El máximo representante sindical de todos los trabajadores de Navantia era un vendido a la empresa, que ahora le recompensaba los servicios prestados para intentar acabar con las conquistas históricas del convenio de Navantia, intento frustrado por la firme resistencia de la plantilla de Ferrol, que luchó contra todo y contra todos: la empresa en primer lugar, pero también contra su comité de empresa y las federaciones sindicales.
La conmoción fue brutal. En Ferrol, el jueves 12 se celebró una asamblea de afiliados para hablar de la situación. El discurso del secretario general de la sección sindical fue el previsible: es un caso aislado ajeno al sindicato (“Oliva no es ni fue nunca de CCOO porque no lleva nuestro ADN”). El responsable del sector naval público de la federación estatal de Industria llamó al cierre de filas: “En tiempo de problemas, seguir al capitán”.
No al modelo sindical de pactos
El discurso de los compañeros de GanemosCCOO fue muy distinto: Oliva era un destacado representante de CCOO (llegó a compartir tribuna con Toxo en el acto sindical celebrado por CCOO en septiembre de 2011 en Madrid, con más de 20.000 delegados de todo el Estado) y, por tanto, alguien tenía que asumir responsabilidades políticas. Pero sobre todo incidimos en el problema de fondo: el resto de los miembros de CCOO en la comisión negociadora habían defendido el mismo convenio que Oliva, es decir, su visión sobre los derechos de los trabajadores no se diferenció de la visión de la empresa.
El llamamiento al cierre de filas lo respondió muy bien un afiliado al recordar que, si en 2013 hubiésemos seguido al “capitán”, se habría firmado el convenio y, además de perder muchos derechos, Oliva podría seguir haciendo mucho daño porque a lo mejor no sabríamos que era un vendido.
Asimismo ligamos el tema Oliva con el debate mantenido en una asamblea de afiliados una semana antes sobre el Código Ético aprobado por el Consejo Confederal, donde desde GanemosCCOO habíamos señalado que no serviría para evitar más casos de degeneración porque la causa de estos es el modelo sindical pactista defendido por la dirección de nuestro sindicato, por lo que era inevitable que en el futuro hubiese más disgustos. No pasó ni una semana antes de volver a tener otro ejemplo de que hay dirigentes de CCOO tan imbuidos de mentalidad empresarial, que acaban vendiéndose al enemigo de clase.
El análisis de GanemosCCOO (no estamos ante un problema personal, sino sindical) se vio confirmado inmediatamente. Poco después de finalizada la asamblea, se conocía un comunicado de la dirección de la sección sindical de San Fernando, que terminaba así: “no podemos dejar de valorar a Oliva como persona razonable, válida para el cargo que le han brindado y por supuesto con una visión social mucho más amplia que cualquier otra persona de dentro o fuera de Navantia que pudiera haber ocupado ese cargo”.
La indignación entre los afiliados de San Fernando todavía subió más y el lunes 16 se celebró una asamblea en la que se aprobó un nuevo comunicado de rechazo al nombramiento de Oliva. Aunque una parte de los afiliados pidieron la dimisión de todos los delegados, la propuesta no prosperó. Donde sí dimitieron todos fue al día siguiente en la factoría de Puerto Real, una decisión coherente con la gravedad del asunto.
Hace falta una renovación de las secciones sindicales de CCOO de Navantia
Pero, a pesar de esto, la federación estatal apuesta por recomponer relaciones. No sólo intentó evitar las dimisiones de Puerto Real, sino que, tras el comunicado forzado por la base, le mandó una carta a los afiliados de San Fernando diciendo que “estamos seguros de que la dirección de la Sección Sindical (…) asume plenamente la posición de los afiliados/as (...) y que en coherencia, lo postulado en su primer comunicado solo haya sido un error motivado por la sorpresa, desorientación o urgencia de salir al paso de la noticia”.
Efectivamente, algunos están desorientados, pero no precisamente los colegas de Oliva, que saben muy bien lo que se hacen, sino los dirigentes de la federación. ¿Por qué intentan recomponer las relaciones con la dirección de la sección sindical de San Fernando, en vez de impulsar su renovación? Porque la federación también apoyó la firma del convenio, porque defienden el mismo modelo sindical.
Toda la situación vivida con el convenio de Navantia demuestra la necesidad de una profunda y completa regeneración de CCOO, regeneración que sólo puede salir de la base porque los mismos que crean un problema nunca son parte de la solución. Hace falta una renovación al completo de las secciones sindicales de CCOO de Navantia.
Las elecciones sindicales tocan dentro de tres meses. El aparato quiere aplazarlas, pero en Ferrol hay cada vez más voces que piden votar, y es muy dudoso que lo logren. Los afiliados tenemos que coger el futuro de CCOO en nuestras manos para que las candidaturas de nuestro sindicato sean elegidas democráticamente y estén formadas por las personas más válidas para ser genuinos representantes de los trabajadores, personas que tengan claro que no se deben ni a la empresa ni a ningún “capitán” del sindicato, sino a sus compañeros y a los intereses generales de la clase obrera. Y que también tengan claro que las horas sindicales son para la actividad sindical.