovaron su contrato, en una
clara actitud antisindical de la empresa, con el objetivo de
obstaculizar la labor del comité de empresa. SDS es una factoría de
software del grupo SADIEL, ubicada en El Puerto de Santa María, y fue
traída a la Bahía de Cádiz, entre otras razones, debido al cierre de
Delphi y con el supuesto objetivo de la Junta de Andalucía de aliviar
el paro masivo de la zona.
El pasado 5 de agosto, al delegado sindical José Carlos Castro de Sadiel Desarrollo de Sistemas (SDS) no le renovaron su contrato, en una clara actitud antisindical de la empresa, con el objetivo de obstaculizar la labor del comité de empresa. SDS es una factoría de software del grupo SADIEL, ubicada en El Puerto de Santa María, y fue traída a la Bahía de Cádiz, entre otras razones, debido al cierre de Delphi y con el supuesto objetivo de la Junta de Andalucía de aliviar el paro masivo de la zona.
SDS pertenece a un grupo fuerte, como es el grupo Sadiel -participada mayoritariamente por la Junta de Andalucía (37,5%) y Endesa (37,5%), además cuenta en su accionariado con Cajasol (20%) e Indra (5%)-, que el año pasado tuvo una cifra de negocio de 90 millones de euros y que creció más de un 8%, previendo alcanzar los cien millones en el año 2009.
Sus trabajadores somos mayoritariamente jóvenes informáticos procedentes de la provincia con más paro de todo el Estado: Cádiz. Muchos procedentes de la FP.
SDS, 25 años sin comité de empresa
Poco antes del verano los trabajadores logramos celebrar las elecciones sindicales para dotarnos de un comité de empresa, con el objetivo de defender el puesto de trabajo y mejorar las condiciones de empleo. La iniciativa fue valiente, visto que Sadiel llevaba 25 años sin apenas afiliados a los sindicatos y sin comité de empresa. La participación en las elecciones sindicales fue del 75%. Ahora no sólo SDS, sino el grupo Sadiel, de unos 1.500 jóvenes trabajadores, tiene representación sindical. Varios sindicalistas de SDS, cuando eran estudiantes, habían participado activamente en la lucha contra el cierre de Delphi.
Desde la constitución del comité de empresa, se ha hecho todo lo posible para que las relaciones con la dirección fueran constructivas, pero, lamentablemente, señalamos que la empresa ha respondido con: negación del pluses, despidos, impedir la presencia de la representación laboral durante la firma del despido y del finiquito...
La empresa siempre se ha jactado de ser una oportunidad inapreciable para el sector de la informática de la Bahía de Cádiz y de ser un foco de empleo estable, después de convertir a gran parte de la plantilla en indefinidos (gracias a una subvención de la administración pública). Lamentablemente, toda aquella bonanza y promesas que se hicieron han quedado en el tintero, dado que a la empresa no le ha temblado el pulso a la hora de despedir a personas con contratos indefinidos. Desde la sección sindical de CCOO tenemos claro que, por muchas cifras de contratación indefinida con la que nos quieran decir lo contrario, el empleo estable no es el que se crea, sino el que se mantiene.
Luchar por la nulidad del despido
Consideramos inadmisible la actuación del señor José Carlos Percho, director de SDS, y de la dirección de Sadiel en la decisión de no renovar al delegado José Carlos Castro, máxime cuando la empresa recibe cuantiosas subvenciones de la Junta de Andalucía para asegurar la estabilidad y el futuro del empleo de la juventud gaditana empleada en SDS. Los argumentos que la empresa mantuvo para su no renovación fueron contradictorios y carentes de fondo, especialmente después de haber recibido pocas semanas antes una evaluación muy favorable de su rendimiento por parte de sus superiores directos. El hecho de que estos mismos desconociesen que iba a ser despedido apunta a que ha sido una decisión tomada sin base laboral por la dirección de la empresa, con el único objetivo de eliminar a un miembro del comité.
La primera reacción del comité fue la de intentar resolver la situación por la vía de una reunión. No obstante, la dirección volvió a ofrecer excusas poco creíbles para la no renovación. Agotada esta vía, después de la negativa de Recursos Humanos de Sadiel a reunirse con el comité para tratar el asunto, emprendimos la vía de la presión sindical. Después de repartir comunicados de la sección sindical de CCOO de SDS en la sede central de Sadiel en Sevilla, recibiendo el apoyo de su comité de empresa, hicimos una nota de prensa. Concedimos a la empresa una segunda oportunidad de llegar a una solución. Sin embargo, tras más de una semana de intentar una reunión, la empresa ha decidido mantenerse en su postura, por lo que finalmente se ha interpuesto una demanda judicial que tiene como objetivo reconocer la nulidad del despido del compañero.
Además de la actuación por la vía jurídica, estamos dispuestos a acceder a todas las formas de lucha para impedir que la empresa campe a sus anchas, como ha estado haciendo durante mucho tiempo, en contra de los derechos de los trabajadores. Creemos que la clave será la implicación activa y consciente del conjunto de los trabajadores de SDS.
SDS pertenece a un grupo fuerte, como es el grupo Sadiel -participada mayoritariamente por la Junta de Andalucía (37,5%) y Endesa (37,5%), además cuenta en su accionariado con Cajasol (20%) e Indra (5%)-, que el año pasado tuvo una cifra de negocio de 90 millones de euros y que creció más de un 8%, previendo alcanzar los cien millones en el año 2009.
Sus trabajadores somos mayoritariamente jóvenes informáticos procedentes de la provincia con más paro de todo el Estado: Cádiz. Muchos procedentes de la FP.
SDS, 25 años sin comité de empresa
Poco antes del verano los trabajadores logramos celebrar las elecciones sindicales para dotarnos de un comité de empresa, con el objetivo de defender el puesto de trabajo y mejorar las condiciones de empleo. La iniciativa fue valiente, visto que Sadiel llevaba 25 años sin apenas afiliados a los sindicatos y sin comité de empresa. La participación en las elecciones sindicales fue del 75%. Ahora no sólo SDS, sino el grupo Sadiel, de unos 1.500 jóvenes trabajadores, tiene representación sindical. Varios sindicalistas de SDS, cuando eran estudiantes, habían participado activamente en la lucha contra el cierre de Delphi.
Desde la constitución del comité de empresa, se ha hecho todo lo posible para que las relaciones con la dirección fueran constructivas, pero, lamentablemente, señalamos que la empresa ha respondido con: negación del pluses, despidos, impedir la presencia de la representación laboral durante la firma del despido y del finiquito...
La empresa siempre se ha jactado de ser una oportunidad inapreciable para el sector de la informática de la Bahía de Cádiz y de ser un foco de empleo estable, después de convertir a gran parte de la plantilla en indefinidos (gracias a una subvención de la administración pública). Lamentablemente, toda aquella bonanza y promesas que se hicieron han quedado en el tintero, dado que a la empresa no le ha temblado el pulso a la hora de despedir a personas con contratos indefinidos. Desde la sección sindical de CCOO tenemos claro que, por muchas cifras de contratación indefinida con la que nos quieran decir lo contrario, el empleo estable no es el que se crea, sino el que se mantiene.
Luchar por la nulidad del despido
Consideramos inadmisible la actuación del señor José Carlos Percho, director de SDS, y de la dirección de Sadiel en la decisión de no renovar al delegado José Carlos Castro, máxime cuando la empresa recibe cuantiosas subvenciones de la Junta de Andalucía para asegurar la estabilidad y el futuro del empleo de la juventud gaditana empleada en SDS. Los argumentos que la empresa mantuvo para su no renovación fueron contradictorios y carentes de fondo, especialmente después de haber recibido pocas semanas antes una evaluación muy favorable de su rendimiento por parte de sus superiores directos. El hecho de que estos mismos desconociesen que iba a ser despedido apunta a que ha sido una decisión tomada sin base laboral por la dirección de la empresa, con el único objetivo de eliminar a un miembro del comité.
La primera reacción del comité fue la de intentar resolver la situación por la vía de una reunión. No obstante, la dirección volvió a ofrecer excusas poco creíbles para la no renovación. Agotada esta vía, después de la negativa de Recursos Humanos de Sadiel a reunirse con el comité para tratar el asunto, emprendimos la vía de la presión sindical. Después de repartir comunicados de la sección sindical de CCOO de SDS en la sede central de Sadiel en Sevilla, recibiendo el apoyo de su comité de empresa, hicimos una nota de prensa. Concedimos a la empresa una segunda oportunidad de llegar a una solución. Sin embargo, tras más de una semana de intentar una reunión, la empresa ha decidido mantenerse en su postura, por lo que finalmente se ha interpuesto una demanda judicial que tiene como objetivo reconocer la nulidad del despido del compañero.
Además de la actuación por la vía jurídica, estamos dispuestos a acceder a todas las formas de lucha para impedir que la empresa campe a sus anchas, como ha estado haciendo durante mucho tiempo, en contra de los derechos de los trabajadores. Creemos que la clave será la implicación activa y consciente del conjunto de los trabajadores de SDS.