Estos días Catalunya se ha visto azotada por un fuerte temporal de
viento que ha vuelto a revelar el caos y la decadencia existente en las
infraestructuras y en el equipamiento social catalán. El máximo
exponente de esta situación ha sido el hundimiento, el pasado 24 de
enero, del túnel de bateo del polideportivo de Sant Boi.
Estos días Catalunya se ha visto azotada por un fuerte temporal de viento que ha vuelto a revelar el caos y la decadencia existente en las infraestructuras y en el equipamiento social catalán. El máximo exponente de esta situación ha sido el hundimiento, el pasado 24 de enero, del túnel de bateo del polideportivo de Sant Boi.
Muchos vecinos de la localidad acudieron inmediatamente a socorrer a los heridos antes de que llegaran bomberos y ambulancias. Al final se confirmaría el peor de los presagios: cuatro muertos, todos ellos niños de entre nueve y diez años, pertenecientes al club de béisbol de la localidad, que se encontraban en el túnel de bateo en el momento del derrumbe.
El funeral de los niños el 26 de enero, con dos mil asistentes, se transformó en una muestra de solidaridad masiva de la población de Sant Boi con la familia de las víctimas. Pero también los vecinos están indignados y exigen al Ayuntamiento, gobernado por el PSC, una explicación de lo sucedido. Desde estas páginas queremos manifestar nuestro más firme apoyo y solidaridad con las familias de los niños fallecidos.
Una tragedia evitable
A pesar del enorme impacto que ha causado en la población, muchos vecinos no se sorprenden de lo ocurrido y aseguran que se podía haber evitado si se hubiera reformado la instalación, tal y como estaba previsto desde hacía años.
De hecho, la remodelación del polideportivo que incluye el túnel de bateo, contaba en 2007 con una partida presupuestaria de 1,5 millones de euros que nunca fueron utilizados, poniendo como excusa la enorme complejidad del planteamiento urbanístico, porque afectaría toda la zona y que, por tanto, habría de esperar. Sin embargo, no parece que hubiera ningún proyecto acabado para remodelar el túnel ya que el alcalde del PSC, Jaume Bosch, ha dicho que esta partida era fundamentalmente para las gradas y no para el túnel de bateo del cual, aseguró que estaba en perfecto estado, y que había sido el último en construirse (1993).
Nadie comenta desde las instituciones el hecho de que este túnel era una estructura débil, ya que entre otras cosas, los bloques de las paredes estaban rellenos de hormigón con varilla de hierro tan sólo por el techo y por debajo, dejando prácticamente la totalidad de la pared hueca y en un equilibrio muy frágil, ¡¡no es de extrañar que esto ocurriera!!
No obstante, el ayuntamiento tenía presupuestado para este año una partida de un euro, única y exclusivamente para seguir justificando la existencia del proyecto de remodelación, para lo cual no había una fecha prevista.
¿A quién representan las instituciones?
Este derrumbe no es sólo una tragedia en sí mismo, sino que pone sobre la mesa, el cada vez mayor distanciamiento de las instituciones y la absoluta falta de control sobre quien gestiona los presupuestos de los ayuntamientos, que durante los últimos años han estado más preocupados de la especulación inmobiliaria que de los verdaderos problemas en ciudades, pueblos y barrios, instalaciones deportivas de calidad, bibliotecas, centros culturales, atención sanitaria, más plazas en centros públicos de enseñanza, etc.
Nadie se atreverá a argumentar ahora que hay falta de recursos, cuando el Estado ha donado gentilmente a la banca 150.000 millones de euros para que sigan manteniendo sus beneficios. Los trabajadores y la juventud empiezan a estar cansados de esta situación. Las instituciones se han posicionado abiertamente en defensa de la propiedad privada, tramitando EREs, dando facilidades fiscales a multinacionales para su instalación y para su deslocalización, y desviando durante los últimos años partidas presupuestarias para el sector del ladrillo.
Desgraciadamente, la tragedia de Sant Boi no será la última que veamos. Los 8.000 millones de euros que el gobierno ha destinado a los ayuntamientos para cubrir gastos de reformas en las ciudades, son completamente insuficientes.
CCOO y UGT, junto a las asociaciones de vecinos de Sant Boi deberían convocar movilizaciones exigiendo responsabilidades al Ayuntamiento y a la Generalitat, así como un plan de infraestructuras y equipamiento social público que amplíe y modernice las instalaciones y evite más tragedias como ésta. Sólo mediante la movilización en la calle lograremos conquistar mejoras serias en nuestros barrios y localidades.
Muchos vecinos de la localidad acudieron inmediatamente a socorrer a los heridos antes de que llegaran bomberos y ambulancias. Al final se confirmaría el peor de los presagios: cuatro muertos, todos ellos niños de entre nueve y diez años, pertenecientes al club de béisbol de la localidad, que se encontraban en el túnel de bateo en el momento del derrumbe.
El funeral de los niños el 26 de enero, con dos mil asistentes, se transformó en una muestra de solidaridad masiva de la población de Sant Boi con la familia de las víctimas. Pero también los vecinos están indignados y exigen al Ayuntamiento, gobernado por el PSC, una explicación de lo sucedido. Desde estas páginas queremos manifestar nuestro más firme apoyo y solidaridad con las familias de los niños fallecidos.
Una tragedia evitable
A pesar del enorme impacto que ha causado en la población, muchos vecinos no se sorprenden de lo ocurrido y aseguran que se podía haber evitado si se hubiera reformado la instalación, tal y como estaba previsto desde hacía años.
De hecho, la remodelación del polideportivo que incluye el túnel de bateo, contaba en 2007 con una partida presupuestaria de 1,5 millones de euros que nunca fueron utilizados, poniendo como excusa la enorme complejidad del planteamiento urbanístico, porque afectaría toda la zona y que, por tanto, habría de esperar. Sin embargo, no parece que hubiera ningún proyecto acabado para remodelar el túnel ya que el alcalde del PSC, Jaume Bosch, ha dicho que esta partida era fundamentalmente para las gradas y no para el túnel de bateo del cual, aseguró que estaba en perfecto estado, y que había sido el último en construirse (1993).
Nadie comenta desde las instituciones el hecho de que este túnel era una estructura débil, ya que entre otras cosas, los bloques de las paredes estaban rellenos de hormigón con varilla de hierro tan sólo por el techo y por debajo, dejando prácticamente la totalidad de la pared hueca y en un equilibrio muy frágil, ¡¡no es de extrañar que esto ocurriera!!
No obstante, el ayuntamiento tenía presupuestado para este año una partida de un euro, única y exclusivamente para seguir justificando la existencia del proyecto de remodelación, para lo cual no había una fecha prevista.
¿A quién representan las instituciones?
Este derrumbe no es sólo una tragedia en sí mismo, sino que pone sobre la mesa, el cada vez mayor distanciamiento de las instituciones y la absoluta falta de control sobre quien gestiona los presupuestos de los ayuntamientos, que durante los últimos años han estado más preocupados de la especulación inmobiliaria que de los verdaderos problemas en ciudades, pueblos y barrios, instalaciones deportivas de calidad, bibliotecas, centros culturales, atención sanitaria, más plazas en centros públicos de enseñanza, etc.
Nadie se atreverá a argumentar ahora que hay falta de recursos, cuando el Estado ha donado gentilmente a la banca 150.000 millones de euros para que sigan manteniendo sus beneficios. Los trabajadores y la juventud empiezan a estar cansados de esta situación. Las instituciones se han posicionado abiertamente en defensa de la propiedad privada, tramitando EREs, dando facilidades fiscales a multinacionales para su instalación y para su deslocalización, y desviando durante los últimos años partidas presupuestarias para el sector del ladrillo.
Desgraciadamente, la tragedia de Sant Boi no será la última que veamos. Los 8.000 millones de euros que el gobierno ha destinado a los ayuntamientos para cubrir gastos de reformas en las ciudades, son completamente insuficientes.
CCOO y UGT, junto a las asociaciones de vecinos de Sant Boi deberían convocar movilizaciones exigiendo responsabilidades al Ayuntamiento y a la Generalitat, así como un plan de infraestructuras y equipamiento social público que amplíe y modernice las instalaciones y evite más tragedias como ésta. Sólo mediante la movilización en la calle lograremos conquistar mejoras serias en nuestros barrios y localidades.