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El 11 de octubre la junta directiva de SDS presentaba al comité de empresa un plan para trasladar una parte de la plantilla de la factoría del Puerto de Santa María (Cádiz) a Sevilla. Tras este grave ataque a nuestras condiciones laborales, lo que realmente se esconde es la intención de cerrar SDS. El comité y la plantilla no nos hemos quedado de brazos cruzados. En una multitudinaria asamblea los trabajadores decidimos responder al mayor ataque que hemos sufrido hasta ahora con una jornada de huelga el 23 de octubre y otra huelga de 48 horas los días 29 y 30 de octubre.

 

Las tres jornadas de paro han sido secundadas con un 90% de seguimiento y con una implicación extraordinaria del conjunto de la plantilla, demostrando que hay fuerzas para ganar esta batalla y paralizar los planes de la empresa. El 23 de octubre unificamos nuestra lucha con la educativa, llevando nuestra pancarta junto al Sindicato de Estudiantes en la manifestación estudiantil. En la segunda jornada de huelga, el día 29, realizamos 8 piquetes en las principales localidades de la bahía y las principales empresas: Navantia, Bazán y Airbus. Y, el 30 de octubre, organizamos concentraciones en el Parlamento andaluz y ante las empresas Endesa, Ayesa y Sadiel con una participación masiva de la plantilla.

Una privatización alentada por la Junta de Andalucía

SDS es una empresa de informática que nació como empresa pública y que paulatinamente ha ido perdiendo accionariado público hasta que hace un par de años fue adquirida en un 51% por Ayesa, propiedad del empresario sevillano José Luis Manzanares. Esta venta, que contó con la oposición del comité de empresa y en la que fue adquirida por poco más de 15 millones de euros, puso en evidencia las buenas relaciones de este empresario con la cúpula del PSOE andaluz, que no dudó en facilitar sus negocios privados desde la Junta de Andalucía. Las nefastas consecuencias de la privatización tanto para SDS como para Sadiel, la empresa matriz, fueron no pocas veces denunciadas por el comité de empresa y la plantilla. Igualmente, el consejero de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía, y en general la Junta, ignoró las peticiones de los representantes de más de 1.400 trabajadores de conocer el futuro de la empresa y exigir que de realizarse la venta se garantizase por parte de los nuevos propietarios el empleo y las condiciones de trabajo.
Cuando finalmente Ayesa se hizo con el control de Sadiel, su primera acción fue desprenderse de 20 trabajadores alegando causas objetivas, que aún no han sido demostradas más allá de lo escrito en las cartas de despido. La táctica de meter la tijera en los derechos de los trabajadores y en el empleo con la excusa de la crisis no se ha hecho esperar. Se pretende que los trabajadores que hemos producido jugosos beneficios durante años aceptemos ser sacrificados para garantizar aún más ganancias a otra empresa más poderosa.

Las verdaderas intenciones
de la empresa: cerrar SDS

El historial de explotación de los dueños de Ayesa no deja lugar a dudas. Para aumentar sus beneficios han precarizado y empeorado las condiciones laborales constantemente. Mientras que desde 2011 el grupo se ha embolsado más de dos millones de euros en dividendos y recibido más de 600.000 euros en ayudas públicas, solo en la factoría de El Puerto de Santa María se han perdido 30 puestos de trabajo, se ha modificado el horario empeorando las condiciones y la conciliación de los trabajadores, se han realizado más de 6.000 horas extraordinarias y se han intentado toda clase de recortes para que su margen de beneficio sea todavía más cuantioso.
Ahora la dirección de la empresa plantea una nueva vuelta de tuerca que pone a todos los trabajadores de SDS en la picota: el traslado permanente de unos 70 trabajadores a Sevilla escudándose en la falta de carga de trabajo. Realmente tras este ataque a lo que nos enfrentamos los trabajadores de la factoría es a que se abra la puerta a la rescisión de nuestros contratos, debido a las dificultades económicas y personales, en algunos casos insalvables, de abandonar nuestra vida en Cádiz para trabajar en Sevilla. Y, por otro lado, se suma su plan de ahorro de costes de las instalaciones y trabajadores de SDS en Cádiz. Todo apunta a que como las subvenciones y ayudas públicas se acaban las cuentas son más jugosas cerrando SDS en Cádiz.
Tras el éxito de las primeras 72 horas de huelga, nuestro objetivo es avanzar hacia una movilización y una huelga conjunta de las plantillas de Sadiel, Ayesa y SDS. Una huelga que nos permita paralizar toda la producción y demostrar a los empresarios que no estamos dispuestos a tolerar que se juegue con nuestros empleos y nuestras vidas de manera impune, y que nos permita defender nuestros puestos de trabajo y los derechos que hemos conseguido los trabajadores tras muchos años de lucha.

¡Sí se puede! Luchando todos juntos podemos vencer

Pero, junto a los empresarios, no olvidamos que la Junta de Andalucía, que permitió la venta de la empresa, es también responsable directa de los ataques que los trabajadores estamos sufriendo tras la privatización. Tiene que tomar nota de la ejemplar lucha de los trabajadores de la plantilla y no permitir que en Cádiz, con un 36% de paro, se siga destruyendo empleo. Por ello, exigimos a la Junta de Andalucía, es decir, al PSOE y a IU, que se posicionen con los trabajadores y ponga freno a las pretensiones de Ayesa de trasladar a los trabajadores, garantizando empleo de calidad y carga de trabajo. El trabajo que realizamos es útil y rentable, si los empresarios son incapaces de garantizarlo, la Junta debe expropiar la empresa sin indemnización para asegurar que se mantienen todos los puestos de trabajo.
Los ataques a los trabajadores de SDS no se diferencian de los que sufren en otros muchos sectores. Responden a una misma estrategia por parte de los empresarios que están intentando hacer su agosto con la excusa de la crisis. En la provincia de Cádiz padecemos especialmente esta dolorosa realidad: desindustrialización, precariedad y continuos cierres de empresas, como el caso de Visteon, Vicasa, Gadir Solar, Alestis, la pérdida de empleo en Navantia y sus subcontratas... Nuestra lucha es la misma lucha de otros colectivos que buscan que Cádiz no se convierta en un páramo de paro y contratos basura. Somos conscientes de que la única manera de detener las agresiones patronales y el goteo de despidos y recortes es la unidad y la contundencia en la lucha. Los dirigentes de CCOO y UGT tienen una responsabilidad tremenda y deben unificar todas las luchas que ya se están dando. Por ello, el panfleto que estamos repartiendo los trabajadores de SDS exige la convocatoria de una huelga general de toda la provincia en defensa del empleo.

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