La consecuencia más dura para la clase obrera de la actual crisis capitalista, está siendo el aumento del desempleo, que en el Estado Español alcanza cifras en torno al 20%. La fuerte caída de la actividad en la construcción, el comercio y en numerosas ramas industriales ha arrojado a cientos de miles de trabajadores a la calle, y han arrastrado al resto de los sectores productivos. Pero además, de forma generalizada, la patronal no sólo está aprovechando la crisis para reducir aún más sus plantillas, está empeorando las condiciones de trabajo de los que mantienen el puesto de trabajo y recortando los salarios; en definitiva, el peso fundamental de la situación económica se hace reacer sobre las espaldas de las familias trabajadoras.

 

La respuesta a este ataque por parte de las direcciones de los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, en ningún caso ha pasado por una oposición contundente a los despidos ni por la defensa de un plan global de lucha contra el desempleo. Lamentablemente, la orientación política de las direcciones sindicales, aceptando la lógica del capitalismo, se ha centrado en lograr acuerdos de indemnización un poco más favorables, o firmar expedientes de regulación de empleo con la esperanza de que la situación escampe. Una estrategia que también ha supuesto, hasta el momento, renunciar a la organización de cientos de miles de trabajadores parados que constituyen una fuerza considerable y tienen un gran potencial movilizador.

 

Es por tanto necesario y urgente que los sindicatos de clase articulen la organización de los trabajadores desempleados y, a través de la lucha unida con el resto de la clase trabajadora, defiendan sus demandas y reivindicaciones.

 

En este contexto de desempleo masivo, estamos asistiendo al surgimiento, todavía muy puntual, de algunas plataformas de parados que tratan de aglutinar y defender las necesidades más inmediatas de este colectivo. En nuestra opinión, estas plataformas de parados, que pueden jugar un papel positivo, en ningún modo deben entenderse como algo enfrentado a las organizaciones sindicales y mucho menos al resto de la clase trabajadora. Todo lo contrario. Cualquier actitud sectaria de aislar a los parados del conjunto de la clase y de los sindicatos, es igual de contraproducente que la posición de la burocracia sindical de desentenderse de los desempleados y negarse a utilizar toda su capacidad de lucha.

 

Estas plataformas deben defender, de forma clara, su carácter de clase y unificar sus acciones con el resto de los trabajadores en activo y sus organizaciones. Es necesario abordar las reivindicaciones específicas de los trabajadores en paro de una forma amplia, vinculando las demandas de protección y cobertura social, tales como extensión del subsidio, transporte gratuito, condonación de deudas, etc, al conjunto de las reivindicaciones de la clase obrera, como la oposición a la pérdida o precarización de más puestos de trabajo, el retroceso en los derechos laborales, sindicales o sociales, etc. Estos comités y plataformas de parados deben mantener una firme orientación a las organizaciones sindicales para que asuman e integren en el movimiento sindical sus reivindicaciones, y conseguir la unidad del conjunto de la clase obrera.

 

 

  1. No podemos permitirnos más destrucción de empleo. Luchemos por defender todos los puestos de trabajo. ¡No a los Eres!
  2. A pesar del aumento del paro, la jornada laboral se está alargando de forma abusiva para muchos trabajadores, que incluso se ven abocados a hacer horas extras más baratas o gratis. ¡Por el reparto del empleo, reducción de la jornada laboral a 35 horas sin reducción salarial!
  3. El gobierno ha dado miles de millones de euros a la patronal y los bancos, mientras para los trabajadores se dedica una parte minúscula de esta cantidad. Son muchas las necesidades sociales que no están cubiertas actualmente, sobre todo en educación, sanidad, atención a los ancianos, guarderías públicas, infraestructuras, etc... Por un presupuesto de choque para aumentar las inversiones públicas en servicios sociales, y crear empleo público digno y de calidad.
  4. Pese a que el paro afecta a trabajadores tanto cualificados como con una menor formación, se está intentando crear una imagen distorsionada, como si no encontráramos trabajo porque no sabemos hacer nada ni tenemos una profesión. No obstante, es nuestro interés mejorar nuestra cualificación profesional, pero para ello es necesario que esta sea una opción real y asequible y que no suponga un gasto más. Por una oferta pública formativa, de calidad y gratuita.
  5. Transporte publico gratuito para los parados
  6. La especulación inmobiliaria infló artificialmente los precios de la vivienda para beneficiar a un puñado de parásitos. Los bancos se han beneficiado suficientemente de esta situación en los últimos años, y cuentan con las ayudas millonarias del gobierno. Mientras tanto, se han multiplicado los embargos y desahucios por impago. ¡Congelación inmediata de las hipotecas para todos los desempleados!
  7. Los trabajadores queremos vivir de nuestro trabajo, pero si los capitalistas no pueden garantizar un empleo para todos, seguimos teniendo derecho a vivir dignamente. ¡Exigimos un puesto de trabajo digno o un subsidio de desempleo indefinido equivalente a un SMI de 1.100 euros al mes mientras dure la situación de desempleo!
  8. Para garantizar el mantenimiento del empleo, es necesario que las palancas fundamentales de la producción estén en manos de la sociedad. Renacionalización de los sectores privatizados (minería, construcción naval, metalurgia, telecomunicaciones...). Nacionalización de las empresas en crisis o con amenazas de deslocalización bajo control de los trabajadores y sus organizaciones.

 

 

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