trabajadores-Canal-anunciando-cierre-cadena_EDIIMA20131105_1375_13¡Nou no se cierra! ¡Por una huelga general para tumbar a Fabra!

Manifestación solidaridad sábado 9 de noviembre a las 18h

Valencia - Plaça St. Agustí · Alicante: Avgda. Aguilera nº 22 · Castellón: Pl. de les Aules.

{Vídeo en el interior}

Los acontecimientos se precipitan desde que el martes 5, cumpliendo los pronósticos, el Tribunal Superior de Justicia valenciano declarara nulo el ERE de despido de dos tercios de la plantilla de Ràdio-Televisió Valenciana (RTVV). Alberto Fabra, presidente de la Generalitat por el PP, anunció ese mismo día el cierre “rápido, innegociable” de la radiotelevisión. Y también ese mismo día los trabajadores, en asamblea, decidieron irrumpir en el telediario nocturno para difundir un comunicado. Desde ese momento ellos tienen el control de la radiotelevisión, decidiendo qué programa se emite y qué no, realizando programas especiales contra el cierre y rompiendo con décadas de manipulación política extrema. Las concentraciones se suceden y el Comité de Empresa ha hecho un llamamiento a solidarizarse con ellos en las manifestaciones del sábado 9.

 

Son numerosas las razones jurídicas que ha llevado al tribunal a anular el ERE: la falta de criterios objetivos a la hora de decidir quién aparecía en la lista de despedidos (muchos directivos y enchufados fueron salvados discrecionalmente), la ausencia de una negociación real con el Comité, la ocultación al mismo de información… La cuestión de fondo son dos características que imperan el PP, en la Generalitat y el partido: la soberbia. Su extremo aislamiento de la realidad les empuja a despreciar y a ignorar el agudo descontento masivo que su política provoca. Es una huida hacia adelante que lo debilita continuamente.

La demagogia de Fabra y del PP

El ERE masivo de 2012 (952 despidos) puso en peligro incluso la continuidad técnica de RTVV (Canal 9 y Ràdio 9), hasta el punto de que la nueva directora general (Rosa Vidal) tuvo que repescar de entre los despedidos (con la oposición de la Generalitat) a varios técnicos, para evitar el fundido en negro. Ahora la decisión del cierre es justificada porque el Consell no puede pagar los 72 millones de masa salarial correspondiente a 1.700 empleados. Es más, con toda desfachatez Fabra dice que el cierre permite salvaguardar la sanidad, la educación y el resto de servicios públicos, “es mejor cerrar RTVV que un colegio o un hospital”. Es un auténtico sarcasmo para los cientos de miles de padres, profesores y estudiantes que se han manifestado una y otra vez (la última, el 24 de octubre) contra los recortes educativos, contra los barracones, contra la eliminación de las becas de libros… Y para los millones de usuarios de la sanidad pública que también sufren los continuos recortes. Quienes no tienen quejas son los banqueros y emprendedores, que este año al poner el cazo recaudan de la Generalitat ¡4.200 millones!, en concepto de deuda pública.

“Els treballadors no som els culpables” es una consigna que desde el año pasado está presente en las calles valencianas. Y tienen razón. Son los directivos, los responsables del ente, y los políticos del PP. Cuando llegaron a la Generalitat RTVV tenía una deuda de 51 millones; en 2011 era ¡de 1.300 millones! Esos 72 millones que dicen que quieren ahorrar contrastan, por ejemplo, con los 540 millones que, de forma encubierta, la radiotelevisión ha regalado a tres clubs de fútbol valencianos con problemas contables (por el método de la sobrevaloración de derechos de emisión). O con los cientos de millones que han salido de sus presupuestos para productoras privadas (muchas de ellas propiedad de directivos del ente o allegados al PP), en un proceso extremo de externalización. La enorme deuda no ha redundado en la mejora de la calidad, y así lo perciben los valencianos: el share ha pasado del 22,5% en 1992 al 3,8% este año (antes de la toma de control por parte de los trabajadores, que lo ha triplicado).

Los trabajadores toman el control

En pocas horas, y gracias a los trabajadores, Nou (antigua Canal 9) se ha transformado. Han tomado la dirección, controlando todo el proceso de la emisión. “Moriremos con las botas puestas”’, dice un trabajador… Toda la rabia acumulada durante tantos años de censura, de manipulación, de acoso laboral, ha explotado. Los locutores exigen la dimisión de Fabra y denuncian la continua utilización de la radiotelevisión por parte del PP (prácticamente escondió el escándalo de los trajes de Camps, el accidente de metro… llegando al absurdo, en época de Aznar, de prohibir la utilización de la palabra botella en los concursos, o del término País de Nunca Jamás de Peter Pan por su similitud con el Nunca Máis del Prestige). Por primera vez, hay auténticos debates políticos y la oposición –prácticamente vetada antes- tiene acceso al plató.

El PP tiene un gran problema. Ni la plantilla ni los trabajadores valencianos van a permitir tan fácilmente el cierre. La consigna Nou no es tanca (Nou no se cierra) se cuela en cada casa gracias a su sobreimpresión continua en la pantalla. Y legalmente el cierre no puede ser automático (Fabra calcula que será en enero, los sindicatos avisan de que realmente no es posible antes de mayo). Mientras tanto, los trabajadores han ocupado de hecho las instalaciones, emitiendo continuos reportajes sobre los chanchullos del PP, llamando a la movilización, y dando la voz a la calle. ¿Cuánto tiempo puede el PP permitir esa situación? Pero si en un momento dado decide cortar la señal (aunque la plantilla hace guardia para impedirlo), o incluso llevar a la policía a desalojar, puede provocar al movimiento y jugarse incluso su continuidad en la Generalitat.

¡Es el momento de la lucha! De organizar al máximo el control obrero de RTVV. Pero sólo resistir en las instalaciones y en cada pequeña pantalla no es suficiente. La convocatoria de la manifestación el sábado 9 de noviembre es un paso adelante importantísimo para implicar al resto de la población, que sin duda se volcará. Pero hace falta más. Hace falta que los sindicatos de clase se pongan a la altura de las circunstancias, unificando todas las luchas y convocando una huelga general en todo el País Valenciano (y en todas las radiotelevisiones públicas) para echar abajo este grave ataque.

¡Por una radiotelevisión pública, democrática, de calidad, en valenciano, plural, y bajo control de los trabajadores!

¡Por la defensa de todos los servicios públicos, retirada de todos los recortes!

¡Ni un solo despido más!

¡Por la dimisión inmediata de Fabra y elecciones anticipadas para garantizar una Generalitat de izquierdas con un programa auténticamente de izquierdas!

¡Sí se puede!

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