El documento que presentamos a continuación fue escrito por la UGT de Álava en 1976 que —al igual que las Juventudes Socialistas de Álava— adoptó mayoritariamente las posturas del socialismo marxista y revolucionario constituyendo, hasta su expulsión en 1983 por denunciar una y otra vez la política de la dirección, la izquierda marxista del movimiento socialista.

Tras dicha expulsión, los socialistas marxistas organizaron la Unión Socialista de Trabajadores (UST), logrando mantener el 10% de representación en las fábricas y más de 3.000 afiliados, siendo readmitidos por la UGT en 1993 cuando el sindicato socialista estaba siendo perseguido por la banca y el Gobierno de Felipe González, acorralado y debilitado hasta el extremo. La UST ingresó en la UGT para continuar defendiendo las mismas ideas y los mismos métodos marxistas y revolucionarios que le inspiraron aquellos gigantescos acontecimientos del 3 de marzo de 1976.

Este documento fue calificado de “excelente desde el punto de vista informativo, probablemente el trabajo más destacado a este nivel” (Informe de Vitoria, Grupo de trabajo Alternativa).

Vitoria en lucha

La lucha de la clase obrera del Estado español pasa hoy por la imposición y consecución de los derechos y libertades más fundamentales; pero no debemos olvidar que los métodos de lucha y de autoorganización deben ir encuadrados en la perspectiva de la revolución socialista. La clase obrera debe ser sujeto y no objeto de esta revolución.

Este estudio no pretende ser un análisis político profundo. Su objetivo es intentar el esclarecimiento de los trabajadores sobre el alcance global de su acción y la necesidad de desarrollar esta lucha a un nivel superior.

El pueblo de Vitoria, con la clase obrera al frente ha protagonizado unas jornadas históricas y ha desarrollado una experiencia de lucha que debe servir a toda la clase obrera del Estado español.

Quien conociese la Vitoria de hace unos meses no podía imaginarse el empuje y la fuerza, la unidad solidaria y combativa que existía en la clase obrera de nuestra ciudad.

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Este documento fue escrito por la UGT de Álava en 1976. En 1983 fue disuelta y sus dirigentes, socialistas marxistas, expulsados por denunciar la política de la dirección, y organizaron la Unión Socialista de Trabajadores (UST). 

La UGT ha estado presente en la lucha. Desde el primer momento propugnamos y respetamos el acuerdo de “no hacer propaganda como organización” durante el conflicto y participar en él como militantes obreros, potenciando la lucha desde dentro. Una vez que el conflicto ha concluido, la asamblea de la UGT de Álava considera necesario el análisis sereno y desapasionado, nunca neutro, de todo lo ocurrido para sacar enseñanzas de la lucha.

No nos proponemos fiscalizar a los trabajadores o a sus vanguardias. Nuestro respeto es máximo para todos los que luchan por la emancipación de la clase obrera. Solo deseamos contribuir a la clarificación de los trabajadores, de todos, contribuir también a revisar los posibles errores cometidos y además ofrecer una alternativa sindical a la clase trabajadora.

Finalmente deciros que la UGT es un sindicato democrático y de clase, independiente de los patronos y del Estado, donde caben todos los trabajadores, siempre que estén dentro de la orientación revolucionaria de la lucha de clases y estén dispuestos a crear y potenciar las fuerzas de emancipación de la clase trabajadora, ya que entendemos que la democracia, el ejercicio pleno de los derechos y libertades de la persona, sólo será posible en una sociedad socialista en que los medios de producción sean de todos.

La transformación del Estado capitalista y de las estructuras económicas y sociales que rigen la sociedad burguesa no puede ser decretada por una minoría; sólo puede y deben se la acción de la mayoría de los trabajadores.

Valoración y análisis de los hechos

Consideraciones previas:

A lo largo de este análisis llamaremos a los representantes de las Asambleas, Comités elegidos, por dos razones:

a) Porque en la Asamblea de Areitio se eligió un Comité Representativo.
b) Por la manipulación que del nombre de Comisiones Representativas se ha hecho para potenciar CCOO (Comisiones Obreras) cuando la táctica mayoritaria de esta organización, ocupar los cargos del sindicato fascista, ha sido completamente marginada por la clase obrera de Vitoria en su lucha.

Lo más fundamental de la lucha de Vitoria lo han constituido los niveles de autoorganización de la clase obrera.

En este sentido hay que precisar:

a) Que la lucha ha sido llevada por las Asambleas y los Comités elegidos por ellas. Ninguna organización ha monopolizado la lucha. Las organizaciones políticas y sindicales hemos orientado la lucha sólo en la medida en que contábamos con militantes capacitados en el seno de los Comités elegidos.

b) Que el carácter anti-sindicato vertical de la lucha y la exigencia expresada y concretada en las Asambleas “Dimisión de enlaces y jurados aunque sean honrados” se debe a la implantación en Vitoria de organizaciones que han mantenido y mantienen un boicot activo al sindicato vertical fascista propugnando a cambio: “Todo el poder a la asamblea y a los comités elegidos en ella”.
c) Que ni al principio ni durante el desarrollo de la lucha ésta ha sido espontánea, sino que ha contado con la orientación y dirección de los delegados de los comités elegidos.

Estos comités han interpretado en cada momento las necesidades de la clase obrera, han sabido dar forma de propuesta concreta a las necesidades más inmediatas. Y todo esto en base a la total representatividad de estos comités elegidos en asamblea.

Por otra parte es importante recalcar el hecho de que los miembros de los comités elegidos no tenían poder decisorio, éste correspondía a la asamblea donde se discutían con entera libertad todo tipo de propuestas.

Origen de las huelgas

El conflicto se inicia los días 9 y 10 de enero al salir a la huelga dos de las empresas más importantes de Vitoria: Forjas Alavesas SA y Mevosa con una plantilla de 3.000 obreros.

El origen lo podemos basar en cuatro puntos:

1.- Una aguda situación de explotación y opresión producto de 40 años de dictadura y como consecuencia de muchas reivindicaciones no satisfechas.
2.- Un constante aumento del coste de la vida y por consiguiente una constante devaluación de la capacidad adquisitiva de unos salarios ya de por sí miserables.
3.- Una “nueva” situación política provocada por la lucha de la clase obrera y caracterizada por una gran verborrea democrática, un cierto aperturismo en la información y una cierta permisividad policial. Todo esto posibilita:

a) Un aumento de confianza y movilidad de la vanguardia obrera.
b) Un aumento de confianza de la propia clase obrera.

4.- La existencia dentro de las fábricas de Comités y Comisiones de Fábricas, que constituyen una vanguardia obrera que se pone al frente de la lucha proporcionando unas orientaciones tácticas.

En este punto hay que señalar como importante la existencia en Vitoria de una Coordinadora Obrera de Vitoria (COV) formada por representantes de Comités y Comisiones de Fábrica de más de doce empresas entre las que se encontraban las que luego saldrían a la huelga, protagonizando una lucha de dos meses: Mevosa, Forjas, Aranzábal, Arregui, Cablenor, Apellániz...

Esta Coordinadora (COV) con más de un año de existencia y basada en los principios de unidad (podía entrar cualquier grupo de empresa real), democracia interna y autonomía (independencia de cualquier organización política o sindical) es una experiencia importante del movimiento obrero.

Gracias a esta coordinación existente sería posible ampliar el marco de la lucha a otras empresas.

Es esta coordinadora la que convoca plenos o asambleas de obreros de distintas fábricas que elaboran una Plataforma Reivindicativa Unitaria con el fin de llevar una lucha en conjunto de todas las empresas.

También es interesante constatar que en esta COV, cuyos representantes habían boicoteado mayoritariamente las elecciones sindicales aunque dejando autonomía a cada grupo para ello, no están integradas las CCOO (línea PCE) con cargos legales como jurados o miembros de la UTT (Unión de Técnicos y Trabajadores). A pesar de ello se les siguió invitando para que se incorporasen a este organismo unitario aunque nunca lo hicieron.

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El conflicto se inicia los días 9 y 10 de enero al salir a la huelga dos de las empresas más importantes de Vitoria: Forjas Alavesas SA y Mevosa con una plantilla de 3.000 obreros. 

Es en esta Coordinadora donde se discute y se aprueba el establecer, previamente a las reivindicaciones específicas de cada empresa, cuatro puntos que luego posibilitarían la lucha en conjunto, al ser asumidos por todas las empresas:

•Ningún despedido ni represaliado. Ningún detenido.
•Contra la congelación salarial.
•Negociación directa con los representantes de la asamblea.

A medida que el conflicto avanza irían saliendo a la lucha otras empresas como Cablenor, Talleres Gama, Seteko, Velasco, Areitio, Apellániz y Muebles Vitoria, Gabilondo, UGO, Aranzábal, Olazábal y Huarte, Orbegozo de Salvatierra, etc.

Reivindicaciones unitarias

1.- Un aumento salarial igual para todos.

Este punto era importante. La diferencia entre la subida en tantos por ciento y la subida igual para todos, que en un primer momento puede parecer nimia, entra dentro de la política de la empresa de dividir a los propios trabajadores. El tanto por ciento supone que quienes tienen un sueldo menor tienen un aumento más pequeño que aquellos que ganan más. Aumenta así la diferencia entre los trabajadores. Aumentando esta diferencia la empresa aumenta la división entre éstos. La respuesta se dio antes de iniciarse la lucha: “la vida sube igual para todos”. “Si todos luchamos igual todos nos debemos de beneficiar lo mismo”.

2.- 100% del jornal real en caso de enfermedad o accidente.
3.- Jubilación a los 60 años con el jornal real.
4.- Reducción de la jornada la-boral.

Los puntos previos a la negociación de estas reivindicaciones se irían concretando a lo largo de la lucha:

Ninguna empresa negocia si hay un solo detenido en Vitoria. Ninguna empresa entra a trabajar si hay un solo despedido en Vitoria. No se negocia si no es con los representantes elegidos en asamblea y directamente con la patronal.

Es muy importante resaltar cómo los obreros tomamos conciencia, primero de nuestros problemas en la fábrica y después, a través de las asambleas conjuntas, comprendiendo que la lucha es de todos los trabajadores, asumimos consignas que representan un avance cualitativo de la lucha.

Táctica de lucha

1.- La lucha hay que plantearla desde una posición de fuerza dejando bien claro, desde el primer momento, que contra quien luchamos es contra la patronal y sus órganos de poder: su gobierno, su sindicato, sus leyes, su policía, etc.
2.- El método de lucha debe ir encaminado, pues, a imponer y fortalecer la autoorganización de la clase obrera y, a través de ella, conseguir las libertades que la clase obrera necesita para continuar en la lucha por una sociedad socialista basada en que los medios de producción (tierras, fábricas, bancos, dinero etc.), estén en manos de todos y que la sociedad sea autogestionada por aquellos que la enriquecen: la clase obrera y pueblo trabajador, acabando de una vez por todas con la explotación de una mayoría por una minoría.

En este sentido se considera:

a) La asamblea obrera es el órgano máximo de decisión donde se logra la unidad a través de la discusión y de la democracia obrera, aceptando todos las decisiones mayoritarias. Su importancia radica en varios aspectos:

1.- Es la participación masiva más elemental; y esto es importante. La clase obrera debe ser sujeto y no objeto de su lucha.
2.- La asamblea educa en una de las cuestiones más importantes para la revolución socialista, esto es, que la clase obrera sea quién tome las riendas de la lucha obrera, siendo así artífice de su propia revolución. La participación masiva es la mejor medicina contra las posturas sectarias y oportunistas.

3.- Refuerza la lucha. Participar supone tomar una postura activa, y esto en la práctica no resulta fácil. La causa principal es el miedo. En la asamblea el trabajador se siente más fuerte y protegido. Descubre la fuerza de la unidad. La asamblea crea unas condiciones objetivas de fuerza y anima a tomar posiciones que de ninguna manera se conseguirían en un plano individual. De aquí la importancia que los capitalistas conceden al voto secreto.
4.- El que los obreros dispongan en la asamblea de poder de decisión aporta la energía necesaria para ser consecuentes con las decisiones tomadas.

b) La huelga, paralizar la producción, es un arma fundamental que tiene la clase obrera para conseguir que el diálogo entre sordos, patronal y clase obrera, se convierta en una negociación de igual a igual.

c) Marginación del sindicato vertical fascista y la legalidad capitalista. Dimisión de enlaces y jurados como representantes de una institución antiobrera sostén de la dictadura. Este punto se concretó en la dimisión y rotura de credenciales de jurados y enlaces de Mevosa, Forjas, Apellániz, Cablenor, Areitio..., con la excepción de Aranzábal en la que la asamblea ratificó el que el jurado fuera su representación. En las asambleas se explicaría que no era cuestión de personas sino de estructuras. Pretender tirar el sindicato desde dentro es infantil y retrasa la autoorganización de la clase desviando su conciencia.

d) Los piquetes de extensión de la huelga. Su objetivo era repartir los manifiestos e invitar a los compañeros a sumarse a la lucha. Este punto también sería explicado en las asambleas: “entre los obreros no existen coacciones”, “la única coacción viene siempre de la clase capitalista y sus órganos de poder”.
e) Las manifestaciones y la lucha en la calle. Éste fue un método importante. Desde que conseguimos poner en libertad a nuestros compañeros detenidos ya no abandonaríamos esta forma de lucha.

Las manifestaciones cumplían varios objetivos:

a) Sensibilizar y dar a conocer al resto de la clase obrera y al pueblo la necesidad de que se sumasen y comprendiesen nuestra lucha.
b) Conquistar el derecho de manifestación.

c) En un momento en que el Gobierno estaba hablando de “democracia” y “libertad”, el descomponer su “orden” y su “paz” tenía que ser una presión importante para que los grandes capitalistas presionaran, a través de su Gobierno, a los patronos de Vitoria para que nos concediesen nuestras reivindicaciones.
f) Los Manifiestos como conquista del derecho de expresión, elaborados por el Comité de Redacción de los Comités elegidos y asumidos y repartidos por los trabajadores.

Este fue uno de los puntos en que se observó cómo la mayoría de las organizaciones políticas y sindicales entendieron la necesidad de potenciar la lucha en lugar de intentar manipularla. En este sentido apenas aparecieron panfletos —exceptuando LCR y ORT— y, por el contrario, la mayoría de las organizaciones pusieron sus medios de propaganda al servicio del movimiento obrero (Comités elegidos en asamblea).

La autoorganización obrera

Ésta es una de las conquistas más grandes a lo largo de la lucha. Si ha sido posible, ha sido debido a la táctica de clase obrera contra clase capitalista (al margen de su sindicato y sus leyes) en que se ha planteado la lucha.

1.- La asamblea como órgano máximo de decisión.
2.- El Comité elegido en la asamblea es el órgano representativo de ésta y el eje orientador de la lucha al estar compuesto por los obreros más honrados, combativos y conscientes de la clase obrera.
3.- Del Comité elegido surgen:

a) Una delegación económica. Dos personas que llevan los asuntos económicos de su propia asamblea y que formarán con los delegados de otras empresas un Comité Económico Central. De aquí saldría por ejemplo, la decisión siguiente:

•A los obreros solteros o casados sin hijos que lo pidiesen se les daría semanalmente la cantidad de 1.500 pesetas.
•A los obreros con uno o dos hijos 2.000 pesetas, etc., etc.

b) Una delegación redactora, con la función de expresar diariamente el desarrollo de su asamblea y de formar con los delegados de otras empresas un Comité Central de Redacción. Este punto, conseguido tarde, no logró estabilizarse por la dinámica de la lucha (represión sobre las Asambleas, detenidos, etc.).
c) Un moderador de la asamblea.
d) Una delegación organizativa de cada asamblea, formando lo que se ha llamado Comisiones Representativas de Fábricas en Lucha. Dos o tres delegados de cada Comité formaron lo que sería un órgano orientador de la lucha en conjunto. Este órgano contaba con su propio Comité de Redacción del que han surgido todos los manifiestos dirigidos a la clase obrera y al pueblo trabajador.

Ofensiva capitalista, ofensiva obrera

a) Las tres primeras semanas (9 al 30 de enero).

La policía y el sindicato sacan octavillas hablando de los “agitadores profesionales”, del “oro de Moscú”, de la necesidad del “voto secreto”, de manejos, coacciones, de que “esto es política”, etc.

También comenzarían a llegar las cartas individuales llamando al trabajo y los primeros despidos.

El sindicato habla de la legalidad y de la vuelta al trabajo como paso previo a la negociación de las reivindicaciones.

Los obreros fortalecen y consolidan la unidad en base a las asambleas.

•Se hace dimitir a los enlaces y jurados de Mevosa, Forjas, igualmente dimiten en Areitio y no aparecen por las asambleas en Cablenor y Apellániz.
•Las octavillas de la policía son denunciadas una a una.
•Se somete a discusión la cuestión del “voto secreto”. Se entiende que el voto secreto aísla al individuo de la unidad conseguida y lo deja sólo frente a sí mismo, con toda una educación acrítica, individualista y egoísta. Aunque, en definitiva, el considerar más o menos democrático el voto secreto corresponde a una determinada concepción de la libertad, en estos momentos se entiende que votar secretamente es hacerle el juego a la patronal, que es quien lo preconiza. Se decide en las asambleas votar a mano alzada en todas las cuestiones.
•El tema de la “política” fue muy discutido en todas las asambleas. El pueblo trabajador ha sido engañado siempre en esta cuestión; nos han hecho confundir o identificar la palabra “política” con la política que hacen los capitalistas en el Gobierno.

A lo largo de esta lucha la clase obrera ha comprendido que defender un “salario digno” es hacer política, que defender el derecho de asamblea es hacer política; en definitiva, ha comprendido que debemos “hacer política” para avanzar en el camino de la emancipación obrera.

Pero nosotros hacemos política obrera, nos organizamos para defender nuestros derechos en auténticos sindicatos obreros y partidos políticos y, tomando como base la democracia obrera de las asambleas, vamos aprendiendo en la lucha de cada día, hasta conseguir que no haya explotados ni explotadores, el día en que todos hagamos política en un Gobierno de los Trabajadores.

Esto es la UGT, un grupo de obreros en todo el Estado español que nos organizamos con unos objetivos y elaboramos entre todos una táctica de lucha para conseguirlos.

Las únicas acciones durante estas tres semanas consistirán en hacer marchas individuales hacia la fábrica o sindicatos para aplaudir a los esquiroles, presentar la dimisión de enlaces y jurados, e intentar que las direcciones negocien directamente con los Comités elegidos.

Una debilidad apreciable en las asambleas son los técnicos y administrativos que, en general, no se suman a la lucha.

Otra debilidad es producto del individualismo. Al principio los obreros consideran que su problema es entre ellos y su patrono y no relacionan la consecución de sus reivindicaciones con la lucha que mantienen las demás empresas.

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A lo largo de esta lucha la clase obrera que debemos “hacer política” para avanzar en el camino de la emancipación obrera. 

Estas debilidades se van superando poco a poco. Es precisamente el jueves día 22, cuando se celebra la primera asamblea conjunta de todas las fábricas en huelga. Es aquí donde se comienza a unificar criterios y a entender que la lucha de cada fábrica es la lucha de todos los trabajadores explotados. Se deciden tres puntos:

a) No incorporarse al trabajo unilateralmente sin que haya sido previa y solidariamente acordado en una asamblea conjunta.
b) No incorporarse al trabajo si no lo hacen primeramente los despedidos y represaliados.
c) No al sindicato vertical y ratificación de la asamblea como el máximo órgano de decisión.

A partir de este momento se celebrarán asambleas conjuntas dos veces por semana.

Otro salto cualitativo en la lucha en estas tres semanas lo constituyen:

1.- Que las mujeres de los obreros en huelga también pueden y deben aportar su ayuda en esta lucha. En este sentido, a partir del 20 de enero, se irán celebrando, dos veces por semana, asambleas de mujeres de las que salieron valiosas iniciativas:

•Las mujeres se encargaron, fundamentalmente, del reparto de alimentos, organizándose en este sentido de una manera admirable.
•El método de lucha que más desarrollaron fue el de las marchas hacia las empresas y por todo Vitoria desde el Mercado. A lo largo de la lucha fueron duramente reprimidas y apaleadas. Sin embargo, cuando en una marcha a Aranzábal quisieron detener a una de ellas, todas se presentaron ante el Gobierno y permanecieron allí hasta que supieron que su compañera estaba en libertad.
•Igualmente las mujeres fueron importantes en el desarrollo de la solidaridad y la lucha en los barrios.

2.- Se comienza a ver necesario el crear una Caja de Resistencia. No se sabe cuanto puede durar la lucha y la recogida de dinero puede servir para sensibilizar a los compañeros que no están en lucha.

El primer dinero se recoge de los propios obreros en huelga en sus asambleas (Mevosa), después se irían desarrollando otros métodos de recogida de dinero como pegatinas, botijos en bares y comercios, etc.

Día 31. La primera acción conjunta

Durante las tres semanas anteriores se habían fortalecido las asambleas. Este día, a partir de una asamblea conjunta de unos 7.000 trabajadores, se acuerda salir ese sábado y el domingo, todos con el buzo puesto, como método de sensibilización.

Durante toda la tarde del sábado y el domingo se desarrollan marchas pacíficas por todo Vitoria que son disueltas sin enfrentamientos por la policía.

Semana del 1 al 7 de febrero

Hace ya una semana que se lleva gestando en el interior de los Comités elegidos, y desde el exterior del propio movimiento en huelga, una dura pugna en torno a sacar o no sacar la lucha a la calle.

Hasta el 2 de febrero se había hablado de paralizar la producción de todo Vitoria como método fundamental para conseguir nuestras reivindicaciones y ampliar la lucha.

El día 2 se decide por fin salir en manifestación hacia el Consejo de Empresarios.

Las dos posiciones que había en torno a este punto eran:

a) Un sector opinaba que salir en manifestación era “reflejar una debilidad de la clase obrera que, al no entender toda la presión que supone el paralizar la producción capitalista, se lanza a la calle, desviándose así su conciencia de clase”.
b) Otro sector pensábamos que salir en manifestación era dar salida a todo el potencial de lucha acumulado y que, por tanto, había que encauzar esta fuerza hacia un objetivo preciso: la negociación.

El día 2 cerca de 7.000 obreros salimos, con los Comités elegidos por delante, hacia el Consejo de Empresarios para exigir negociación.

Era nuestra primera marcha conjunta, en silencio. A mitad del camino nos corta la policía, no retrocedemos, comenzamos a decir: ¡queremos negociar! Dos compañeros se adelantan a explicar a dónde vamos y por qué. La policía no les hace caso y carga brutalmente. Es el inicio de una dinámica de violencia generada por la actuación de las fuerzas represivas que iría dando lugar a lo que más tarde sucedería.

Más de 2.000 obreros conseguimos llegar delante del Consejo de Empresarios. Un representante de cada una de las empresas, junto con el comisario jefe de policía, suben al despacho del Consejo. Abajo la policía vuelve a cargar violentamente. Arriba los delegados obreros se levantan y dicen “no podemos seguir aquí mientras abajo se masacra al pueblo”.

El día 2 es importante en la lu-cha. Se han producido los primeros heridos.

La ofensiva capitalista, esta semana, se hace a través de todos sus órganos de poder: de la prensa, del Ayuntamiento, Diputación, Gobierno. Los empresarios llaman a la “paz” y “concordia” e invitan a todos los trabajadores a reincorporarse al trabajo el día 9 lunes, como paso previo a una posible negociación.

Ante esta ofensiva los obreros, en un momento de reflujo de la lucha producido por la marcha del día 2, nos mantenemos a la defensiva fortaleciendo las asambleas y denunciando la maniobra de la patronal.

El lunes día 9, sólo muy pocos esquiroles entran a trabajar. Los obreros salen fortalecidos de esta prueba.

Semana del 9 al 16 de febrero. Primera huelga general

La ofensiva capitalista se endurece. Se comienza a detener a obreros. Las denuncias son presentadas en el Gobierno o la policía acusando de “coacción”, “amenazas”, etc.

El día 12 son ya siete los detenidos, algunos están en la prisión de Nanclares, otros han sido puestos en libertad bajo multa gubernativa.

El viernes 13, en la asamblea conjunta se decide:

•No se negocia mientras haya detenidos.
•Salir en marcha hacia el Gobierno y exigir la libertad de los compañeros detenidos.

Salimos de la Iglesia divididos en tres marchas y, por diferentes trayectos, nos juntamos en el Gobierno más de 6.000 obreros. Un representante de cada empresa sube a dialogar con el gobernador.

La policía acordona el edificio pero no interviene. Mientras esperamos llega la noticia de que han detenido a un compañero de Forjas acusado de “coacción”. Como este compañero había sido requerido por el Comisario jefe para charlar y se había presentado voluntariamente, al conocer su detención se produce una gran tensión.

Se grita en la calle: “esta tarde a las ocho y media, asamblea en San Francisco donde se informará de la gestión con el gobernador”.

A las ocho y media más de 8.000 obreros celebramos la asamblea.

Los Comités elegidos informan de que el gobernador ha dicho que él no puede hacer nada. Que la ley es la ley. El compañero de Forjas sigue detenido.

Esa misma noche se vuelve a denunciar el problema de la “legalidad”; toda la educación que recibimos tiende a imponernos que la “ley” y la “autoridad” son sagradas y por lo tanto no se pueden tocar. La clase obrera siempre que ha hecho algo ha sido considerado ilegal, porque las leyes las hacen los patronos para explotarnos y someternos.

Desde ese momento más de 1.500 obreros y miembros del pueblo trabajador nos constituimos en asamblea permanente para:

•Encontrar los métodos más correctos para liberar a nuestros compañeros.
•Sensibilizar al pueblo trabajador.

En esta asamblea se elabora un manifiesto para la convocatoria a huelga general el día 16 con dos consignas centrales:

•Libertad de todos los detenidos.
•Negociación con los representantes de la asamblea.

Igualmente se aprueba el salir en manifestación el sábado y domingo.

A lo largo de todo el sábado y domingo, ordenadamente, se realizan manifestaciones por todo Vitoria y especialmente por los barrios obreros diciendo: “detenidos, libertad”, “queremos negociar”, “somos obreros, únete”, “lunes, huelga general”, “despedidos, readmisión”.

Lunes 16. Huelga general

Desde las 5 de la mañana grupos de obreros recorren las zonas industriales, entregando el manifiesto elaborado e invitando a acogerse al llamamiento.

La actuación de la policía es muy violenta, fundamentalmente en la zona de Zaramaga, que está paralizada. Igualmente Arana y Adurza, aunque más parcialmente, y el centro.

A lo largo del día van saliendo a la huelga Esmaltaciones San Ignacio, Pulimentos Amurrio, Torniplasa, Elementos de Precisión, Cerrajera de Mondragón, Forte Hispania, Fabril Mecánica, Sierras Alavesas, Bicicletas Iriondo, Gairu, Miguel Carrera, Trocasa, Tuboplast, UGO, Talleres Gorbea, Olazábal y Huarte, Beistegui Hermanos.

También salen a la calle los centros de estudio: Escuelas Profesionales, Institutos de Enseñanza Media, profesorado de EGB por sus propios problemas, Peritos, Comercio, Magis-terio, Colegio Universitario..., más de 5.000 estudiantes.

La violencia de la policía se desarrolla a lo largo de todo el día. Por la tarde se celebra asamblea conjunta donde se analiza el desarrollo de la lucha y se sale en manifestación hacia el centro y los barrios.

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La actuación de la policía es muy violenta, fundamentalmente en la zona de Zaramaga, que está paralizada. Igualmente Arana y Adurza, aunque más parcialmente, y el centro. 

Semana del 16 al 2 de febrero. Segunda huelga general

El martes día 17, varias empresas siguen paradas y otras se suman a la huelga como Arregui, Vasa, Heasa, Echevarría Hermanos, Accesa, Dullan, Edemo, Vesti, Heraclio Fournier, etc.

Igualmente a lo largo de la semana irían parando otras fábricas; en solidaridad unas y por sus propios problemas otras: Cegasa, Icoa, etc.

La victoria es grande, el miércoles todos los detenidos están en libertad y son recibidos en las asambleas con calurosos aplausos por sus compañeros.

Esta semana la patronal, a través del Gobierno, está presionando al obispo para que nos quiten las asambleas. La respuesta es clara: “defenderemos con uñas y dientes y con la sangre si fuera preciso, un derecho, el de reunión, que es fundamental para mantener la unidad de la clase obrera. Si no nos dejan las iglesias, las haremos donde sea. Esto que lo sepan claro los patronos”.

Durante esta semana las direcciones comienzan a recibir a los Comités elegidos, aunque no se llega a ningún acuerdo.

Las asambleas siguen celebrándose. La unidad es fuerte. Hay que dar otro paso adelante, hay que conseguir la readmisión de los despedidos y lanzarse a la ofensiva. Se decide convocar a una huelga general para el día 23.

A lo largo del sábado y el domingo se desarrollarán manifestaciones disueltas violentamente por la policía; se grita: “despedidos, readmisión”, “menos policía, más jornal”...

Lunes 23. Huelga general

El balance de este día es negativo. Las fábricas que habían parado la semana anterior, esta semana no lo hacen, la solidaridad ha quedado corta.

Por la tarde nos reunimos los Comités elegidos para preparar la asamblea conjunta. Se encuentra entre nosotros José Antonio Aguiriano, enviado por Otto Kernsten —presidente de la CIOSL (Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres)— a petición de la UGT de Vitoria, que lleva desde el sábado en Vitoria para informarse.

Se propone el realizar una manifestación conjunta con José Antonio Aguiriano, representante internacional, y los Comités elegidos por delante. José Antonio está dispuesto. Sin embargo hay un sector que se opone y, ante la duda, decidimos que se deje. Entendemos que es mejor no seguir insistiendo a que luego aparezca la asamblea dividida. Después vendrán las lamentaciones de otros sectores y de muchos obreros.

La huelga general ha sido un fracaso. Se respira un aire pesimista.

El día 18 la policía detiene a dos obreros de Mevosa y Forjas ofreciéndose el comisario jefe de policía como mediador en el conflicto. Igualmente se había ofrecido anteriormente Maysonave, miembro de la Asociación Proverista.

La respuesta, la denuncia, además de en las asambleas, se hace a través de un manifiesto de los Comités elegidos, donde se comunica que no se acepta a la policía ni a sindicatos (cuerpos represivos) y donde se emplaza a los empresarios a una negociación directa.

Semana del 23 al 3 de marzo. Tercera huelga general

La ofensiva patronal consiste en, a través de todos sus órganos de poder, acusarnos de que “los obreros en huelga están arruinando al país”, están poniendo en “crisis” a Vitoria, están destruyendo la “paz” y la “concordia”, el “orden”, etc.

Se contesta con un manifiesto que no llega a todo el pueblo: “los que coaccionan son los patronos, los que rompen la “paz” son los patronos..., cuando el pueblo pide pan, libertad y justicia es realmente cuando se están asentando las garantías de una verdadera paz.

El miércoles, día 25 nos reunimos, como cada día, los Comités elegidos. Se observa una debilidad, hay miembros de los Comités con una moral de lucha más baja que la propia asamblea. Es entonces cuando aprendemos la necesidad de que el Comité sea revocable en cualquier momento para que responda a las necesidades de la asamblea. No obstante esta debilidad la seguiremos arrastrando a lo largo de la lucha.

Un miembro de CCOO, de UGO, vuelve a plantear (anteriormente lo había hecho en las asambleas conjuntas) que “la lucha tiene un techo y ya lo hemos tocado”. Otro miembro de CCOO plantea que “hay que agarrar el toro por los cuernos y, como nadie lo hace, él plantea agarrarlo y que entremos todos a trabajar”. Sin embargo la mayoría no opinábamos así. Entendemos que hay que analizar los errores cometidos y seguir adelante y, en base al análisis de la fortaleza de las asambleas, se decide esto:

•Potenciar las asambleas de barrios.
•Potenciar las asambleas de obreros no parados.
•Potenciar las asambleas para comerciantes, bares y pueblo trabajador.
•Volver a lanzarse a la ofensiva, explicando muy claramente lo que supone para la clase obrera el que despidan a sus compañeros más combativos y conscientes.

El viernes se celebra una asamblea con asistencia de 7.000 personas donde se explica el porqué de la huelga, las reivindicaciones y el problema de los despedidos.

Igualmente, el sábado la asistencia es masiva. Se sale en manifestación central que es disuelta brutalmente por la policía al final de la calle Francia. Se producen heridos, roturas de cristales por la policía... Se cruzan coches para retrasar la llegada de la policía y poder manifestarse. Todos están de acuerdo en apreciar que ha sido la manifestación disuelta con más violencia.

Algunos obreros de Aranzábal han iniciado una huelga de hambre. En los Comités elegidos se entiende como incorrecto este método de lucha: a la defensiva, en lugar de a la ofensiva, y desviando la conciencia de clase al dar a entender que los patronos son personas, sin intereses de clase, que pueden emocionarse y conceder lo que se pide. Más tarde analizaremos en profundidad a esta empresa donde a uno de sus representantes, jurado y miembro de la UTT se le exigió que, cuando informase en las asambleas conjuntas, se identificase como miembro del Comité elegido en su asamblea y no como “jurado” como venía haciéndolo.

Esta empresa, Aranzábal, junto con UGO, son las dos únicas empresas donde los representantes obreros eran enlaces y jurados.

El domingo 29 se celebra la primera asamblea de barrio en Abechuco. El lunes se celebrarán en Zaramaga, Adurza, El Pilar, Arana y Ariznavarra. La asistencia es masiva. Las asambleas se celebran todas a la misma hora, repartiéndose los miembros de los Comités elegidos por todas ellas para informar.

En todas estas asambleas que se han ido celebrando, la consigna central es: “por la readmisión de los despedidos, el miércoles huelga general”.

Es importante aquí señalar el papel que las organizaciones, por lo menos la UGT con infraestructura en Zaramaga, Arana y Adurza, tuvieron en la potenciación de las asambleas de barrio que se celebraron el lunes.

El martes se vuelve a celebrar una nueva asamblea conjunta donde se reparte el manifiesto para la huelga general del miércoles 3 de marzo.

Miércoles 3. Huelga general

Todas las previsiones de los Comités elegidos han sido superadas. Prácticamente todo Vitoria se ha sumado a la lucha. La palabra es... impresionante.

El día 3 por la tarde, antes de la asamblea conjunta convocada, nos reunimos los Comités elegidos para analizar la lucha. Se decide:

•Si no nos dejan hacer la asamblea nos manifestaremos por barrios y al día siguiente celebraríamos una nueva asamblea conjunta. Las asambleas individuales se harían en los sitios y horas ya acordados.
•Si nos dejan hacer la asamblea convocaremos a una manifestación central hacia los barrios con la misma consigna de readmisión de despedidos.

Al ir hacia la asamblea la policía nos disuelve a la altura de Zaramaga. A las 7 de la tarde volvemos a celebrar una nueva reunión urgente ante el cariz de los acontecimientos y los muertos que se habían producido.

Del análisis que hicimos sacamos cuatro puntos:

a) La actuación previsible de la policía al día siguiente sería la de ocupar militarmente todo Vitoria para evitar más muertos. No obstante había que intentar hacer las asambleas, como ya se había previsto para un caso como éste.
b) Era posible que esa noche comenzasen a producirse detenciones de los miembros de los Comités elegidos.
c) Era posible que grupos armados actuasen al margen de la lucha a partir de lo sucedido.
d) Se acordó redactar un manifiesto urgente convocando a las asambleas de barrio y fábricas para el jueves.

A las nueve de la noche las palabras eran soledad y angustia. Bajo un silencio impresionante, grupos de cincuenta o cien personas permanecían murmurando junto a las barricadas.

Jueves 4 de marzo

Los obreros siguen luchando cerca de los portales. Vitoria está tomada por la policía armada y la guardia civil.

Se han producido ya las primeras detenciones. No se permiten las asambleas. Aparece difícil reunificar el movimiento. En la reunión de los Comités elegidos se acuerda:

•Asistir al funeral del viernes como centro de convocatoria. Nuestra presencia allí es necesaria, a pesar de toda la represión y detenciones, para fortalecer y dar moral al movimiento, al tiempo de salir al paso de las declaraciones de la patronal de que nos habíamos fugado.
•Comunicarnos con las organizaciones políticas y sindicales de Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra con el fin de preparar una acción conjunta de repulsa por los asesinatos y de lucha por las libertades, cuya ausencia ha provocado la tragedia de Vitoria.
•Leer un manifiesto en el funeral dando alternativas al momento y dando a conocer la conjunción de la lucha el lunes en una huelga general de todo el País Vasco.

Victoria de la clase trabajadora

Comunicado de las Comisiones Representativas el día 14 de marzo

Dos meses de lucha hemos protagonizado los trabajadores alaveses por nuestras reivindicaciones de aumento de salarios, por una jubilación digna, por la asistencia completa en caso de enfermedad y accidente, por la reducción de jornada, frente a la intransigencia patronal, en las difíciles condiciones a que nos vemos sometidos de libertad para reunirnos, para expresarnos, para manifestarnos. Esto ha requerido mucho esfuerzo y sacrificio, hasta el heroísmo de la clase trabajadora y la solidaridad de otros sectores y grupos sociales de toda la ciudad de Vitoria, el miércoles día 3 y de todo Euskadi el lunes 8 con la huelga general.

La lucha ha sido larga y, podemos decirlo bien alto, ha sido victoriosa, consiguiendo parte importante de las reivindicaciones. Hemos conseguido la readmisión de los despedidos.

Todos los trabajadores alaveses, porque de una forma u otra, todos hemos participado, hemos fortalecido nuestra unidad, hemos esclarecido nuestra relación con el resto de los sectores sociales, hemos descubierto la necesidad y la potencia de la unión de todos los oprimidos y explotados y la capacidad de dirigir la ofensiva que todo el pueblo vasco y del Estado español libra en estos momentos por la libertad, por el establecimiento de unas bases más justas para el funcionamiento de la sociedad, de la que somos parte mayoritaria.

Graves han sido las dificultades, la intolerancia e intransigencia patronal, las condiciones precarias en que hemos tenido que actuar, sin libertad de asamblea que hemos debido suplir con el recurso a las iglesias. Las dificultades para coordinar nuestra acción, la ausencia de órganos de expresión propios y la falta de libertad, la censura, la manipulación y la tergiversación en los medios de expresión existentes, la represión constante, la disolución violenta, cuando tratábamos de transmitir nuestras preocupaciones al resto de los compañeros y a la población. Pero todo esto, con ser grave, es leve porque en el camino hacia nuestros objetivos se ha cruzado la muerte: cuatro compañeros han sido muertos.

Cuando todo Vitoria expresaba en huelga general la solidaridad exigiendo la readmisión de los despedidos, las pistolas y ametralladores de quienes las tienen, de quienes deberían velar por el orden y la seguridad pública, han puesto plomo en el cuerpo de los trabajadores, cuatro han muerto.

Por el camino de los trabajadores, tras nuestros objetivos, se han cruzado el régimen, un gobierno que pregona no se sabe qué “democracia”, y que ha descubierto también en Vitoria la esencia que encierra. La ambigua actitud del gobierno, amenazas, tolerancias, represión, termina al fin en esto: cuatro muertos.

En estos momentos, obsesivamente trata de achacar a los trabajadores tales resultados. Detiene a compañeros, deforma y cambia los hechos, establece teorías peregrinas. En vano. Todo Euskadi en pie, el lunes 8 dirigía el dedo acusador al responsable de estas víctimas, que se cobraba una nueva en Basauri.

A lo largo de estos dos meses, los trabajadores hemos puesto en pie una compleja y a la vez simple organización para defender nuestros intereses: la asamblea. Las asambleas de fábrica y conjuntas de los trabajadores en huelga y de los trabajadores que trabajan, las asambleas de barrios, las asambleas de mujeres y las Comisiones Representativas como expresión de estas asambleas, su coordinación, su capacitación para orientar y dirigir, en momentos de necesidad, la acción, para sugerir propuestas.

Es preciso conservar y fortalecer estas formas de organización y lucha que se han revelado como válidas. Sólo con ellas podemos afrontar con garantías de éxito las tareas pendientes. Es el nuevo movimiento obrero que surge pujante. Todo este entramado pone en cuestión y en crisis de muerte el sindicato fascista, hace tambalear el tinglado verticalista y reclama a gritos su plena vigencia en ejercer la libertad de asociación, de reunión, de expresión, de manifestación.

Es este nuevo movimiento, junto a los de otros sectores democráticos de la sociedad, el que está destruyendo la dictadura y el que nos hace vislumbrar un futuro esperanzador

La huelga de Vitoria es una huelga victoriosa.

Después de estos dos duros meses, la mayoría de nosotros estamos cansados. Algunas fábricas han decidido la vuelta al trabajo. Es el momento de valorar esto en serio sacando las experiencias que los dos meses nos han dado para utilizarlas en un futuro cercano.

Sí, compañeros, la formidable unión que hemos demostrado a lo largo de toda la lucha, hoy también debe manifestarse: volveremos juntos a trabajar, porque hemos alcanzado el tope de nuestras posibilidades en el momento, consiguiendo una extraordinaria victoria parcial, volveremos conscientes de que esto sólo es una tregua para reorganizar, volveremos sabiendo que nuestra lucha acabará cuando nuestros compañeros estén libres, cuando acabe la explotación y la injusticia.

Es el momento de organizar el repliegue ordenado, unidos, firmes, con la disposición combativa que la gran lucha librada nos augura. Hermanados, más unidos que nunca, no hay mayor unidad que la que se forja en el sacrificio y en la lucha. La huelga es un medio al que nos hemos visto obligados a recurrir para defender nuestras reivindicaciones. Nues-tro objetivo no es no trabajar. Nuestro objetivo es el trabajo en condiciones dignas, nuestro orgullo es haber conseguido unas mejores condiciones, haber conseguido una mayor dignidad. Si nuestros objetivos, si las reivindicaciones planteadas no se han obtenido totalmente, si tenemos detenidos, la vuelta al trabajo no es hacer dejación de ellas, no es olvidarlos, es el medio que nos va a permitir mantener la unidad, recomponer las fuerzas, recuperar la iniciativa que la prohibición de asambleas nos quiere robar.

Compañeros:
Es el momento de consolidar nuestras conquistas, de no echar en saco roto todo lo que en estos dos meses de lucha nos ha enseñado y nos ha conseguido.
Es preciso estabilizar las asambleas en todas las fábricas (una asamblea al mes por lo menos).
Estabilizar las comisiones representativas como órgano más sólido para conseguir nuestras aspiraciones, al tiempo que reforzamos las comisiones y comités de cada fábrica.
Es preciso disponer los medios, la coordinación necesaria entre los trabajadores con el resto de los sectores sociales en el ámbito de Álava, de toda Euskadi, en el ámbito de todo el Estado, para conquistar la libertad, para preparar la acción que, frente a un régimen que impide la participación obrera y ciudadana en la vida pública y extorsiona gravemente la convivencia, devuelva la palabra al Pueblo y siente las bases de una convivencia más justa, más libre y más pacífica.

La libertad de los detenidos, de nuestros seis compañeros encarcelados y de todos los que en la cárcel o en el exilio están privados de libertad, es condición para la normalización de la vida social.
El establecimiento de las libertades sindicales y políticas: la libertad de reunión, de asociación, de expresión..., cuya ausencia ha sido determinante para el transcurso del conflicto en Vitoria y que ha llevado a que culmine en tragedia.
Es preciso el establecimiento de responsabilidades por los sucesos acaecidos exigiendo la justa reparación y sentando las bases para que no vuelva a ocurrir en ninguna parte lo que en Vitoria ha ocurrido.
Compañeros: el lunes, todos a la asamblea dentro de la fábrica a las 11 de la mañana para ordenar la vuelta el martes 16. Es precisa la asamblea para decidir en común nuestra postura.
Garantías de trabajo para los compañeros presos o huidos, en el momento de su vuelta. Ninguna represalia interna en la fábrica. Organicemos eficazmente la solidaridad con los compañeros detenidos y represaliados hasta conseguir su libertad.

Compañeros: en la larga marcha hacia la conquista de nuestros objetivos, la vuelta al trabajo no es más que una tregua, es la mejor forma en estos momentos de recomponer las fuerzas para avanzar en la defensa de nuestros intereses con pasos sólidos, irreversibles, hacia una sociedad más justa.

Consolidemos las asambleas y comisiones, consolidemos el movimiento obrero que con tanta fuerza hemos levantado.
Por la libertad y la libre vuelta de nuestros compañeros.
Por la eliminación de todos los impedimentos a las libertades democráticas.

Librería"
Este artículo ha sido publicado en la revista Marxismo Hoy número 9. Puedes acceder aquí a todo el contenido de esta revista. 

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