Sí se puede
En un contexto donde se están recortando los derechos laborales, sindicales, donde las empresas cometen toda clase de injusticias y barbaridades contra los trabajadores y trabajadoras; la empresa Serunion en otra muestra más de sus prácticas anti—sindicales me despidió por segunda vez en enero de 2013 argumentando “causas objetivas por circunstancias de la producción”, es decir, por causas económicas, aplicando la Reforma Laboral del PP. En el juicio celebrado el pasado 15 de julio, el abogado de la empresa quedó sin argumentos e impotente ante tantas pruebas, indicios y declaraciones de testigos que confirmaban la persecución sindical a la que estoy sometido por Serunion. A esto, el Juzgado número 3 de Málaga declara NULO mi despido al quedar demostrado en la sentencia dicha persecución sindical, siendo condenada otra vez Serunion por la vulneración del derecho fundamental del ejercicio a la libertad expresión y a los derechos sindicales, y obligando a la empresa a mi readmisión.
Quiero agradecer todo el apoyo y solidaridad que he recibido por tantos compañeros y compañeras, y por tantas organizaciones como CGT, el Sindicato de Estudiantes, El Militante, Izquierda Unida, CJC, PCPE, Izquierda Socialista, PSOE de Málaga y a todos y todas quienes habéis participado en la campaña de “Juan Carrasco Readmisión” así como vuestras muestras de cariño y afecto en las felicitaciones recibidas por el triunfo contra mi despido, gracias de corazón. Esta victoria contra la multinacional Serunion es un triunfo de toda la clase obrera. Tengo la convicción, que el sindicalismo practicado en esta lucha, un sindicalismo combativo, de clase y democrático, es el que demuestra con hechos y no con sólo palabras que sí se puede luchar contra los despidos, que sí se puede frenar los recortes sociales y que sí se puede detener todas las injusticias a que nos someten las empresas y los poderosos. Que la unidad y determinación de la clase trabajadora y sus organizaciones es el único camino para defender de verdad lo que es nuestro, lo que nos pertenece y quieren arrebatarnos, nuestros puestos de trabajo, el pan de nuestros hijos y familias. También estoy convencido del patente fracaso del “sindicalismo” de pactos y consensos que practican las cúpulas de CCOO y UGT, demostrando su inutilidad para defender nuestros derechos.
En esta dura batalla por mi readmisión también quiero hacer, como no podía ser de otra forma, un reconocimiento especial al compañero David Bernardo Nevado, abogado laborista de AJUSO (Abogados por la Justicia Social) sobre quien ha recaído un gran trabajo y esfuerzo en los temas jurídicos, llevando mi defensa por sus convicciones comprometidas con los derechos de los trabajadores y no como una mera cuestión profesional.
Antes de ser un sindicalista en CGT, desarrollé mi lucha sindical en CCOO, por esto para finalizar esta breve nota, quiero recordar las palabras del compañero Marcelino Camacho: “Ni nos domaron, ni nos doblaron ni nos van a domesticar”.
¡¡SÍ SE PUEDE!!