El pasado 16 de septiembre se celebraron elecciones sindicales en el
Tropical Beach & Club, un recinto hostelero situado a pie de playa
en Gavà (Barcelona) donde se ofrecen servicios gastronómicos y de ocio
a un sector adinerado de la población, en el que hay una plantilla
consolidada formada por 25 trabajadores que hasta el mes pasado nunca
habían tenido representación sindical.
El pasado 16 de septiembre se celebraron elecciones sindicales en el Tropical Beach & Club, un recinto hostelero situado a pie de playa en Gavà (Barcelona) donde se ofrecen servicios gastronómicos y de ocio a un sector adinerado de la población, en el que hay una plantilla consolidada formada por 25 trabajadores que hasta el mes pasado nunca habían tenido representación sindical.
Las condiciones laborales en que nos encontramos los compañeros que aquí trabajamos están abanderadas de una precariedad palpable bajo el lema: las cosas son así, y si no te gustan ya sabes dónde está la puerta. Con esta actitud de fondo se propicia al personal un trato personalizado que se traduce en conflictividad y división. Nuestro sueldo no se adecúa a la realidad de los servicios prestados. No nos remuneran los servicios extraordinarios ni las horas. Las categorías no corresponden al trabajo que desempeñamos. En ningún tablón cuelga el calendario laboral ni el de vacaciones. En definitiva, unos cuantos de los derechos laborales recogidos en el Convenio Colectivo para la Industria de Hostelería y Turismo de Cataluña se nos han suprimido.
Debido a este contexto, nos agrupamos unos compañeros para organizarnos y reclamar lo que nos correspondía. Entendimos que la única manera productiva de luchar sería promover unas elecciones sindicales en el recinto y así aspirar a una representación combativa en defensa de los intereses comunes. Realizamos reuniones al acabar la jornada en un bar próximo, y posteriormente nos pusimos en contacto con CCOO para darle forma a la lucha, con una candidatura formada por cuatro personas. A base de hablar fuimos despertando simpatías entre la plantilla y sólo se oponían aquellos trabajadores que curiosamente disfrutaban de un trato especial. Repartimos un comunicado de mano en mano que clarificaba nuestras intenciones y nos interesamos por el parecer de cada compañero. Nuestros métodos parecían ser eficientes y la empresa y los trabajadores afines tomaron cartas en el asunto.
A través de altos cargos jerárquicos se empezó a coaccionar a ciertos compañeros. Les cogían desprevenidos y solos para condicionarles su voto desacreditando nuestras palabras. Y le hablaban al aire, mintiendo básicamente, anunciando la quiebra de la empresa y un número indefinido de despidos. Dos días antes de las elecciones la encargada en relaciones públicas se presentó como candidata por la UGT anunciando que no era momento oportuno de pedir ni reivindicar nada. Llegado el día, la empresa había convencido a más trabajadores de los que nos esperábamos. Sólo 5 de los 23 censados no ejercieron su derecho y el reparto de los votos nos favoreció por uno. Aun así fue una gran victoria y la mayor parte de los compañeros sintió suyo el triunfo.
Esto no hubiera ocurrido sin la voluntad ni el empeño de los compañeros y por eso quiero agradecerles su participación. Sabemos que es tan solo el principio, nos queda seguir agrupando compañeros y así darle valor y peso a los intereses de los trabajadores. De la misma manera quisiera agradecer a los compañeros de la Corriente Marxista El Militante por compartir su experiencia, por brindar su apoyo constante y por su orientación en cada momento. Y también por supuesto, a los compañeros de la FECOHT de Comisiones Obreras de Cornellá por su asesoramiento y su disponibilidad. Con crisis o sin crisis siempre es momento oportuno para organizarse y luchar por una vida más digna.
Las condiciones laborales en que nos encontramos los compañeros que aquí trabajamos están abanderadas de una precariedad palpable bajo el lema: las cosas son así, y si no te gustan ya sabes dónde está la puerta. Con esta actitud de fondo se propicia al personal un trato personalizado que se traduce en conflictividad y división. Nuestro sueldo no se adecúa a la realidad de los servicios prestados. No nos remuneran los servicios extraordinarios ni las horas. Las categorías no corresponden al trabajo que desempeñamos. En ningún tablón cuelga el calendario laboral ni el de vacaciones. En definitiva, unos cuantos de los derechos laborales recogidos en el Convenio Colectivo para la Industria de Hostelería y Turismo de Cataluña se nos han suprimido.
Debido a este contexto, nos agrupamos unos compañeros para organizarnos y reclamar lo que nos correspondía. Entendimos que la única manera productiva de luchar sería promover unas elecciones sindicales en el recinto y así aspirar a una representación combativa en defensa de los intereses comunes. Realizamos reuniones al acabar la jornada en un bar próximo, y posteriormente nos pusimos en contacto con CCOO para darle forma a la lucha, con una candidatura formada por cuatro personas. A base de hablar fuimos despertando simpatías entre la plantilla y sólo se oponían aquellos trabajadores que curiosamente disfrutaban de un trato especial. Repartimos un comunicado de mano en mano que clarificaba nuestras intenciones y nos interesamos por el parecer de cada compañero. Nuestros métodos parecían ser eficientes y la empresa y los trabajadores afines tomaron cartas en el asunto.
A través de altos cargos jerárquicos se empezó a coaccionar a ciertos compañeros. Les cogían desprevenidos y solos para condicionarles su voto desacreditando nuestras palabras. Y le hablaban al aire, mintiendo básicamente, anunciando la quiebra de la empresa y un número indefinido de despidos. Dos días antes de las elecciones la encargada en relaciones públicas se presentó como candidata por la UGT anunciando que no era momento oportuno de pedir ni reivindicar nada. Llegado el día, la empresa había convencido a más trabajadores de los que nos esperábamos. Sólo 5 de los 23 censados no ejercieron su derecho y el reparto de los votos nos favoreció por uno. Aun así fue una gran victoria y la mayor parte de los compañeros sintió suyo el triunfo.
Esto no hubiera ocurrido sin la voluntad ni el empeño de los compañeros y por eso quiero agradecerles su participación. Sabemos que es tan solo el principio, nos queda seguir agrupando compañeros y así darle valor y peso a los intereses de los trabajadores. De la misma manera quisiera agradecer a los compañeros de la Corriente Marxista El Militante por compartir su experiencia, por brindar su apoyo constante y por su orientación en cada momento. Y también por supuesto, a los compañeros de la FECOHT de Comisiones Obreras de Cornellá por su asesoramiento y su disponibilidad. Con crisis o sin crisis siempre es momento oportuno para organizarse y luchar por una vida más digna.