Alicia Mourelle, Sevilla
Entré en contacto con el Sindicato de Estudiantes e Izquierda Revolucionaria cuando era muy joven, a raíz de las huelgas estudiantiles contra la sentencia de la Manada. Entonces era una persona muy poco politizada, pero, al igual que a muchas otras compañeras, ese caso me impactó especialmente y no dudé en participar en las movilizaciones.
Ver la claridad y la pasión con la que nuestras compañeras defendían las ideas del feminismo revolucionario, dirigiendo esa lucha histórica que puso contra las cuerdas a la justicia patriarcal, me inspiró para dar un paso adelante y empezar a militar. No tardé en entender que la única alternativa para nuestra clase es luchar contra este sistema que nos condena a una vida de miseria y que para ello es necesario estar organizada en un partido como Izquierda Revolucionaria, que esté dispuesto a dar la batalla por el socialismo hasta sus últimas consecuencias.
Nerea Ponce, Madrid
Milito porque creo que de forma individual no somos capaces de luchar contra los que oprimen a nuestra clase, ya que para este sistema siendo uno solo no somos nada pero cuando nos unimos demostramos toda nuestra fuerza. Por ello, creo que tenemos que organizarnos y militar. Y lo hago en IR porque creo que es la organización que mejor responde a esta necesidad.
Paula Leyva, Barcelona
Siempre he sabido que este sistema no funciona y que nos ahoga a la clase trabajadora, pero nunca llegué a reforzar mis ideas y plantearme la importancia de la lucha hasta el año pasado. En marzo en Catalunya vivimos unas movilizaciones muy importantes junto al profesorado, ahí conocí Izquierda Revolucionaria y conecté totalmente con sus ideas.
Sin duda, el ambiente más combativo se respiraba detrás de la pancarta del Sindicato de Estudiantes. Desde ese momento vi como la organización estaba al pie del cañón en la lucha feminista o por la salud mental y decidí empezar a militar. Con el tiempo he comprendido que la lucha es la única solución para acabar con este sistema.