A escasas semanas de conocerse el nuevo escándalo de los sobresueldos cobrados por miembros de COMFIA, mientras arreciaban los EREs en el sector bancario y se producían despidos masivos, las palabras de Javier Jiménez no parecen las más afortunadas, pero están en total sintonía con el debate y el propio documento Medidas para reforzar las mejores prácticas de gobierno y control en CCOO. Código de conducta aprobado en dicho consejo por 142 votos a favor, 0 en contra y 5 abstenciones.
El documento pretende ser una respuesta a la indignación de los afiliados ante los escándalos de corrupción presentes en el sindicato, y un intento de acallar las voces cada vez más numerosas que exigimos una regeneración profunda que comience por la dimisión de la propia dirección confederal, como responsable política de la situación actual. Lejos de afrontar los graves problemas de corrupción que están aflorando en el sindicato, se opta por esconder la porquería debajo de la alfombra y por justificar lo injustificable.
Así al menos se deduce del discurso de clausura de Ignacio Fernández Toxo que, a lo largo de cuarenta minutos de intervención, se esforzó en vincular la memoria de Marcelino Camacho y la historia de CCOO a su propia política al frente del sindicato. Y todo ello ante un auditorio donde la máxima dirección del sindicato aplaude de manera entusiasta cuando el secretario general insiste en que deben ser las empresas quienes financien la actividad del sindicato en su seno y, por el contrario, reacciona con absoluta indiferencia y un silencio glacial cuando se menciona que en CCOO no puede haber cabida para prácticas corruptas y poco éticas.
¡Cómo contrastan las palabras de Toxo sobre la necesidad de “establecer normas que limiten la aceptación de regalos o de beneficios procedentes de empresas con las que colaboramos, de proveedores, de contrapartes…” con las del histórico dirigente y fundador de CCOO Joaquín Navarro cuando afirmaba que él siempre se negó, no ya a recibir “regalos o beneficios” de la patronal, sino ni tan siquiera a “comer o tomar una copa con ellos, pues el trabajador que observa ese comportamiento puede dudar de tu integridad y honradez”!
Qué palabras tan sencillas frente a un discurso plagado de rodeos para evitar mencionar la corrupción, los sobresueldos, los sobornos de la patronal y tantas conductas indignas que en los últimos tiempos hemos conocido. Y qué total falta de credibilidad la de Toxo cuando en este mismo discurso reivindica la necesidad de que CCOO esté presente en la calle “contra la reforma laboral, defendiendo la sanidad, la educación, la dependencia, los salarios, ¡cómo no!, el paro que asola nuestro país…”, mientras mantienen al sindicato en la parálisis, evitando cualquier tipo de movilización centralizada para defender ni uno solo de esos servicios públicos, actuando como muleta del PP en momentos críticos o sentándose con la patronal a firmar un nuevo pacto de rentas en lugar de encabezar la lucha por el empleo digno.
Basta ya de paripés y de reuniones farsa. Frente a la corrupción y los escándalos en el sindicato desde GanemosCCOO exigimos la adopción de medidas inmediatas y contundentes: depuración profunda en todos los niveles de la organización, dimisión de la dirección confederal como responsable directa de la nefasta política de paz social que ha propiciado la extensión y el enquistamiento de estas prácticas en el sindicato, y convocatoria de un congreso extraordinario con delegados elegidos desde la base para retomar el rumbo de la lucha y la movilización.
¡Fuera arribistas y corruptos de CCOO!
¡Ganemos CCOO para los trabajadores!

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