La lucha continua
Los trabajadores de las subcontratas de Telefónica se han convertido en un auténtico referente de lucha tras más de dos meses de huelga indefinida. A pesar del boicot constante de los medios de comunicación, al servicio de multinacionales como Telefónica y Coca-Cola, esta lucha tiene un enorme respaldo social. Un buen ejemplo han sido las cajas de resistencia, recaudando miles de euros de solidaridad, alimentos, e incluso editando un diario de la huelga para difundir su lucha.
Los trabajadores han obtenido el apoyo de las principales candidaturas de la izquierda, que además se han comprometido a que los ayuntamientos donde gobiernen no contraten con Telefónica. En el caso de Barcelona, Ada Colau, tras su victoria en las elecciones del 24-M, se acercó al encierro que mantenían los trabajadores en el Mobile World Centre (MWC), ante el anuncio de desalojo por orden judicial, solidarizándose con los huelguistas, reafirmándose en su voluntad de que el ayuntamiento no contrate con Telefónica y exigiendo condiciones de trabajo dignas a la compañía. La presión generada por el conflicto es tal que el alcalde en funciones de CiU, Trias, renunciaba a firmar un nuevo contrato con Telefónica por valor de 4,5 millones de euros.
CCOO y UGT firman un pésimo acuerdo a espaldas de los trabajadores
¡Basta de pactos con la patronal!
Frente a este ejemplo, tenemos otra cara, la actuación lamentable de los dirigentes de los principales sindicatos de clase. El 5 de mayo la dirección de CCOO del Metal, junto a UGT, firmó un acuerdo con Telefónica para tratar de finiquitar la huelga. Un acuerdo firmado a espaldas de los trabajadores por unos “representantes” ajenos al conflicto, y vulnerando las decisiones y reivindicaciones adoptadas por los trabajadores en asamblea.
El día que se firmaba el acuerdo representantes de los trabajadores subcontratados de Telefónica se encontraban en Bruselas invitados por Podemos para dar a conocer sus reivindicaciones. Aprovecharon su ausencia para firmar, tratando de asestar un golpe mortal a la lucha. Al mismo tiempo, el aparato del Estado, al servicio de Telefónica, detenía a 5 trabajadores, y posteriormente a otros 11, tratando de amedrentar a los huelguistas. La reacción ante esta actuación coordinada de las cúpulas de CCOO y UGT, la patronal y el Estado no se hizo esperar. Una ola de indignación entre los huelguistas le dio un nuevo impulso a la lucha, realizándose asambleas de las distintas subcontratas, y asambleas generales en cada zona, donde se ratificó la oposición al acuerdo y mantener la huelga.
Varios delegados de CCOO de las contratas en huelga han dirigido una carta a la Federación de Industria exigiendo una rectificación inmediata. Además, el 27 de mayo, un grupo de trabajadores acudió en Madrid, junto a compañeros de GanemosCCOO, al Comité Estatal de Industria para entregarles un llamamiento y exigir su rectificación y explicaciones por la firma del acuerdo.
Este acuerdo forma parte de la deriva de CCOO y UGT, cuya política persigue garantizar la paz social a toda costa, aunque sea en contra de los intereses de los propios trabajadores, y que ha llevado a una situación donde afloran graves casos de corrupción. Nos preguntamos si habrá casos similares a los que hemos conocido en la antigua COMFIA en el caso de Telefónica. ¿Será que la participación de CCOO junto a UGT en el accionariado de Fonditel, la gestora del Fondo de Pensiones de Telefónica, les ha hecho olvidar cuál es la finalidad de un sindicato de clase?
‘Nosotros luchamos, nosotros negociamos’
Una de las principales reivindicaciones de los trabajadores es estar en la mesa de negociación con sus representantes directos elegidos en las asambleas, algo constantemente negado por las cúpulas de CCOO y UGT. Los firmantes del acuerdo nunca participaron en ninguna asamblea, ni siquiera son trabajadores del sector. Los que luchan son los que deben negociar, así surgieron las comisiones obreras, elegidas directamente por los trabajadores. Desde GanemosCCOO exigimos a la retirada de la firma del ese acuerdo, que se deje negociar a los propios trabajadores en huelga, que se les apoye y se extienda la lucha y se recojan fondos para su caja de resistencia.
El ambiente social es muy favorable a esta lucha, reforzado por la victoria de la izquierda en las elecciones municipales, tiene que ser aprovechado para arrancar cuanto antes una victoria a Telefónica. Por eso, los trabajadores hacen un llamamiento a CCOO y UGT para que unan sus fuerzas a las de los trabajadores en lucha y se consiga poner punto y final a las condiciones de semiesclavitud que rigen en el sector de la instalación telefónica. Esta huelga es del conjunto de la clase obrera. Su victoria también lo será.