La complicidad del Gobierno español es una vergüenza: ruptura inmediata de todas las relaciones con el Estado de Israel

Ya han pasado casi tres meses desde que el Estado sionista comenzara su criminal ofensiva genocida contra el pueblo palestino en Gaza. Las cifras de esta destrucción bárbara son de pesadilla.

Cerca de 30.000 muertos, más de 10.000 niños y niñas, y se calcula que 7.000 de ellos todavía están bajo los escombros. Más de 60.000 heridos y 1,9 millones de desplazados, prácticamente la totalidad de la población de Gaza. Y una perspectiva de hambre y epidemias que amenaza con un exterminio masivo.

Tal y como ha tenido que reconocer Kenneth Roth, jefe de Derechos Humanos de la ONU, nos encontramos ante un escenario apocalíptico que hace inhabitable la franja, y nosotros añadimos que de esta forma se asegura la limpieza étnica en marcha. Esta destrucción infame no sería posible sin el apoyo férreo de EEUU, la UE y los diferentes Gobierno europeos, incluido el Gobierno de Pedro Sánchez, al Ejecutivo fascista y colonialista de Netanyahu.

A pesar de las palabras de Sánchez sobre sobre lo “insoportable” que resulta la muerte de miles de civiles, y de los choques diplomáticos con el Gobierno de Israel, que ya están arreglados por otra parte, lo cierto es que la relaciones económicas, políticas y militares con Israel, incluyendo el suministro y la compra de material bélico, continúan como siempre.

Unas relaciones que implican a importantes multinacionales españolas como COMSA, CAF, Indra y muchas otras, e incluso directamente a las administraciones, con importantes acuerdos de suministro de tecnología y asesoramiento por parte de Israel o el Mossad a las diferentes fuerzas policiales españolas, incluida la Ertzaintza.

El PSOE y Pedro Sánchez lo tienen claro, y son fieles a su credo otanista. La cuestión es lo que ocurre con sus socios de Gobierno, con los ministros de Sumar, de IU y del PCE, incluyendo a la ministra de origen palestino Sira Rego, que nos están regalando una muestra de hipocresía y doble lenguaje sin parangón.

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El pueblo palestino solo puede contar con la solidaridad internacionalista desde abajo, y eso es lo que está sucediendo en todo el mundo. Y para volver a demostrarlo, el 20 y el 27 de enero tenemos que volver a llenar las calles. 

Mientras en redes sociales muchos de ellos y ellas muestran su “apoyo” a la causa palestina y su “indignación” por los bombardeos israelís, en los hechos, no mueven un dedo para utilizar sus posiciones gubernamentales con el fin de frenar esta masacre. Sí, como en otros muchos asuntos, esta izquierda que se encuentra muy a gusto gestionando el sistema, con una enfoque “progresista” nos dicen, permiten en la práctica, con su pasividad, que el genocidio sionista contra nuestros hermanos palestinos no sufra alteración alguna. Por eso les decimos ¡Basta ya de gestos hacia la galería, de lágrimas de cocodrilo! ¡Sois parte del Gobierno, actuar, y si no os dejan, marchaos y movilizar a la clase obrera y la juventud!

El pueblo palestino solo puede contar con la solidaridad internacionalista desde abajo, y eso es lo que está sucediendo en todo el mundo. Y para volver a demostrarlo, el 20 y el 27 de enero tenemos que volver a llenar las calles con un mensaje muy claro: Basta de palabrería y discursos vacíos, ¡necesitamos hechos! El Gobierno del Estado español, que se califica de progresista y que recurre todo el día a la retórica contra la extrema derecha, debe de romper inmediatamente todas las relaciones con el Gobierno más fascista actualmente sobre la faz del planeta, el Gobierno de Netanyahu, cuyos ministros no dejan de defender públicamente el genocidio y la limpieza étnica contra el pueblo palestino. Una ruptura de relaciones que tiene que suponer el cese de cualquier negocio de empresas españolas con el Estado de Israel.

Solo la lucha en las calles podrá acabar con esta barbarie. Necesitamos movilizaciones masivas y continuadas, acciones militantes directas contra las empresas cómplices del genocidio o que hagan negocio con la ocupación y la opresión del pueblo palestino, y recurrir también a la huelga como un arma en esta batalla. El silencio de los dirigentes de CCOO y UGT está siendo un auténtico crimen. Hay que levantar un poderoso movimiento de solidaridad, como hicimos en 2003 frente a la intervención imperialista en Iraq. Tenemos fuerza para hacerlo, y solo esa fuerza podrá ayudar al pueblo palestino.

¡20 y 27 de enero, todas y todos a las manifestaciones!

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