El miércoles 29 de julio el Departament de Treball del govern tripartit aceptó en ERE de 698 despidos en la factoría de Nissan en Barcelona. Durante los días previos la empresa llamó por teléfono a algunos trabajadores para notificarles el despido. Finalmente el jueves 30 de julio, un día antes de las tres semanas de vacaciones de verano, centenares de trabajadores no pudieron entrar a trabajar porque las tarjetas de acceso a la factoría habían sido bloqueadas. ¡Ésta fue la forma de la empresa de notificar los despidos! Centenares de trabajadores se concentraron en la puerta de la factoría en señal de protesta.

 

El miércoles 29 de julio el Departament de Treball del govern tripartit aceptó en ERE de 698 despidos en la factoría de Nissan en Barcelona. Durante los días previos la empresa llamó por teléfono a algunos trabajadores para notificarles el despido. Finalmente el jueves 30 de julio, un día antes de las tres semanas de vacaciones de verano, centenares de trabajadores no pudieron entrar a trabajar porque las tarjetas de acceso a la factoría habían sido bloqueadas. ¡Ésta fue la forma de la empresa de notificar los despidos! Centenares de trabajadores se concentraron en la puerta de la factoría en señal de protesta.

Igual que en otras empresas como Seat en Martorell o Pirelli en Manresa, con los despidos pretenden en primer lugar recortar plantilla, pero también buscan atemorizar y chantajear a los trabajadores que quedan en la empresa.

El comité de empresa ha manifestado su disconformidad con este ERE y ha estado convocando concentraciones durante las últimas semanas contra los despidos. Esto es necesario pero claramente insuficiente. Es necesario entender porque la empresa finalmente ha conseguido destruir los empleos que planificó a inicio de curso, a través de bajas "voluntarias" y despidos.

La multinacional presentó un ataque directo y frontal contra la plantilla con el ERE de 1680 despidos en octubre. Producto de la lucha de los trabajadores durante dos meses, la empresa retiró el ERE de despidos. Pero como explicamos en diciembre de 2008, la aceptación y firma del ERE temporal por parte de los dirigentes sindicales, presentándolo como la forma de evitar los despidos y desviando el eje de la lucha contra los despidos de la calle a únicamente las negociaciones con la empresa, fue un grave error, igual que lo fue aceptar la lógica de la empresa en cuanto al excedente de plantilla.

En realidad, los ERE temporales en las empresas no son una forma de evitar los despidos, sino que preparan las condiciones para los mismos. Es necesario unificar la lucha contra los despidos en Nissan con la lucha en Roca, y con el resto de empresas con EREs encima de la mesa. Esto es lo que deberían hacer los dirigentes de los sindicatos CCOO y UGT para frenar la ofensiva de la patronal, que durante los últimos meses ha destruido centenares de miles de puestos de trabajo.

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