El 5 de junio, los trabajadores de United Parcel Service (UPS, multinacional de paquetería) afiliados a la International Brotherhood of Teamsters (Hermandad Internacional de Transportistas, IBT) votaron abrumadoramente autorizar a su Comisión negociadora convocar huelga si no se llega a un acuerdo sobre su contrato nacional durante este verano. Con un voto favorable del 93% en la división de paquetes y del 90% en la de carga, los transportistas de línea enviaron un mensaje claro de que están dispuestos a luchar para proteger y mejorar sus condiciones de trabajo.
Desgraciadamente, los dirigentes de los transportistas no han preparado seriamente el terreno para la huelga, llevando a votación un acuerdo provisional. Teniendo en cuenta que incluye la introducción de “conductores híbridos” (los que realizan otras tareas además de conducir, por un salario más bajo), aumentos salariales insuficientes, semanas obligatorias de 70 horas, y valorando también la clara indignación y el ánimo de lucha de los trabajadores de UPS, Socialist Alternative pide un NO rotundo a dicho acuerdo provisional. ¡Hay que continuar negociando hasta obtener una oferta más sólida! Mientras tanto, tomando como ejemplo los preparativos de la huelga de UPS en 1997, los transportistas deben comenzar a organizarse interna y externamente ante la posibilidad de ir a la huelga.
La plantilla de UPS, un gran potencial de lucha
El poder potencial de los trabajadores de UPS, particularmente en el caso de una huelga, no puede infravalorarse. Con 260.000 trabajadores sindicalizados, UPS es la empresa privada con más sindicalización de los Estados Unidos. Además, es un pilar significativo de la economía estadounidense, lo que a menudo se pasa por alto. UPS transporta el equivalente al 6% del PIB nacional y al 2% del PIB mundial, lo que le convierte en una pieza clave en la economía de EE.UU. Una de las causas, el aumento del comercio electrónico. A medida que los proveedores tradicionales y directos de bienes y servicios comienzan a tambalearse, se realizan más compras a través de tiendas on-line como Amazon, lo que significa que alguien tiene que enviar esos productos del productor al almacén y del almacén al consumidor. El 30% del volumen de los paquetes de Amazon es manejado por UPS, y en 2016 UPS manejó 275 millones de paquetes para el Servicio Postal de EE.UU. En caso de una huelga, simplemente no habría una infraestructura capaz de llevar a cabo esas transacciones comerciales por valor de miles de millones.
Además de por su centralidad económica, UPS representa una palanca crucial para el movimiento obrero por otra razón, la existencia de centros de trabajo grandes y concentrados. Precisamente porque la externalización y el comercio on-line han dispersado la producción y el consumo, el sector de la logística se ha vuelto más grande y se ha concentrado. Amazon, por ejemplo, ha construido cientos de centros de distribución y organización, para mantenerse al día con la demanda, y ha contratado a cientos de miles de trabajadores. Kim Moody, fundadora de Labor Notes (red de comunicación sobre luchas obreras), escribió en 2016: "el 85% de los casi tres millones y medio de trabajadores empleados en logística en los Estados Unidos están ubicados en grandes áreas metropolitanas, recreando inintencionadamente grandes concentraciones de trabajadores en muchas de esas áreas que se suponía que debían vaciarse de trabajadores industriales". Esos trabajadores no se han atomizado, cayendo en el olvido, como algunos predijeron, sino que se han concentrado en un nuevo sector.
1997: Un gran ejemplo de lucha
En un momento en que las políticas neoliberales estaba en pleno apogeo, la huelga de UPS en 1997 demostró que el movimiento obrero organizado todavía podía paralizar a un gigante. Bajo la consigna Part time America will not work (la América de la jornada parcial no trabajará), la huelga de 1997 consiguió 10.000 contrataciones a tiempo completo, así como aumentos salariales, protección contra la subcontratación a trabajadores no sindicalizados y paralización del plan de UPS de hacerse cargo de las pensiones de IBT. En un momento en que ya se sentía la erosión del empleo indefinido y a tiempo completo, esta consigna tuvo una gran repercusión en toda la población.
Los transportistas también fueron capaces de usar su posición única para "ejecutar sus propias rutas", entregando a sus clientes su mensaje de lucha por unos puestos de trabajo dignos en lugar de paquetes. La AFL-CIO y varias organizaciones obreras declararon su apoyo a la huelga, y conserjes y otros empleados sindicalizados participaron bloqueando las entregas que los rompe-huelgas de UPS querían hacer. En Europa, los sindicatos que representaban a los trabajadores de UPS organizaron acciones de solidaridad. Las encuestas de opinión mostraron que los estadounidenses apoyaban la huelga por un margen de 2 a 1.
Gran parte del éxito de la huelga de 1997 se debió al liderazgo de Ron Carey y de los Teamsters for a Democratic Union (TDU, Transportistas por un Sindicato Democrático). La sorprendente victoria en 1991 de Carey, el candidato más militante surgido de los movimientos de base de los 70, retiró a la vieja guardia de IBT en las primeras elecciones realizadas con garantías y desde abajo en la historia del sindicato.
La dirección sindical de Carey organizó reuniones para estimular la participación de los afiliados en la elaboración de las reivindicaciones, distribuyó también cuestionarios entre ellos y desarrolló una amplia red de comunicación con voluntarios y delegados sindicales para llegar a los trabajadores uno por uno y mantener a los afiliados al día y alerta. Utilizando todos los recursos de la organización, Carey y sus compañeros fueron capaces de movilizar a los trabajadores de las localidades en donde se situaban los centros de trabajo, pusieron fin a la política de negociaciones secretas y lograron superar la resistencia de la vieja guardia.
La experiencia de 1997 señala el camino a seguir ante un nuevo aumento de la lucha de clases que ya ha comenzado con el éxito de las huelgas de profesores por todo el país y con la organización de los trabajadores de Boeing en Carolina del Sur. Unas reivindicaciones audaces, una movilización desde la base y flexibilidad de cara a utilizar todas las tácticas a disposición de los trabajadores, ofrecen mucho más a la clase trabajadora que los acuerdos secretos con los empresarios.
La dirección actual, el mayor obstáculo de los transportistas
Con esta influencia sin precedentes de UPS sobre la economía de EEUU y la creciente rabia de una fuerza de trabajo bien organizada, podríamos pensar que las actuales negociaciones serían el escenario perfecto para dar un golpe sobre la mesa por parte de los negociadores del sindicato (IBT), pero desgraciadamente muchas cosas han cambiado en los últimos 20 años. Una investigación abierta a Carey le costó su reelección siendo reemplazado en la dirección del TDU por la vieja guardia bajo el liderazgo de James Hoffa, hijo del famoso Jimmy Hoffa. El joven Hoffa ha intentado evitar a toda costa mostrar la fuerza de los trabajadores y las plantillas, y en su lugar ha seguido una estrategia de concesiones a la patronal, supuestamente para preservar puestos de trabajo y evitar peores condiciones. Este sindicalismo de concesiones de Hoffa se enfrentó a un desafío con la presentación de la candidatura alternativa de Fred Zuckerman y Sean O’Brien a la dirección del sindicato en 2016 que, con el respaldo del TDU, consiguieron el 70% de los votos de los transportistas de UPS, aunque finalmente perdieran en la votación final y definitiva para la dirección de la IBT con importantes sospechas de fraude y corrupción.
Los afiliados de base están siendo excluidos de todos los detalles de las negociaciones. Recientemente se conoció que las concesiones a UPS incluían semanas obligatorias de 70 horas para los conductores, para los "conductores híbridos", y entregas los domingos. ¡Estas propuestas vienen del equipo de negociación de IBT, no de UPS! Denis Taylor, el negociador de los contratos de IBT, ha sido increpado por las bases del sindicato por esas vergonzosas concesiones, por haber mantenido las negociaciones en secreto y por ejercer una brutal intimidación contra los miembros del equipo negociador que han filtrado dicha información o que se han manifestado críticos con dichas concesiones.
La creación de la figura de los “conductores híbridos” es justificada como una forma de quitar carga de trabajo a los conductores actuales, pero realmente significa la implantación de una categoría inferior de conductores abriendo la puerta a la eliminación de trabajos bien pagados y protegidos, de la misma forma que los empleos a tiempo parcial se han utilizado para eliminar toda una serie de trabajos a tiempo completo en áreas como la gestión de paquetes.
Desgraciadamente, la dirección de IBT se ha hecho eco de la argumentación de los portavoces de UPS, quienes han utilizado el auge de Amazon y las pésimas condiciones laborales de sus empleados para justificar que los transportistas deben hacer concesiones para que UPS siga siendo competitivo. A pesar de que UPS ganó 4.900 millones de dólares en beneficios en 2017 y está en camino de obtener ganancias récord en 2018, la compañía alega encontrarse en una situación de riesgo señalando que no puede permitirse mantener las condiciones laborales de sus empleados, y mucho menos mejorarlas.
En la carta enviada a los afiliados pidiendo autorización para convocar huelga, IBT utilizó el lenguaje más ambiguo posible, señalando por ejemplo que "nadie quiere un paro; hace daño a la compañía y a los trabajadores", o que "un fuerte voto hacia la huelga puede evitar una huelga". Incluso aunque IBT finalmente convoque huelga, la dirección encabezada por Hoffa claramente no tiene intención de hacer los esfuerzos necesarios para prepararse internamente para ella y para organizar una campaña contundente de solidaridad.
Existe cada vez más escepticismo respecto a que IBT realmente vaya a convocar huelga, incluso si los afiliados rechazan finalmente la propuesta de contrato colectivo. La TDU está intentando organizar concentraciones y mítines para explicar la situación a los afiliados y, así, tratar de crear mejores condiciones y una mejor estrategia de cara a poder vencer, pero se enfrentan a una fuerte resistencia por parte de la dirección de la IBT.
Pero también existe otro peligro de cara a una posible huelga. Bajo la ley Taft-Hartley de 1947, el presidente tiene reservado el derecho de intervenir en una huelga que pudiera generar una emergencia nacional. Durante la huelga de 1997, hubo llamamientos para que el presidente Bill Clinton ejerciera dicho poder. Clinton se contuvo, pero Trump ha mostrado muy poca preocupación respecto a la indignación pública por sus actos, y cuenta con el apoyo de ambas cámaras del Congreso. Mientras que una dirección sindical combativa podría dar la bienvenida a un enfrentamiento abierto con Trump uniendo su lucha al movimiento anti-Trump, la dirección encabezada por Hoffa prefiere abrazarse con los directivos de UPS antes que representar los intereses de los afiliados del sindicato y del sector.
¡Enseñar al mundo lo que los trabajadores de UPS pueden hacer!
Desde Socialist Alternative queremos señalar el inmenso poder del sindicato IBT de cara a movilizar a los trabajadores de UPS en torno a unas reivindicaciones muy populares, que contagiarían al conjunto de la clase trabajadora. Estas reivindicaciones deberían incluir un salario mínimo de 15 dólares por hora para los trabajadores a tiempo parcial, y su acumulación progresiva partiendo de este nuevo suelo. En lugar de “conductores híbridos” de una categoría inferior, más conductores estándar a tiempo completo, lo que permitiría que los conductores redujeran su jornada a 8 horas, pudiendo compaginar el trabajo con sus vidas. Una aplicación estricta sobre los límites de peso a cargar, más puestos de no conductores a tiempo completo y reducción de los ritmos de trabajo.
Organizarse en torno a estas reivindicaciones ayudaría a los trabajadores a reconstruir estructuras internas democráticas en el seno de los sindicatos, esenciales de cara a lograr una movilización exitosa tanto si se prepara campaña como una huelga. Los transportistas de UPS deben votar NO a la actual propuesta presentada por el equipo negociador del sindicato y enviar de nuevo a este comité negociador a la mesa de negociación para exigir un contrato que refleje sus necesidades y el poder de las plantillas y el sector. La preparación de una huelga, utilizando el modelo de la de 1997, debe comenzar de inmediato, siendo la mejor forma de desarrollar la capacidad de combate de los trabajadores de UPS (haya o no haya huelga finalmente). Debemos luchar por el mejor convenio colectivo y las mejores condiciones laborales posibles para reconstruir la confianza de la clase trabajadora y fomentar así la sindicalización en otras empresas como Fedex (gran empresa norteamericana de logística) y, aún más importante, el gigante emergente Amazon.
- • Organizar el NO en la votación del Convenio Colectivo propuesto por el equipo negociador. ¡Este comité debe volver de nuevo a la mesa de negociaciones!
- • Exigir un salario mínimo de 15 dólares/hora para los trabajadores a tiempo parcial; la no implantación de la figura de los “conductores híbridos”; más puestos de conductor estándar a tiempo completo; jornada de 8 horas e imposición de los límites de peso.
- • ¡Movilizarse y organizarse internamente como en 1997 para conseguir una victoria!