Un ejemplo más de la política de acoso y derribo a la que se ve sometida la educación pública es lo que ha ocurrido en la universidad de Aranjuez (Madrid).
Esta universidad integrada en la Universidad Complutense de Madrid viene sufriendo en los últimos años un claro deterioro. Esto se está traduciendo en todo tipo de carencias que afectan de lleno a las necesidades y derechos de estudiantes y trabajadores de la universidad. La masificación, la supresión paulatina de asignaturas optativas, el deterioro de la biblioteca e incluso el retraso en el pago de los salarios de los profesores se han convertido en algo permanente. La mayoría de estas embestidas contra nuestros derechos se han acelerado y han cogido fuerza con la puesta en marcha de los planes de Bolonia.
La chispa que ha encendido el combate ha sido la negativa del vicerrectorado a un grupo de estudiantes de poder seguir cursando una asignatura que habían pagado y que es una referencia esencial en su plan de estudios. Se les suprimía tras un mes de clases la asignatura de Técnicas de Traducción Jurídica en Francés. Pese a que sólo afectaba directamente a un grupo reducido rápidamente la solidaridad del resto de los estudiantes se hizo sentir.
El día 17 de noviembre los estudiantes se movilizaron y consiguieron convocar una asamblea extraordinaria de su carrera, Traducción, que aglutinó a la mayoría de los estudiantes de la misma. En ésta se acordó hacer una concentración a las puertas del vicerrectorado para el día 30 del mismo mes para lograr arrancar una solución. La actitud firme de los estudiantes y la extensión de la solidaridad en la lucha ha sido decisiva. Tras otra asamblea y la convocatoria de otra concentración, que contaba con la simpatía de los profesores, la dirección de la universidad ha tenido que retroceder y aceptar la reincorporación de esta asignatura.
Esta victoria demuestra que el camino de la lucha organizada vinculándonos a los trabajadores es el único que realmente puede revertir los tremendos ataques que se dan en toda la educación pública.
Esta universidad integrada en la Universidad Complutense de Madrid viene sufriendo en los últimos años un claro deterioro. Esto se está traduciendo en todo tipo de carencias que afectan de lleno a las necesidades y derechos de estudiantes y trabajadores de la universidad. La masificación, la supresión paulatina de asignaturas optativas, el deterioro de la biblioteca e incluso el retraso en el pago de los salarios de los profesores se han convertido en algo permanente. La mayoría de estas embestidas contra nuestros derechos se han acelerado y han cogido fuerza con la puesta en marcha de los planes de Bolonia.
La chispa que ha encendido el combate ha sido la negativa del vicerrectorado a un grupo de estudiantes de poder seguir cursando una asignatura que habían pagado y que es una referencia esencial en su plan de estudios. Se les suprimía tras un mes de clases la asignatura de Técnicas de Traducción Jurídica en Francés. Pese a que sólo afectaba directamente a un grupo reducido rápidamente la solidaridad del resto de los estudiantes se hizo sentir.
El día 17 de noviembre los estudiantes se movilizaron y consiguieron convocar una asamblea extraordinaria de su carrera, Traducción, que aglutinó a la mayoría de los estudiantes de la misma. En ésta se acordó hacer una concentración a las puertas del vicerrectorado para el día 30 del mismo mes para lograr arrancar una solución. La actitud firme de los estudiantes y la extensión de la solidaridad en la lucha ha sido decisiva. Tras otra asamblea y la convocatoria de otra concentración, que contaba con la simpatía de los profesores, la dirección de la universidad ha tenido que retroceder y aceptar la reincorporación de esta asignatura.
Esta victoria demuestra que el camino de la lucha organizada vinculándonos a los trabajadores es el único que realmente puede revertir los tremendos ataques que se dan en toda la educación pública.
