El IV Convenio Colectivo de Navantia, firmado en 2014 por representantes sindicales no autorizados, eliminó, entre otras cosas, el derecho a que un trabajador a quien se concediese de oficio una Incapacidad Permanente Total pudiese optar por ser recolocado en un puesto de trabajo adecuado a sus limitaciones. Como consecuencia, en diciembre fue despedido Paco Naveiras, un trabajador de 39 años del gremio de Tuberos de la factoría de Ferrol. La anulación judicial del convenio ha implicado su readmisión. Publicamos aquí un resumen de una entrevista a Paco; la entrevista completa puede leerse en www.elmilitante.net.

EM.— ¿Qué pasó a raíz de tu despido? 

Paco Naveiras.— Por parte de mis compañeros sentí un apoyo grande, incondicional, importantísimo para mí porque yo no estaba muy fuerte para recibir una noticia tan negativa. Gracias a ellos pude levantarme un día y otro día para decir: vamos a pelear hasta donde se pueda para recuperar lo que me han quitado. Y por parte del comité de empresa, pues bastante dejadez, muy poco compañerismo. No sé por qué ni por qué no, pero es lo que me han hecho sentir y lo que han hecho sentir a los compañeros que me acompañaban en las reuniones que iba teniendo con el comité. Muy poca sensación de apoyo, de involucrarse en un conflicto tan grave y tan delicado como era el primer despido por una incapacidad de un trabajador de la antigua Bazán.
EM.— Tú estás afiliado a CCOO. ¿Cuál fue el papel del sindicato?
PN.— Una vez despedido, fue como si el problema ya no fuese con ellos. Me hicieron sentir como si fuera un problema para ellos. Durante los casi 14 años que trabajé en Navantia antes de que la salud me hiciese ausentarme, podía tener opiniones diferentes a cómo llevaban las cosas o a sus planes para pelear un conflicto, pero nunca tuve nada contra ninguno de ellos, ni personal ni laboralmente. La verdad es que me vi más como un problema para el comité de empresa que como una punta de lanza para pelear por los derechos de los trabajadores. Me hicieron sentir que no tenían ningunas ganas de luchar para conseguir un resultado positivo.
EM.— ¿Cómo se resolvió tu readmisión?
PN.— Gracias a que GanemosCCOO recogió firmas para que hubiera una asamblea para decidir si el comité de empresa podía o no presentar una determinada contrapropuesta durante la negociación del IV Convenio. En esa asamblea salió un ‘NO’ rotundo. La presión de los trabajadores de Ferrol fue enorme y la federación estatal de Industria de CCOO tuvo que impugnar el convenio firmado. La Audiencia Nacional lo anuló, obligando a Navantia a restituir el III Convenio. A raíz de esto, y aconsejado por el abogado que contraté —porque, después de ver la actitud del comité de empresa, no quise saber nada del abogado de CCOO—, presenté un escrito solicitando mi readmisión.
EM.— ¿Qué le dirías a quien pueda estar en la situación que tuviste que vivir?
PN.— Pues que no le pasen desapercibidos sus compañeros. Simplemente con unos minutos que te dediquen, una llamada telefónica, un saludo, pues ya te ayuda cuando estás fastidiado de salud, tienes unas limitaciones y aun encima te echan de una empresa pública como un juguete roto, en vez de decirte: “¿Quieres sentirte útil, una persona normal? Tenemos un sitio para ti”, porque en Navantia hay tal cantidad de oficios, que casi cualquier persona, aunque tenga limitaciones, puede sentirse productiva. Así como hubo gente con la que me sentí olvidado —vamos a decirlo claramente: el comité de empresa—, hubo compañeros que nunca me olvidaron, que me hicieron sentir que siempre fui un compañero suyo. Y a la gente en mi situación les diría que no se encierren en sí mismos, que compartan las cosas con las personas que los apoyan, que escuchen, que no dejen de pelear, que se asesoren y que no les dé reparo denunciar públicamente su situación, que tenemos derecho a reivindicar.
EM.— CCOO de Navantia-Ferrol ha celebrado su congreso y has formado parte de la candidatura de GanemosCCOO a la ejecutiva. ¿Por qué diste el paso?
PN.— Pues porque nos quejamos todos los días, pero ¿hemos hecho algo hoy para mañana no levantarnos y seguir quejándonos? No, nada, aparte de quejarnos. Por eso, después de la grave situación que viví, me he propuesto que tengo que tener la conciencia tranquila de que yo intenté hacer algo para conseguir un cambio, por lo menos pelear, lucharlo y formar parte de ese cambio porque es la única forma de que mañana deje de quejarme. Y también porque, de todos mis compañeros, los de GanemosCCOO nunca me han olvidado, en todas las asambleas han preguntado al comité por mi caso, en todas las reuniones de afiliados han preguntado por mi caso al sindicato. Gracias a ellos seguí estando dentro de la factoría, a pesar de estar despedido. Voy en esa candidatura porque quiero formar parte de ese grupo humano que no abandona a las personas y a las causas justas, y también porque GanemosCCOO quiere conseguir ese cambio sindical que tanto necesitamos para tener un presente y un futuro digno como trabajadores.
EM.— ¿Quieres añadir algo más?
PN.— Quiero dar las gracias por tener la oportunidad de contar mi experiencia, y que quien lea esto sea consciente de lo importante que es poder decidir por uno mismo, no que te obliguen a coger este u otro camino. Por eso espero que esta candidatura algún día consiga tener el peso suficiente para que los que estamos y los que van a venir puedan algún día decidir. Estoy eternamente agradecido a los compañeros de GanemosCCOO y en general a todos mis compañeros del astillero de Navantia-Ferrol, por su apoyo y su aprecio.

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