Los Bomberos de Guadalajara llevan en huelga desde el 2 de febrero reclamando mejoras en el servicio y en sus condiciones de trabajo. La política municipal de recortes del Partido Popular ha afectado a un servicio público indispensable, provocando que se incumpla la normativa europea por la cual cada mil habitantes debe existir un bombero. Guadalajara, con 85.000 habitantes, debería contar con 85. Sin embargo, son sólo 46 los bomberos en plantilla, la mitad.

La principal reivindicación es volver a un mínimo de nueve bomberos por turno, lo que había antes de que el alcalde, Antonio Román, lo rebajara a siete. También reclaman reformas en sus instalaciones, actualmente con goteras y humedades, renovar el material obsoleto y poner fin a la largas jornadas de trabajo que han llegado, en ocasiones, a las ¡69 horas semanales!

Demandan también la igualdad salarial con otros cuerpos de bomberos. Un bombero de Guadalajara cobra 400 euros menos que la media de sus compañeros en la región y 300 menos que los de la Diputación de Guadalajara. La respuesta del alcalde ha sido que “no lo permite la ley” y que “sería injusto para el resto de funcionarios de Guadalajara. Sería una subida de entre el 20 y el 25%, es una propuesta que no puedo aceptar”. En un alarde de cinismo se aplica la ley del embudo —lo ancho para mí, lo estrecho para los demás— ya que el edil se encuentra entre los alcaldes pluriempleados que más ingresos tiene.
El dinero para garantizar un servicio ejemplar de bomberos podría salir, por ejemplo, de los 150.000 euros del coste las tres estatuas de bronce que el ayuntamiento va a destinar a dos nazarenos, al Comendador de Calatrava y a la Bella Durmiente, y que ha salido anunciado en el Boletín Oficial de la provincia, tal como ha denunciado Ahora Guadalajara.
Pero el afán lucrativo de la derecha no sólo afecta a sus condiciones laborales, sino a la seguridad de los ciudadanos. Los bomberos también han denunciado que hay puntos de agua que no están operativos o tienen un mal funcionamiento. Esta irregularidad afecta a nada menos que 11 gasolineras, 35 centros educativos, 13 centros públicos, 22 centros de ayuda social, 9 centros sanitarios y otros tantos deportivos, además de otros edificios de la ciudad.
Los bomberos han realizado numerosas movilizaciones, la última el 16 de mayo que discurrió por el centro de Guadalajara y que contó con el apoyo de numerosos colectivos ciudadanos. Días antes, el 12, ante las reiteradas negativas, iniciaron una huelga de hambre, que duró hasta el 24 de mayo cuando la salud de algunos de ellos peligraba. El gobierno municipal del PP ha recurrido a la represión con todo tipo de expedientes y sanciones con el fin de amedrentarlos, llegando al extremo durante la huelga de hambre de enviar a la policía y a la guardia civil a casa de los mismos para obligarlos a trabajar en su tiempo libre y prohibiendo a los médicos de atención primaria otorgar la baja laboral a los mismos.
¡Todos con los bomberos de Guadalajara!

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