La cifra del paro en Álava durante este último año ha superado los 28.000 desempleados.  La cifra más alta desde el inicio de la crisis: Los recortes y despidos en Osakidetza, ALESTIS, AERNNOVA, CEGASA, CONDESA, LAMINACIONES ARREGUI, SIDENOR GERDAU, GRUPO EITB,  BIDEBERRI e infinidad de despidos individuales, muestran el fracaso de las políticas que aceptan la lógica del capitalismo, y la voracidad de beneficios de los empresarios.

Lejos de llegar la recuperación económica que anuncian a bombo y platillo desde los gobiernos vasco y estatal, lo que estamos viviendo miles de familias trabajadoras es un empeoramiento de nuestras condiciones de vida. Aumento del desempleo, pérdida del poder adquisitivo, reducción salarial, precariedad, recorte en el subsidio de desempleo, endurecimiento del acceso a la RGI, copago sanitario, subida de tasas, desahucios, bajada de salarios, etc.

Los trabajadores de Euskal Herria, como los del resto del Estado español, de Portugal, Grecia, Italia o Francia, estamos sufriendo una ofensiva sin cuartel por parte de la burguesía, de los grandes poderes económicos y financieros, de los que alientan la corrupción y las privatizaciones.

La política de ataques y recortes que está llevando aquí el PNV  está en completa sintonía con los que está llevando a cabo el PP en el estado español, CIU en Catalunya o UPN en Navarra: Recortes en educación, sanidad, pensiones y prestaciones sociales y recortes igualmente en los derechos democráticos.

La derecha, sea española, vasca o catalana sabe muy bien los intereses que defiende, por eso todos los gobiernos están llevando a cabo políticas neoliberales en beneficio del capital y las grandes fortunas. El PP dice que no hay dinero para sanidad, educación o prestaciones sociales, pero eso no ha impedido regalar a la banca más de 60.000 millones de euros de dinero público. De la misma manera, el PNV está llevando adelante sus planes para la privatización de Kutxabank, o malgastando el dinero público en la construcción del tren de alta velocidad, mientras reduce el gasto en inversiones públicas, en sanidad o educación y utiliza de forma masiva la precariedad en la administración.

Ante esta situación la clase trabajadora debemos decir basta. Si luchamos unidos tenemos la fuerza suficiente para acabar con todos estos ataques. Para ello es imprescindible superar la situación de división sindical que existe actualmente en Euskal Herria. Es necesario que las organizaciones sindicales de clase, los diferentes colectivos sociales y las fuerzas políticas de la izquierda que lucha, trabajen por conformar un amplio Frente de Izquierdas para mejorar las condiciones de vida de la mayoría de la sociedad. Un Frente de Izquierda para derrotar a la derecha del PP, PNV, UPN, y CIU, que se dote de un programa social que recoja  todos los problemas y reivindicaciones que tenemos los trabajadores y sectores más desfavorecidos.

La Carta de los Derechos Sociales de Euskal Herria es un primer paso en esta dirección. Ha supuesto la participación directa de miles de trabajadores y colectivos sociales en su elaboración y da una respuesta unida en la defensa de nuestras demandas, tales como el derecho a una vivienda digna, el derecho a un trabajo digno y con derechos, un sistema de salud universal, público y gratuito, derechos de ciudadanía para los inmigrantes, pensiones dignas, energías limpias, servicios sociales que cubran las necesidades de los más desfavorecidos, defensa de los derechos democráticos de Euskal Herria, etc.

Para defender este programa social es necesario elaborar un calendario de movilizaciones ascendente. Debemos mostrar nuestra fuerza en la calle, exigiendo a las direcciones sindicales la convocatoria de nuevas huelgas generales unitarias, como la del 29 de marzo de 2012, que supuso un gran éxito de la clase trabajadora. También movilizaciones como la del 22 de marzo en Madrid, que reunió a 2 millones de personas en contra de los ataques del gobierno del PP, marcaron el camino a seguir. Fruto de aquella movilización y otras anteriores, como las de las mareas blanca y verde en contra de la privatización de la sanidad y la educación se han conseguido importantes victorias para el movimiento obrero en conjunto, como la de los servicios de limpieza de Madrid o la victoria de los trabajadores de Coca Cola contra el ERE de extinción que les aplicó la multinacional.

Estas victorias fueron posibles gracias a que los trabajadores afectados consiguieron la solidaridad e implicación en la lucha de toda la clase trabajadora. Por eso es imprescindible la unificación de todos los conflictos con movilizaciones conjuntas que impliquen a un número cada vez mayor de trabajadores, autóctonos o inmigrantes, jóvenes y colectivos sociales. Las luchas que se están llevando a cabo contra los desahucios, los recortes sociales, en sanidad y educación, contra la LOMCE, contra la reforma laboral, contra el Fracking o por el cierre de Garoña, son parte de la misma lucha. Una lucha contra las injusticias sociales y la dominación de la mayoría de la sociedad por un puñado de parásitos.

Aquí en Vitoria-Gasteiz, la lucha de los trabajadores de Laminaciones Arregui, que llevan más de dos años de movilizaciones, es un ejemplo para toda la clase obrera en conjunto. Es más que una lucha por los despidos. Su victoria es la victoria de todos los trabajadores contra la reforma laboral y la precariedad. Por eso debemos apoyarla toda la clase trabajadora. Esta lucha no debe quedarse aislada del conjunto de la clase obrera. Hay que extenderla a otras empresas en conflicto como Cegasa, Condesa, Aernova, etc, y buscar la solidaridad con otros comités de empresa y colectivos sociales.

La movilización conjunta que hemos llevado a cabo hoy aquí es el primer paso en esta dirección. Debemos continuar trabajando para conseguir una unidad cada vez más amplia y dotarnos de un programa que acabe con todas las injusticias sociales. Un programa que recoja los siguientes puntos esenciales:

Por el reparto del empleo, no a las horas extras. Reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales sin reducción salarial. Jubilación a los 60 años con contrato de relevo.

Por un puesto de trabajo digno. Si los capitalistas no pueden garantizarlo, subsidio de desempleo indefinido equivalente a un SMI de 1200 euros al mes mientras dure la situación de desempleo.

Retirada de la reforma laboral.

Supresión de las ETTs. Todos los contratos de trabajo gestionados por los servicios públicos de empleo.

Seguridad social universal. No al copago ni a los recortes sociales en sanidad.

Retirada de la LOMCE. Enseñanza pública de calidad, gratuita, laica, euskaldun y democrática.

Tarjeta de transporte público gratuito para todos los parados y familiares a su cargo.

Por un presupuesto de choque para aumentar las inversiones públicas en servicios sociales y crear empleo público y de calidad para satisfacer estas demandas.

Congelación de las hipotecas para todos los desempleados. Paralización de todos los desahucios por ley. Expropiación de las viviendas en posesión de la banca. Creación de un parque público de viviendas en alquiler social que no supere el 15% de los ingresos de una familia.

Para poder llevar adelante este programa es necesario que las palancas fundamentales de la economía sean propiedad común de la sociedad, que es la que genera la riqueza con su trabajo. Renacionalización de los sectores privatizados: minería, construcción naval, metalurgia, telecomunicaciones, energía, etc. Nacionalización bajo control democrático de los trabajadores del sector financiero, grandes monopolios y empresas en crisis. Por una planificación democrática de la economía en beneficio de la gran mayoría de la sociedad.

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