¡No al parque eólico de Labraza!
El pasado 12 de febrero fue aprobada la construcción de un parque eólico en Labraza, en el municipio alavés de Oion. Este es el primer parque eólico que se instala en la CAV en casi 20 años. Dicho proyecto va a ser posible gracias a los votos de los concejales de PNV, PP y de Bildu, partido que ostenta la alcaldía del pueblo.
Dicho parque se ubicará a un kilómetro y medio del núcleo de Labraza, en plena sierra Cantabria, un paraje natural de gran valor tanto ecológico por su biodiversidad, como paisajístico. La construcción de 8 molinos eólicos de 200 metros de altura para producir unos 40 megavatios de potencia generará un enorme impacto visual y sonoro, así como la degradación de la zona circundante por la construcción de las pistas y los cimientos para dichos aerogeneradores.
EH Bildu y la política ecológica, ¿también pragmática y realista?
Este proyecto está promovido por la sociedad Aixeindar, formada por el Ente Vasco de la Energía e Iberdrola, y ha conseguido todos los informes favorables necesarios del Gobierno vasco. El alcalde de Oion, José Manuel Villanueva (EH Bildu), justificaba su voto a favor en que “si todos los expedientes están en regla, estamos obligados a conceder la licencia. Vistos los documentos remitidos por Aixeindar y la declaración favorable del Gobierno vasco, estamos obligados por imperativo administrativo a conceder la aprobación definitiva de este plan especial”.
Esta posición de los concejales de la coalición abertzale es aún más escandalosa cuando, hasta hace tan sólo unos meses y mientras estaban en la oposición, eran los más fervientes defensores de no aprobar este proyecto. Mientras el pleno municipal se producía, en las calles del pueblo, decenas de vecinos se movilizaban contra este atropello, convocados por la plataforma Arabako Errioxa Bizirik, condenando el cambio de postura de EH Bildu al respecto y planteando la estafa que supone esta transición energética, pensada únicamente para enriquecer a las grandes empresas.

Los vecinos de Oion y de toda la zona de la Sierra Cantabria se encuentran en pie de guerra tras este a priori sorpresivo cambio de postura de EH Bildu, quienes se han escudado en el “imperativo administrativo” pero que no ha servido para apaciguar la rabia que dominó en el pleno del pasado 12 de febrero cuando se produjo tal aprobación. Y decimos a priori porque fue hace un año, el 8 de febrero de 2024 cuando EH Bildu apoyó al gobierno vasco (junto con Elkarrekin Podemos-IU) en la aprobación de la Ley de Transición Energética y Cambio Climático para el impulso de esta clase de proyectos.
La aprobación de esta ley, lejos de significar un paso adelante en la lucha contra el cambio climático, lo que ha generado es un aluvión de grandes empresas interesadas en construir sus macro proyectos energéticos en la CAV. Estas empresas están muy lejos de ser un ejemplo en la lucha en defensa del medioambiente y lo que veremos en el corto plazo es una lucha de rapiña por ver quién es capaz de obtener una mayor cuota de beneficios a costa de la destrucción de amplios parajes naturales. Solamente las inversiones de dos grandes multinacionales en “proyectos verdes” en la CAV (Solaria y BayWa) superarían los 200 millones de euros[1].
De hecho, es muy significativo del error que EH Bildu ha cometido dando luz verde a este proyecto, el hecho de que los dirigentes del PNV estén entusiasmados ante la posibilidad del comienzo de las obras en Labraza. Entre ellos, el diputado general de Araba, Ramiro González, que calificó la aprobación del proyecto como una “magnífica noticia” y alabó así el cambio de postura de EH Bildu: “donde gobierna, como en Labraza y Aramaio —parque este último que ha decaído al no recibir autorización ministerial—, los impulsa; donde no gobierna es donde pone reticencias”. Cuando el PNV te felicita y te dice que haces las cosas bien…. es que algo estás haciendo muy mal.
Una “transición energética” al servicio de las grandes empresas
Las energías renovables son necesarias para reducir la dependencia de las fósiles, pero no a costa de destruir territorios con valor ecológico y que son capaces de fijar carbono, regular las lluvias o de permitir otras actividades de mayor valor añadido que contribuyan a fijar la población en espacios rurales, como actividades agroecológicas o el turismo de parques naturales, enfocado a su conservación.
En el Estado español se lleva reduciendo el consumo de energía eléctrica de manera constante desde hace casi dos décadas motivado por la desindustrialización, el autoconsumo o mejorando la eficiencia de la red. No sucede lo mismo con los derivados del petróleo, imprescindibles para el transporte (diésel) o la industria pesada (gas natural licuado y carbón), los cuales no dejan de aumentar en el mix energético nacional.
Esto constituye el verdadero reto energético y ante el que no solo hay que aplicar soluciones tecnológicas, que suelen resultar meros maquillajes verdes, sino con medidas estructurales en lo social y político que empiecen por reducir los kilómetros que recorren los bienes y trabajadores para tratar de disminuir la total dependencia de nuestro sistema socioeconómico de las fuentes de energía fósil.
Que las energías renovables se instalen sin ningún escrúpulo en zonas de interés ecológico o que precisen de “sacrificar” pueblos como es el caso de Labraza o los casi 70 proyectos de parques eólicos y fotovoltaicos que el Gobierno Vasco se encuentra estudiando al calor de la mencionada ley[2], demuestran cómo se vuelven antiecológicas y antisociales bajo el capitalismo.
Estos proyectos son ejecutados por empresas privadas, como la noruega Statkraft, pero contando paralelamente con un importantísimo apoyo público dado que las tasas de retorno de beneficios (y producción de energía) son mucho menores que las que proporcionan los combustibles fósiles. Las empresas energéticas tradicionales como Iberdrola o Repsol no invierten en renovables producto de su gran concienciación en defensa del medioambiente. Lo hacen única y exclusivamente por razones económicas, por engrosar su cuenta de beneficios y porque existe un jugoso mercado de fondos públicos (los famosos Next Generation de la UE) y de legislación favorable para facilitar las costosas obras y mantenimiento que requieren eólicos y plantas fotovoltaicas.

Levantar un ecologismo anticapitalista y de combate
La necesidad de una transición energética está encima de la mesa, pero desde luego no así. No dirigida por una élite que, en muchos casos, forma parte también de los consejos de administración de las empresas de combustibles fósiles más contaminantes del planeta. Así sucede, pretendiéndonos hacer creer que empresas como Iberdrola, Repsol o Naturgy, se han convertido en verdes de la noche a la mañana.
La clase trabajadora es consciente de que somos uno de los sumideros energéticos del Estado Español con un porcentaje muy bajo de producción desde fuentes renovables que se explica tanto por la pasada falta de inversión pública como por la capacidad de lucha ante proyectos disfrazados de bien común pero que se traducen en lucrativos contratos para el sector privado como es el caso del TAV.
Desde hace varias décadas, los trabajadores y jóvenes vascos hemos sido protagonistas de luchas emblemáticas en defensa de nuestro medioambiente y contra estos macro proyectos energéticos, como la batalla que se dio en los años 70 y 80 contra la central nuclear de Lemóniz o las grandes movilizaciones exigiendo la depuración de responsabilidades tras el desastre del vertedero de Zaldívar, en 2020[3].
Las lecciones de todas esas luchas son muy importantes: sólo los trabajadores y la juventud, con la lucha y la movilización en la calle lograremos frenar todos los proyectos que destruyen nuestro medioambiente y que están abocando a la humanidad a un callejón sin salida. Sólo expropiando a las grandes empresas energéticas y defendiendo una planificación democrática de la economía y la energía podremos enfrentar con garantías este desafío histórico.
Notas:
[1] https://www.eleconomista.es/energia/noticias/12853909/06/24/el-freno-a-proyectos-de-solaria-en-euskadi-pone-en-peligro-150-millones-de-inversion.html
https://www.eleconomista.es/energia/noticias/12737066/03/24/baywa-preve-invertir-60-millones-en-renovables-en-euskadi.html
[2] https://www.noticiasdealava.eus/alava/2024/10/12/proyectos-renovables-alava-obligada-descarbonizacion-8799731.html
[3] https://ezkeriraultzailea.net/index.php/gaur-egungo-albisteak/ekologia/1791-zaldibar-eajren-prekaritate-ustelkeria-eta-kutsaduraren-zaborra-agerian