Desde noviembre los trabajadores de Cerámicas Bellavista no han parado de dar la batalla contra el cierre de la fábrica de Dos Hermanas (Sevilla), a través de manifestaciones, asambleas y un piquete permanente. El 29 de diciembre fueron a Barcelona a manifestarse delante de la sede del grupo Roca, junto con una representación de obreros de MP de Sevilla que también están en lucha contra un ERE de extinción.
Desde noviembre los trabajadores de Cerámicas Bellavista no han parado de dar la batalla contra el cierre de la fábrica de Dos Hermanas (Sevilla), a través de manifestaciones, asambleas y un piquete permanente. El 29 de diciembre fueron a Barcelona a manifestarse delante de la sede del grupo Roca, junto con una representación de obreros de MP de Sevilla que también están en lucha contra un ERE de extinción.
Mientras escribimos este artículo, los trabajadores de Cerámicas Bellavista y MP están a la espera de la resolución de la Junta de Andalucía sobre estos expedientes. Antonio Fernández, el consejero andaluz de empleo, dijo que la Junta se opone al ERE de Roca si "se despide para toda la vida por causa coyuntural", diciéndose proclive a aceptar medidas laborales que puedan dar viabilidad a la empresa. Sin embargo, como bien explicaban los trabajadores, el argumento de la crisis es sólo una excusa para los empresarios de Roca, que han tenido durante años y siguen teniendo pingües beneficios. Lo que buscan es ampliarlos más a través de la sobreexplotación de los trabajadores chinos y portugueses.
Los jóvenes y trabajadores no hemos olvidado lo que significa aquello de "adoptar medidas para dar viabilidad a la empresa". Recordamos como se cerró el acuerdo en Puerto Real entre la empresa Delphi, las direcciones sindicales de CCOO y UGT y la Junta (cierre de la fábrica y promesa de recolocaciones): fue presentado como el mal menor; los directivos de Delphi se fueron con cientos de millones de euros repartidos, la fábrica deslocalizada a Marruecos y la pérdida neta de miles de puestos de trabajo en la provincia de Cádiz. En estos dos años las cosas han cambiado: lo que antes era el desmantelamiento industrial de la Bahía de Cádiz se ha convertido en una tendencia acelerada en todo el Estado. La clase obrera tiene todo el interés en cambiar completamente la política de sus direcciones sindicales. Si antes el discurso del "mal menor" no funcionaba, ahora menos.
Si Roca u otras empresas no aceptan mantener todos los puestos de trabajo en condiciones dignas, entonces la Junta tiene que ser la que garantice esas condiciones, es decir nacionalizarla y ponerla bajo el control de los trabajadores. Sin embargo, visto que no es eso lo que la Junta plantea, toca a los trabajadores obligar a la administración. Sólo si se ven entre la espada y la pared, abrumados por una movilización que cuente con el apoyo de toda la clase trabajadora de Sevilla y Andalucía, los consejeros y consejeras de la Junta se bajarán del pedestal en el que se han subido como "gestores" al servicio de los capitalistas.
Movilizaciones de decenas de empresas
Muchas son las empresas en lucha en Sevilla, mayoritariamente las del metal. El 22 de diciembre hubo en Sevilla una huelga en MP Componente Mecánicos que llevó a una concentración de trabajadores de varias empresas: entre ellos estaban delegados y trabajadores de Cerámica Bellavista, los mineros de Boliden, Plaspapel, TADA (en lucha contra el despido de un delegado de CCOO), Fundiciones Caetano y otras diez empresas más. Todos pedían la implicación de la Junta de Andalucía y que rechace los EREs. Hablando con decenas de delegados, todos hablaban de la necesidad de una gran manifestación sindical en Sevilla y una huelga general de 24 horas.
El sábado 31 de enero IU de Andalucía ha convocado en Sevilla una manifestación regional para que "la crisis no la paguen los trabajadores". Será una ocasión para extender de manera explícita la consigna de una huelga general. Sin embargo, no muchos trabajadores pueden esperar hasta el 31: su puesto de trabajo peligra ahora. Por eso es necesario que las direcciones de CCOO y UGT preparen y convoquen una manifestación de todas las empresas afectadas, incluyendo a Fasa-Renault. En este caso el papel clave lo pueden jugar los comités de empresa, tomando la iniciativa igual que hemos visto en Navarra y Vitoria en diciembre.
¡Por la defensa de todos los puestos de trabajo!
¡Unificar la lucha de todas las empresas con expedientes y despidos!
¡El dinero público para defender el empleo y no para los banqueros: por la nacionalización sin indemnización de todas las empresas que quieren cerrar!