El 25 de noviembre varios cientos de trabajadores de IBM España e IBM GSE nos concentramos ante las oficinas de la empresa en Madrid y Barcelona, iniciando así la respuesta en la calle a la sangrante batería de agresiones que la empresa ha puesto en marcha.La concentración se realizó en un ambiente caldeado por la decisión de la empresa de cancelar su más importante evento comercial anual —el IBM Business Connect— previsto para ese día en el Ifema y que tuvo que ser suspendido por la empresa ante la convocatoria de huelga y concentración a las puertas del evento. Es posible que la empresa previese que con esta abrupta cancelación, anunciada con solo cuatro días de antelación a los cerca de 2.000 clientes que iban a asistir, amedrentase a los trabajadores, o que sirviese como excusa para iniciar una campaña contra los representantes sindicales. En este sentido, en su comunicado a la plantilla la empresa afirma que la cancelación está motivada por posibles “riesgos” a los asistentes, insinuando así su temor ante un posible comportamiento agresivo de los trabajadores.
Pero estas tretas resultaron completamente fallidas. Los trabajadores participaron con entusiasmo en las concentraciones, un entusiasmo que creció cuando se anunció que la movilización continuará con nuevas concentraciones y convocatorias de huelga que se van a hacer extensivas a los trabajadores subcontratados por IBM, ya que las agresiones de la empresa alcanzan a todos los trabajadores, con independencia del tipo de relación legal que mantengan con IBM.
Los ataques de IBM a sus trabajadores
El grupo IBM ha planteado un triple ataque a la plantilla de IBM España: un ERE con despido de 137 trabajadores, una rebaja salarial del 10% a toda la plantilla y la inaplicación a partir de enero de 2016 de un plan de pensiones especialmente ventajoso para los trabajadores. Además, el 1 de enero está prevista la segregación de 471 trabajadores de la filial IBM GSE a otra filial del grupo IBM en unas condiciones que no hacen presagiar nada bueno, al tiempo que también en IBM GSE se anuncia que 50 trabajadores temporales serán despedidos a la finalización de sus contratos.
Y por si fuera poco, IBM ha decidido lanzar un ataque brutal contra 400 de sus trabajadores subcontratados, a los que se intenta forzar a aceptar un cambio de empresa con reducciones salariales que en algunos casos superan el 40% y con traslado del puesto de trabajo a Salamanca o Zaragoza.
Todas estas medidas constituyen un intento de desmantelar IBM España, de destruir puestos de trabajo relativamente estables y con unas condiciones medianamente dignas, para sustituirlos por trabajadores precarizados, con salarios de hambre (por ejemplo, operadores por 11.000 euros anuales, trabajando a turnos de mañana, tarde y noche, de lunes a domingo, y con descansos que solo de pascuas en ramos coinciden en fin de semana). Las condiciones ventajosas que históricamente habían disfrutado los trabajadores de IBM se están liquidando a toda velocidad, y cada vez está más claro que la precariedad que sufren actualmente los compañeros de las subcontratas prefigura el futuro que les espera a la inmensa mayoría de la clase trabajadora si no nos movilizamos para impedirlo.
Firmeza ante los ataques
A pesar de las presiones de la empresa, y a pesar de los consejos recibidos desde las cúpulas sindicales, los representantes de los trabajadores se negaron rotundamente a firmar el ERE planteado por la empresa y se preparan para plantear batalla tanto en el frente legal como en el frente de la movilización.
La unificación de la lucha de los trabajadores de plantilla de las empresas del grupo IBM y la de los trabajadores subcontratados —que pertenecen a un gran número de esas empresas parasitarias conocidas coloquialmente en el sector como “cárnicas”— es sin duda un gran paso adelante. Las empresas intentan oponer y enfrentar a diversos colectivos de trabajadores para imponer más fácilmente sus recortes y ataques. Pero la unidad de la clase trabajadora y su enérgica movilización van a ser capaces de impedirlo.