El COVID 19 desnuda la miseria del capitalismo y las políticas neoliberales del gobierno

Al momento de escribir este artículo, el número de contagiados por Covid-19 en Colombia es de casi 17.000, con más de 600 muertos y apenas un 24% de recuperados [2]. Como en otros países latinoamericanos, la alta informalidad y desigualdad social, la dependencia de la exportación de materias primas, en particular del petróleo (cuyo precio ha caído estrepitosamente) están provocando un escenario dramático. Esto se ve agravado por las políticas reaccionarias y antisociales del gobierno ultraderechista y pro imperialista de Duque.

El Banco Mundial informaba recientemente que América Latina sufrirá una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) de al menos 5.2%, calculando para Colombia una reducción del 2.4%. Esta caída, con seguridad, será mayor viendo el desplome que están sufriendo economías más poderosas como EEUU, China o la UE, decisivas para las exportaciones colombianas.

Ante esta realidad, Colombia es una bomba a punto de explotar, con un endeudamiento externo del 51.2%, del PIB, un desempleo del 13% y una informalidad del 47% [3]. El gobierno de Duque ha demostrado que intentará contener el caos con represión, dispuesto hacer lo que sea para defender los intereses de la burguesía.

Duque levanta la cuarentena respondiendo a los intereses capitalistas

Siguiendo el ejemplo de Trump y Bolsonaro, Duque anunciaba que este 27 de abril se reiniciaban actividades laborales en 35 sectores de la economía, principalmente la manufactura y la construcción, sin dar ninguna explicación respecto a cómo mantener los protocolos de bioseguridad.

Los trabajadores recibieron la noticia con preocupación y rabia. Obligados a ir al trabajo para no ser despedidos, mientras arriesgan sus vidas y las de sus familias. El Ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, dejaba ver en sus declaraciones que los protocolos de arranque no estaban todavía definidos y quedan en manos de los empresarios.

Según señalaba el senador del Polo Democrático Alternativo Alexander López Maya: “Colombia no cumple con los tres requisitos indispensables para levantar la cuarentena; no alcanza al 30% de las pruebas para tener una valoración real de la pandemia, reconoce que no hay un adecuado conteo y que hay regiones que apenas cuentan con 3 o 4 camas [disponibles] en unidades de intensivos” [4].

Muchas familias colombianas denuncian con indignación como están falleciendo las personas dentro las casas o apartamentos, sin recibir ningún apoyo gubernamental.

Por su parte, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, declaraba que la reactivación puede darse, dependiendo del sector económico; aunque, a la vez, argumentaba que la aglomeración de personas en el transporte podría generar graves problemas de contagio si superan el 35% de su capacidad. La respuesta de Duque fue tajante: “yo soy el presidente de la República” y “no es momento para pugilatos políticos”.

A pesar de estos dimes y diretes, López -que algunos medios intentan presentar como una cara “amable” y “progresista” dentro de los políticos burgueses colombianos frente al uribista Duque- coincide con éste en anteponer los beneficios capitalistas a la vida y salud del pueblo.

El préstamo asumido con el FMI es para desangrar al pueblo trabajador en beneficio de la oligarquía

En medio de la crisis pandémica, el gobierno colombiano solicitaba un préstamo de US$ 11.000 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Aunque Colombia acumula un déficit fiscal del 4,3% del PIB, que se agravará aun más con la caída de los precios del petróleo, Duque ha inyectado ya 209.000 millones de pesos a los empresarios y distintas denuncias públicas señalan a la banca privada como beneficiaria de unos 500 millones de pesos. La crisis del Covid-19 está siendo un excelente negocio para el capital financiero, que estará manejando fondos de hasta 14,8 billones de pesos, mientras el pueblo paga los platos rotos con muerte, hambre y miseria.

Un ejemplo de como se está cargando la crisis sobre los trabajadores y el pueblo ha sido la polémica abierta en torno a la aerolínea más importante del país: Avianca.

Tras una impresionante huelga de pilotos y personal de cabina de casi 60 días en 2017, la multinacional contó con todo el apoyo de la prensa y el gobierno para atacar a los trabajadores y el conflicto se saldó con una dura derrota, más de 200 trabajadores sancionados y la mitad de ellos despedidos.

Manteniendo la misma complicidad con el gobierno, y aunque ha registrado 943 millones de dólares en beneficios en el primer trimestre de 2020, ahora Avianca se ha declarado en quiebra, en una descarada jugada financiera. La empresa amenaza con despedir a sus más de 21.000 empleados si no es rescatada por el gobierno uribista, que, por supuesto, se ha mostrado más que dispuesto a cerrar un rescate de alrededor de 1.000 millones de dólares.

Los trabajadores y el pueblo enfrentan la agresión del estado y gobierno

Otro ejemplo es el sector salud. Como en todo el mundo, los trabajadores sanitarios están en primera línea del combate contra la pandemia y sufriendo duramente sus consecuencias. Cientos de ellos han salido a protestar en todo el país por la falta de insumos de bioseguridad, que deben brindar las Administradoras de Riesgos Laborales (ARL). Igualmente, no se les están formalizando sus relaciones laborales o contratos a término indefinido, ni otorgando las nivelaciones salariales.

Esta brutal agresión exige una respuesta inmediata de los sindicatos del sector y del conjunto de la clase obrera. Los dirigentes de los sindicatos y de la izquierda deben impulsar la organización y extensión de estas movilizaciones y preparar una lucha decidida por la nacionalización de todo el sistema sanitario bajo control directo de los trabajadores.
La crisis, y el malestar que implica, hace que la población proteste con más fuerza cada día. En muchas regiones, municipios y poblados los más pobres han salido a protestar, haciendo cacerolazos y cerrando vías exigiendo que se cumplan las promesas de suministros de alimentos y bonos económicos anunciados por el gobierno. En los balcones de muchas casas y apartamentos se han colgado trapos rojos en señal de auxilio y denunciando que no tenían recursos para soportar la cuarentena.

La izquierda debe replantearse la lucha

La crisis del Covid-19 comenzó en medio del proceso de cuestionamiento creciente a la clase dominante colombiana iniciado con el paro nacional del 21 de Noviembre de 2019. El levantamiento de los jóvenes y trabajadores colombianos coincidió con los inspiradoras insurrecciones sociales en otros países latinoamericanos como Chile y Ecuador, la resistencia contra el golpe en Bolivia y levantamientos revolucionarios en otras zonas del planeta: Argelia, Irán, etc.

Desde Izquierda Revolucionaria, consideramos que es un error paralizar la lucha en este momento. El Comité de Nacional de Paro (CNP), al aceptar establecer mesas de diálogo con el gobierno, que -como era de esperar- han terminado siendo saboteadas por éste, ha permitido un debilitamiento temporal del movimiento.

Sin embargo, las condiciones objetivas que explicaron el estallido del pasado noviembre se mantienen y están agudizando con la pandemia. El movimiento espontáneo de trabajadores de la economía sumergida, que se han concentrado en plazas y barrios, llegando a cortar autopistas troncales en Bogotá, Medellín o Manizales, pidiendo ayudas sociales y reivindicando el impago de los servicios públicos y los alquileres, son prueba de ello.

El CNP se ha pronunciado contra un desconfinamiento prematuro para garantizar el beneficio de los grandes capitalistas y criticó que la cuarentena, tal como la aplicó el gobierno, condenaba al hambre a millones de personas. Pero esto es completamente insuficiente si no se pasa de las palabras a los hechos. Lo mismo sucede con Gustavo Petro y su partido Colombia Humana, que, aunque han afilado más la crítica en sus palabras, no han concretado ningún plan de lucha con sus hechos.

La izquierda debe confiar en la fuerza del pueblo trabajador, campesino y pobre. Así como se realizó la videoconferencia de las principales organizaciones sindicales del país el 1 de mayo y se impulsaron acciones de protestas desde las casas como cacerolazos, pitazos y la colocación de trapos rojos en los balcones, es necesario definir ya un programa y un plan de lucha que movilice a las masas para acabar con el gobierno de Duque y la miseria y pobreza que representa el capitalismo.

Por un plan de lucha y un programa socialista para enfrentar la crisis

Los activistas y luchadores obreros, estudiantiles y populares más a la izquierda deben organizarse para levantar este programa y plan de lucha, preparando las tácticas para después del confinamiento impulsar de nuevo la movilización de masas mediante acciones desde las bases y exigiendo al mismo tiempo a las direcciones de los sindicatos continuar la lucha iniciada con la huelga general de noviembre hasta culminar en una huelga indefinida, como exigían las bases en ese momento, que acabe con el gobierno reaccionario de Duque.

A esto hay que unir el establecimiento de asambleas populares y comités de acción que organicen democráticamente la autodefensa frente a la represión del estado y los paramilitares de ultraderecha y el desarrollo de la movilización en las ciudades y localidades de todo el territorio colombiano, y que se coordinen a nivel estatal para aplicar un programa que unifique a todos los sectores:

• Nacionalización de las clínicas privadas, creando un sistema nacional de la salud bajo gestión directa de los trabajadores.
• Expropiación de los grandes latifundios, nacionalización de la tierra y reparto entre los campesinos pobres.
• Fin de todas las contrarreformas sociales: salario mínimo digno, sanidad y educación pública y de calidad.
• Nacionalización total de ECOPETROL, de la banca, Avianca y los grandes monopolios bajo control obrero.
• Desmantelamiento inmediato de las bases militares norteamericanas, libertad de los presos políticos y disolución de las bandas paramilitares y el ESMAD. Juicio y castigo a los responsables de la represión y la guerra sucia.

¡Fuera Duque! ¡Por una Colombia Socialista y la Federación de Repúblicas Socialistas de América Latina!

NOTAS.

[1] https://www.google.com/covid19-map/?hl=en-ES
[2] https://coronaviruscolombia.gov.co/Covid19/index.html
[3] Jorge Vergara Carbó, El coronavirus y la economía colombiana. Página web de Canal Tropical.
[4] Twitter @AlexLopezMaya.

banner

banneringles

banner

banner

banner

banneringles

banneringles

bannersindicalistas

bannersindicalistas