"No hay práctica revolucionaria sin teoría revolucionaria y viceversa". Reflejando la misma idea que la contenida en esta conocida frase de Lenin, Trotsky afirmaba lo siguiente: "La fuerza del marxismo reside en la unidad de la teoría científica y de la lucha revolucionaria. Sobre estos dos raíles debería avanzar la educación de la juventud comunista. El estudio del marxismo fuera de la lucha revolucionaria puede hacer ratas de biblioteca, no revolucionarios. La participación en la lucha revolucionaria sin el estudio del marxismo conlleva inevitablemente riesgo, incertidumbre y semiceguera. Estudiar el marxismo como marxista no es posible sino participando en la vida y en la lucha de la clase; la teoría revolucionaria es verificada por la práctica, y la práctica es verificada por la teoría. Sólo las verdades del marxismo que han sido adquiridas en la lucha penetran en el alma y la sangre"1 (‘Unir teoría y práctica | a los editores del periódico para los jóvenes de la oposición de izquierda española', el subrayado es nuestro).
Queda claro, por lo tanto, que cualquier revolucionario debe preocuparse seriamente por formarse, por comprender y dominar la teoría marxista. La literatura marxista es extensísima y no tenemos especio aquí más que para algunas recomendaciones elementales para el verano, cuando solemos tener algo más de tiempo.
· Si todavía no has leído nada de marxismo hay tres libros fundamentales, no muy extensos pero muy profundos que deberías abordar inmediatamente: El Manifiesto Comunista de Marx y Engels, El Estado y la revolución de Lenin y La enfermedad infantil del ‘izquierdismo' en el comunismo, también de Lenin. El primer libro te introduce en las ideas generales del marxismo y su justificación histórica como tendencia dentro del movimiento obrero; el segundo toca el tema del Estado, cuyo enfoque establece la línea de diferenciación entre marxismo, reformismo y anarquismo; el tercero aborda la cuestión de la táctica de los marxistas en relación a los sindicatos, el parlamento, etc., por lo que tiene también una enorme utilidad práctica. Los tres libros están prologados por Alan Woods o Ted Grant (en las ediciones de la Fundación Federico Engels), textos que tienen un enorme valor por sí mismos. Un comentario final: los clásicos referidos tienen tal profundidad que es muy recomendable leerlos periódicamente. Siempre se saca algo nuevo.
· Historia de la Revolución Rusa, de León Trotsky. No sólo es el estudio más profundo del principal acontecimiento de la historia de la clase obrera, que fue la revolución de Octubre, es también una joya de la literatura. Es una magistral aplicación del materialismo histórico combinada con una detallada y vibrante explicación de los hechos, movimientos y personajes. Incluso si no has leído nada de marxismo no tengas ningún problema en empezar por esta extensa pero espectacular obra, recientemente publicada por la Fundación Federico Engels. Garantizamos una cosa: si lees este libro tu verano será muy diferente. Es muy impactante.
· Reformismo o revolución... de Alan Woods. Otro libro que no puede estar muy atrás en tu plan de lecturas. Igual que el anterior, aborda muchos aspectos de la teoría marxista aunque en este caso está enfocado hacia una revolución no concluida, como es la revolución venezolana. Si crees que ya lo sabes todo sobre el tema estás equivocado. Otra cosa: la lectura de Reformismo... te incitará a abordar otros textos clásicos con los que en principio no te atrevías, como puede ser El Capital de Marx. Si no has leído nada de marxismo anteriormente, también este libro es una buena elección.
· Obras (volumen I) de Ted Grant. La primera recopilación de artículos del fundador de la Corriente Marxista Internacional en castellano es teoría concentrada. Sólidamente fundamentado en las lecciones de Marx, Engels, Lenin y Trotsky, Ted aborda aspectos cruciales del periodo que se abrió tras la Segunda Guerra Mundial, aunque también hay artículos anteriores. Esta obra es fundamental para comprender algo esencial: ser marxista no es repetir como loros textos de Marx y de los demás clásicos, es comprenderlos profundamente y saber aplicarlo en circunstancias nuevas y cambiantes.