Basta de retrocesos y de perdidas de derechos por un convenio del metal digno

Ante la reciente ruptura de las negociaciones del convenio del metal de la provincia de Cádiz y la convocatoria de huelga para los próximos días 9 y 10 de noviembre, y huelga indefinida a partir del 16, desde Izquierda Revolucionaria y Sindicalistas de Izquierda queremos instar a todos los sindicatos de clase a hacer el máximo esfuerzo para  que esa convocatoria de huelga sea un gran éxito. Las pretensiones de la patronal del metal de Cádiz para el convenio son un nuevo y brutal ataque a la clase trabajadora gaditana, al que solo podremos hacer frente con la unidad del conjunto de trabajadores y trabajadoras y la firmeza de las diferentes organizaciones sindicales.

Las firmas de los dos anteriores convenios significaron un claro retroceso en cuanto a nuestras condiciones, no solo económicas sino también sociales. Y si en esos dos convenios había algo bueno para nosotros, la Patronal se encargó de que desde el momento mismo de su firma fueran papel mojado en cuanto a su cumplimiento.

En el convenio que rigió desde enero de 2012 hasta diciembre de 2016, la Patronal agitó como bandera el argumento de que, debido a la crisis capitalista a nivel mundial, los trabajadores y trabajadoras de nuestro sector teníamos que hacer un esfuerzo para poder ser “competitivos” y para que el sector pudiese capear este temporal. Los sindicatos que firmaron ese convenio dieron por bueno ese argumento, de modo que los trabajadores y trabajadoras del sector tuvimos que pagar las nefastas consecuencias de una situación de crisis que nosotros no habíamos creado ni en la que teníamos responsabilidad alguna.

Nuestro siguiente convenio, firmado para el período 2016 a 2020 y que es el que sigue vigente en la actualidad, profundizó aún más los retrocesos y atropellos del anterior. Una Patronal envalentonada ante la ausencia de voluntad movilizadora por parte de los dirigentes sindicales que lo negociaban, nos impuso un convenio que profundiza la discriminación entre trabajadores indefinidos y eventuales, hasta el punto de que la propia aplicación del plus TPP (plus tóxico, penoso, peligroso) no depende de las condiciones de toxicidad o peligrosidad del trabajo que se realiza sino del tipo de contrato laboral, ¡una injusticia con la que hay que acabar en este nuevo convenio!

Además se firmaron cláusulas de ampliación de la jornada anual, por lo que se nos exige estar más tiempo en el tajo a menor coste y con mayores exigencias para el exclusivo beneficio de los bolsillos de los empresarios, que también se aprovechan de la no remuneración de los atrasos generados por la firma del convenio desde su entrada en vigor, como había venido ocurriendo desde siempre.

Ahora, la Patronal del Metal quiere deteriorar aún más nuestras ya deterioradas condiciones de trabajo. Quieren congelar nuestros salarios en 2021, quitarnos una paga extra este año y el próximo, aumentar la jornada laboral, eliminar los controles sobre las horas extras…

¡No podemos consentirlo!

No debemos consentir ni un solo retroceso más en nuestras condiciones laborales, económicas y sociales. ¡Ya está bien de ceder y ceder derechos! Estas cesiones solo sirven para extender la precariedad entre la clase trabajadora y para hacer cada día más ricos a un puñado de empresarios parásitos.

Es el momento de dar una batalla consecuente en defensa de nuestros derechos y de nuestro futuro. Desde Sindicalistas de Izquierda y desde Izquierda Revolucionaria apoyaremos y participaremos con todas nuestras fuerzas en la convocatoria de huelga, porque solo la movilización decidida de todo el conjunto de trabajadores y trabajadoras del metal en sus diferentes centros de trabajo será capaz de poner freno a esta nueva ofensiva de la patronal. Pero para conseguir esta movilización masiva y asegurar el éxito de la huelga, el primer paso tiene que ser la convocatoria de asambleas unitarias de trabajadores y trabajadoras, donde seamos nosotras y nosotros mismos los que marquemos los pasos a dar en nuestra lucha. Es necesario que los sindicatos que negocian el convenio se comprometan seriamente a respetar las decisiones de las asambleas y a no firmar el convenio a espaldas de los trabajadores y trabajadoras afectados.

La experiencia de los dos anteriores convenios demuestra tajantemente que una negociación que no esté respaldada por la movilización en los centros de trabajo y en las calles, que no se apoye en las decisiones democráticas de las asambleas, sirve para muy poco. ¡No podemos repetir los mismos errores!

En las asambleas tenemos que aprobar entre todos y todas una plataforma de convenio por la que valga la pena luchar, y tenemos que dejar claro a nuestros representantes sindicales que su obligación es defender con uñas y dientes esa plataforma. Tenemos que exigir una reducción de jornada y que se mantengan las actuales pagas extras. Tenemos que exigir una subida salarial digna, que permita mantener un poder adquisitivo gravemente amenazado por las subidas del precio de la luz y de otros productos básicos, con cláusula de revisión vinculada a la evolución de los precios.

Tenemos que acabar con la discriminación salarial entre trabajadores antiguos, de nueva contratación y eventuales. Esa discriminación desemboca siempre en la baja generalizada de todos los salarios. No podemos aceptar que haya compañeros que por su condición contractual con la empresa cobren menos dinero que un indefinido, no solo con respecto al plus TPP, sino de cualquier otro tipo de concepto salarial o extra salarial.

Por supuesto, tenemos que acabar con esa hipoteca permanente hacia los trabajadores como es la obligación de la realización de horas extra de forma sistemática. En este sentido y ante los datos crónicos de desempleo en nuestra provincia, la realización de horas extra ha de ser un concepto a extinguir y a desaparecer. Lo que hay que conseguir es que trabajemos un poco menos y de que podamos trabajar todos. Nuestro objetivo, premisa y consigna para este nuevo convenio ha de ser la lucha por llevar a casa un salario digno en nuestra jornada ordinaria y por supuesto control, vigilancia y cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.

¡Es hora de luchar por nuestro convenio!

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