La batalla de Xaquín García Sinde contra el CNI se ha saldado con una victoria de la justicia frente a la arbitrariedad del aparato del Estado. A finales de septiembre del año pasado, el CNI le denegó a Xaquín, conocido sindicalista de GanemosCCOO en el astillero Navantia-Ferrol y miembro de El Militante desde hace más de 30 años, la llamada Habilitación Personal de Seguridad (necesaria para determinadas funciones en Navantia), al considerar que era un riesgo para la seguridad nacional. A pesar de la gravedad de esa resolución, la única “prueba” que aportó el CNI fue decir que el compañero había demostrado “de obra o palabra, falta de honradez, deslealtad, falta de fiabilidad, no ser de confianza, o indiscreción”.

¿Cuáles eran esas obras o palabras? No se podían saber porque era secreto oficial. Xaquín era un peligro porque lo decían ellos, y no tenían que dar más explicaciones. Él demandó al CNI. Una reciente sentencia de la Audiencia Nacional acaba de darle la razón.

El Militante.— ¿Cómo valoras esta sentencia?
Xaquín García Sinde.— Creo que es muy positiva, tanto por su contenido como porque es firme y no cabe recurso contra ella. Pero no digo esto desde un punto de vista personal, sino de toda la sociedad, porque el eje de la sentencia es que el CNI, como el resto de la Administración, no puede hacer lo que le dé la gana, no está por encima de la ley, tiene que motivar sus decisiones. Tanta importancia le da la sentencia a la motivación, que dice que “se constituye en auténtico elemento diferenciador entre discrecionalidad y arbitrariedad (…) resultando tan trascendente el requisito en cuestión que resulta obligado entender que incide en infracción formal del Ordenamiento Jurídico determinante de nulidad la resolución administrativa que se apoya en una valoración no debidamente concretada”. O sea, que el CNI actuó conmigo de forma arbitraria y violando la ley.
Otro aspecto relevante de la sentencia es que dice que el CNI no puede ampararse en el secreto oficial para no dar explicaciones: “aunque la decisión se sustente en informes clasificados con arreglo a la normativa de secretos oficiales, debe proporcionar al menos un mínimo de datos sobre las razones determinantes del pronunciamiento”. Y ello por dos razones fundamentales: para no dejar a la persona afectada en una situación de indefensión y para que la Justicia pueda verificar que el CNI se ajustó a la legalidad.
Como la resolución del CNI no cumplía estos requisitos, la Audiencia Nacional la anula y le ordena que dicte una nueva debidamente motivada.
EM.— ¿Cuál crees que fue el motivo que llevó al CNI a señalarte como un riesgo para la seguridad nacional?
XGS.— La resolución del CNI me convertía en sospechoso de cosas tan graves como un posible acto de espionaje, o de sabotaje o de terrorismo dentro de la empresa, lo cual, además de ser una barbaridad, no se lo cree nadie que me conozca. Por tanto, la única explicación —y es también la opinión general entre toda la gente de izquierdas en Ferrol— es que fue una represalia por mi compromiso y mi actividad política y sindical. Como es sabido, los trabajadores de GanemosCCOO, entre otras cosas, jugamos un papel decisivo para impedir que se consumase la pérdida de derechos en el convenio colectivo de Navantia, que los anteriores dirigentes sindicales habían pasteleado con la empresa.
EM.— ¿Qué queda ahora?
XGS.— Se ha ganado una batalla, y una batalla importante, pero la guerra no acabó. La pelota está ahora en el tejado del CNI. Veremos qué hace, si cumple la sentencia y dicta una nueva resolución, o no. Y si la dicta, veremos qué dice. También hay que tener en cuenta que habrá un cambio de gobierno a final de año, con lo cual el CNI dejará de estar dirigido por el PP.
En cualquier caso, la sentencia es muy positiva, independientemente de lo que haga con ella el CNI. Espero que sirva para animar a más gente a denunciar otros atropellos, a no dejarse avasallar y plantar cara siempre, y también para que el PP se lo piense dos veces antes de volver a utilizar sectariamente el aparato del Estado para perjudicar a los militantes de izquierdas que combatimos sus políticas. Cuarenta años después de la muerte de Franco, y la derecha española todavía conserva los tics dictatoriales.
Por mi parte, tengo claro que la sentencia se tiene que cumplir y si, en un tiempo razonable, no tengo noticias del CNI, así lo exigiré.
Y quiero acabar esta entrevista agradeciendo a todo el mundo, empezando por mis compañeros del astillero, los ánimos y el apoyo que me disteis en esta lucha.

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