La lucha de los trabajadores de Roca contra los 713 despidos continúa. La actitud de la empresa en las cuatro semanas de negociación está siendo intransigente en cuanto a los despidos, subordinando el "plan industrial" que reivindica el comité de empresa y las prejubilaciones, al despido de 713 obreros. Está claro que la empresa afronta esta negociación sabiendo por adelantado que el gobierno central aceptará el ERE de extinción.
La lucha de los trabajadores de Roca contra los 713 despidos continúa. La actitud de la empresa en las cuatro semanas de negociación está siendo intransigente en cuanto a los despidos, subordinando el "plan industrial" que reivindica el comité de empresa y las prejubilaciones, al despido de 713 obreros. Está claro que la empresa afronta esta negociación sabiendo por adelantado que el gobierno central aceptará el ERE de extinción.
El 7 de septiembre tuvo lugar una concentración en las oficinas de Barcelona, donde los trabajadores de Alcalá de Guadaira y Alcalá de Henares confluyeron con los de Gavà. Fue un éxito, muy combativa y numerosa a pesar de ser un lunes a mediodía, sin huelga y en plena regulación. Pero a partir de entonces, la participación de la plantilla en las concentraciones y acciones de protesta está siendo escasa.
Hay dos factores que generan un ambiente de un cierto pesimismo en la plantilla: la experiencia de los últimos años respecto a la política del comité de empresa, y la ausencia de un plan de lucha contundente en la actualidad.
Durante los últimos años, toda una serie de recortes de plantilla (segregación y bajas voluntarias) han sido aceptados por el comité de empresa, con el argumento de que ésta es la mejor manera de evitar males mayores, despidos. La misma argumentación presentaron los dirigentes de CCOO y UGT del comité cuando en febrero aceptaron un ERE temporal de seis meses.
En la actualidad, los dirigentes de CCOO y UGT aceptan el excedente de plantilla que exige la empresa, tratando de llegar a un acuerdo en cuanto a los mal llamados despidos "no traumáticos". En el comunicado que repartieron el 7 de septiembre, empezaban con un "Reconocimiento al esfuerzo emprendedor de los hermanos Roca que el 17 de enero de 1917..." y tras repasar la exitosa historia empresarial de Roca, acaba con un "pedimos a la familia Roca que cumpla con la responsabilidad social corporativa que tiene con sus trabajadores y con la sociedad". ¿Desde cuándo los empresarios se mueven por consideraciones de beneficio social? La única "responsabilidad social corporativa" de los capitalistas es la obtención del máximo beneficio, a costa de los trabajadores.
Por su parte, los dirigentes de CGT, que correctamente no firmaron el ERE temporal de febrero, están insistiendo en la retirada del ERE, aunque en el terreno de la práctica proponen un plan de jubilaciones y bajas voluntarias. "CGT está radicalmente en contra de la destrucción de empleo y alguna de las medidas explicadas anteriormente no dejan de serlo (bajas incentivadas), este punto ideológicamente es bastante espinoso pero ¿Quién puede prohibir que empresa y trabajador pacten económicamente la salida de la empresa?" (Comunicado nº 3, de 10 de septiembre). Y más adelante, ofrecen la argumentación (pérdidas de las plantas de otros países) para que cualquiera saque la conclusión de que lo que debe hacer Roca es despedir a los trabajadores de otros países.
Tal y como venimos planteando, el único plan industrial de viabilidad que en plena crisis del capitalismo mundial podemos ofrecer los trabajadores, es la nacionalización de la empresa bajo control obrero.
Por otro lado, e igual de importante, para revertir esta situación el comité de empresa y las secciones sindicales deberían proponer un plan de lucha claro y contundente que suponga dar pasos adelante en la lucha con la extensión del conflicto a otras empresas en lucha, y una campaña sistemática de propaganda en Gavà y Viladencans para ganar el apoyo de la población. Todos estos factores influirían positivamente en aumentar el nivel de participación de la plantilla en la lucha.
Aún quedan dos semanas para dar un vuelco en la lucha, rompiendo con la estrategia de la empresa y la Administración, que consiste en que este conflicto pase sin pena ni gloria. Los dirigentes del comité de empresa creemos que deberían lanzar un plan de lucha que consiga convertir el conflicto de Roca en un conflicto político de primer orden.

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