El conflicto sí tiene solución: la ocupación de la fábrica y la nacionalización
Desde la Corriente Marxista "El Militante" y el Sindicato de Estudiantes queremos mostrar nuestra solidaridad con los trabajadores de Avicu que llevan varios meses sin cobrar sus salarios.
El conflicto sí tiene solución: la ocupación de la fábrica y la nacionalización
Desde la Corriente Marxista "El Militante" y el Sindicato de Estudiantes queremos mostrar nuestra solidaridad con los trabajadores de Avicu que llevan varios meses sin cobrar sus salarios.
Avicu es una empresa situada en Guadalajara, que se dedica a la fabricación de Piensos compuestos, Cría y procesamiento de aves y elaboración de Platos Cocinados. El dueño de la empresa es Jesús Saboya, un conocido empresario de Guadalajara. Avicu es una empresa con beneficios, que no debería estar afectada por la crisis, ya que el pollo es sensiblemente más barato que otro tipo de carnes. Pero a pesar de ser una empresa rentable, los trabajadores llevan varios meses sin cobrar.
Todo apunta a que la empresa puede terminar cerrando, dejando en la calle a 400 trabajadores.
La lucha se ha radicalizado en los últimos días. El martes 16 de diciembre los trabajadores se enteraron de que el hermano de Jesús Saboya estaba en una nave del polígono y le tuvieron dos horas retenido. Posteriormente, el miércoles 17 de diciembre, se enteraron de que Jesús Saboya iba a declarar ante el juzgado por un delito fiscal e inmediatamente cerca de un centenar de trabajadores se desplazaron hasta los juzgados y estuvieron concentrados hasta que el empresario intentó salir, momento en el exigieron el cobro de los salarios atrasados. Jesús Saboya, escoltado por la policía, volvió a entrar en los juzgados. Finalmente, tras 9 horas, la policía sacó a Jesús Saboya del edificio provocando una carga policial sin precedente en Guadalajara desde hace más de 30 años.
El papel de la Junta de Castilla-La Mancha en el conflicto de Avicu
En todas las movilizaciones obreras en defensa del empleo y los salarios que se han desarrollado durante los últimos años en Guadalajara, la Junta de Castilla-La Mancha se ha posicionado invariablemente del lado de los empresarios que querían destruir puestos de trabajo. Así lo hizo durante la emblemática y masiva lucha contra el cierre de Carrier, momento en que la Junta se opuso de forma sistemática a la nacionalización de la factoría, es más, no movió un solo dedo para evitar que se destruyeran 400 empleos. Lo mismo podemos decir de casos como Magneti-Marelli (hoy LCN) donde los trabajadores están en peores condiciones que hace 10 años. En el caso concreto de Avicu, la Junta esta apareciendo como un mero mediador, o mejor dicho está llevando una política que beneficia totalmente los intereses de Jesús Saboya. La declaraciones de la Consejera de Trabajo, Mª Luz Rodríguez, son un insulto a los trabajadores de Avicu. La Consejera dijo que la Junta de Comunidades no podía intervenir de una manera más directa porque no se ha solicitado, ni por la empresa ni por los trabajadores, la declaración de un Expediente de Regulación de Empleo. La consejera explicó estar "absolutamente convencida" de haber hecho un "buen trabajo" durante los dos meses en los que la Junta ha realizado labores de intermediación entre empresario y trabajadores y que "no ha habido un solo día en el que no se haya estado al lado de los trabajadores para encontrar una solución legal a los impagos"; que no tenían "potestad legal" para intervenir. La Junta de Castilla-La Mancha tiene la solución en sus manos, la nacionalización de Avicu sin indemnización, pero, en vez de dar esto paso, se limita a gestionar los intereses del empresario. Desde el Sindicato de Estudiantes y la Corriente Marxista El Militante exigimos la dimisión de Mª Luz Rodríguez.
El conflicto no ha acabado, sí hay una solución: Ocupación y Nacionalización
Los trabajadores, consientes del peligro que entraña la actual situación, están montando guardias en las empresas para evitar la descapitalización de las factorías y que salgan bienes muebles de las instalaciones. Es un primer e importante paso. Sin embargo, en el momento en que se haga realidad la perspectiva del cierre de la empresa, habrá que dar el siguiente paso: los trabajadores de Avicu tienen que ocupar la fábrica y ponerla a funcionar bajo su control eligiendo a un comité de fábrica que se encargue de controlar todo lo que entra, se produce y sale de la fábrica. Además es necesario que este comité sea elegido democráticamente por los trabajadores y que todos sus miembros sean revocables en cualquier momento. La actual situación de Avicu demuestra que los empresarios no sólo no son indispensables, sino que se convierten, como en este caso, en un obstáculo para el mantenimiento producción. La empresa funciona, da beneficios y su producción tiene salida en el mercado: por la nacionalización de Avicu sin indemnización. Así conseguiremos que los puestos de trabajo y la capacidad de generar riqueza de esta empresa sean preservados y controlados por los trabajadores.
Es necesaria la extensión de la lucha
Para conseguir cobrar los salarios atrasados y luchar por la nacionalización es necesario extender la lucha al conjunto del movimiento obrero de Guadalajara. Es necesario repartir hojas informativas, convocar manifestaciones a las que invitemos a participar al conjunto de la población. CCOO y UGT de Guadalajara deberían estar a la cabeza de esta movilización y convocando una gran manifestación de toda la ciudad en solidaridad con los compañeros de Avicu. Hay más empresas bajo amenaza, hay que unificar todos estos conflictos, hacernos más fuertes a través de la unidad de todos los trabajadores. Este es el mejor camino para obligar a la Junta a tomar parte activa en defensa de los intereses de los trabajadores de Avicu, obligando a sus representantes a expropiar la fábrica sin indemnización y bajo el control de los trabajadores. Esta propuesta encontrará la simpatía de la gran mayoría de las familias trabajadoras de Guadalajara, que sufren también los terribles efectos de la crisis. Son innumerables las empresas que están amenazadas con cierres, ERE o despidos. El paro ha aumentado en todo el Estado un 42.7% en el último años y en la provincia de Guadalajara llega ya a los 13000 parados. Mientras tanto, el gobierno del PSOE, aupado al poder gracias a los votos de millones de trabajadores, regala miles y miles de millones de euros a los banqueros. El dinero público debe destinarse a garantizar los puestos de trabajo y los salarios, no a mantener los beneficios de los más ricos: cada fábrica cerrada debe ser nacionalizada por el gobierno y puesta a producir bajo el control de los trabajadores. Todo ello, lleva a la conclusión de que la única forma de combatir esta situación es de forma colectiva, los problemas que provocan los cierres de empresas o los despidos son los mismos en todas las fábricas. CCOO y UGT tienen que organizar por lo tanto un plan de movilizaciones para obligar al gobierno a defender los intereses de los trabajadores: es necesaria la convocatoria de una Huelga General.