Trump regresa a la Casa Blanca. Un presidente de extrema derecha al servicio de la plutocracia capitalista
Tregua en Gaza, pero la barbarie sionista continúa con el apoyo del imperialismo occidental
Rojava y la trampa envenenada de los pactos con Washington
La crisis global del capitalismo y las tareas de los comunistas revolucionarios
El “Eje de la Resistencia”, Siria y la causa palestina
El antifascismo de postín, señor Sánchez, no frena a la extrema derecha
La Transición Sangrienta. Unas jornadas que no olvidaremos nunca
Centenario de Lenin. Los artículos, tesis, manifiestos y trabajos teóricos del líder bolchevique en 1917
Lucha con los comunistas revolucionarios ¡Organízate en Izquierda Revolucionaria!

banner

210406 13
210406 13


Una derrota del PNV en las elecciones de la CAV el próximo 21 de abril es una posibilidad real. Sus políticas de privatizaciones salvajes, de destrucción de la sanidad y la educación públicas, sus escándalos de corrupción o la represión creciente contra luchas obreras y sociales le están pasando factura. El nerviosismo de sus dirigentes es muy evidente.

Es pues el momento de acelerar la caída del Partido de los Negocios Vascos, no de darle oxígeno, no de considerarlo un posible aliado. El PNV, como la experiencia ha demostrado, es un enemigo declarado de la clase obrera y la juventud de Euskal Herria, pero un socio muy fiable para la burguesía española y las cloacas del Estado.

Lucha de clases y estrategia de la burguesía vasca

La posibilidad de derrotar al PNV es, por encima de todo, consecuencia del ascenso de la lucha de clases en Euskal Herria, con los trabajadores a la ofensiva, movilizados en las calles, impulsando el 56% de las huelgas que se producen en todo el Estado, con confianza en sus propias fuerzas. Luchas que en muchos casos se han saldado con importantes victorias.

La existencia de un movimiento sindical combativo, encabezado por ELA, LAB y ESK, que ha impulsado dos huelgas generales en estos cuatro años, y decenas de conflictos muy radicalizados como Tubacex, Mercedes Benz y Michelin, el metal de Bizkaia y Araba, el sector público en la CAV y Nafarroa, las huelgas de las limpiadoras del Guggenheim y de las trabajadoras de residencias de Bizkaia, SAD, TUVISA, etc…, ha sido clave. La propia convocatoria de la huelga general feminista el pasado 30 de noviembre ha sido un buen ejemplo también. Una huelga construida y convocada desde abajo, de forma militante, con la adhesión de 1.500 Comités de Empresa, y al margen de las direcciones burocráticas de CCOO y UGT y de su política militante de desmovilización y paz social.

Por supuesto la movilización constante de la juventud, en huelgas estudiantiles muy potentes, contra la represión policial, por el derecho a la vivienda digna, contra la precariedad o la destrucción climática.

La burguesía vasca sabe todo esto. Por eso mismo está actuando en dos planos. Primero, intentan renovar su desgastada imagen con un joven candidato, Imanol Pradales. Pero no engañan a nadie. El personaje que han elegido es más de lo mismo, hecho a medida de la patronal, titular de hasta 7.200 acciones de Sacyr, impulsor de grandes proyectos de construcción de infraestructuras críticas para el medio ambiente, como la ampliación de la autopista Supersur de Bilbo, y que bebe de las mejores tradiciones corruptas y clientelares del PNV.

Un perfil que permitirá continuar estrechando los vínculos del PNV con el régimen sionista genocida de Netanyahu, garantizando lucrativos negocios a grandes empresas vascas como CAF o el grupo Mondragón, y con la industria militar israelí, probada en combate, es decir, en los territorios ocupados, de cara a fortalecer y surtir la acción represiva de la Ertzaintza, su brazo armado y al que miman porque van a utilizarlo a destajo.

Segundo y muy importante. Si el PNV ha podido mantenerse en Ajuria Enea ha sido gracias al apoyo y la participación en su Gobierno del PSE, con consejeros desde hace ocho años. Y este es precisamente el quid de la cuestión: que el PSOE de Pedro Sánchez ha asegurado su apoyo incondicional al PNV en la CAV a cambio del respaldo de este último a su investidura en Madrid. Un hecho que saben perfectamente Otegi y la dirección de EH Bildu.

img
La burguesía vasca intenta renovar su desgastada imagen con Imanol Pradales. Pero no engañan a nadie. El personaje que han elegido es más de lo mismo, hecho a medida de la patronal.

El avance de EH Bildu y los peligros de su deriva hacia la socialdemocracia

En este contexto, EH Bildu aparece como la única alternativa a la izquierda en el terreno parlamentario frente al PNV y sus socios, y no deja de beneficiarse de la gran conflictividad social y laboral de estos años.

Una lucha de clases muy viva que ya hemos señalado, y se está reflejando en todos los terrenos, en las movilizaciones masivas contra el genocidio en Gaza por todo Euskal Herria, en la huelga estudiantil feminista convocada por nuestros compañeros y compañeras de Ikasle Sindikatua el 8M, y sobre todo con el surgimiento de GKS y del Movimiento Socialista impulsando movilizaciones juveniles masivas en las calles y desafiándo abiertamente a EH Bildu con un lenguaje comunista e internacionalista.

Por eso los intentos de los dirigentes abertzales de explicar su ascenso electoral por su su giro político hacia posiciones “pragmáticas e incluso conservadoras”, es decir, netamente socialdemócratas, no se corresponde con la realidad. El incremento de su apoyo no es por eso. Es el fruto del colapso completo del espacio de Podemos en Euskal Herria y de la radicalización de la lucha obrera y juvenil.

El avance electoral de EH Bildu es innegable, y podría incluso ser la fuerza más votada en estas elecciones. Una realidad que pone en evidencia el enorme potencial existente para levantar una alternativa revolucionaria anticapitalista de combate.

Pero esta realidad también presenta otra cara, y esa cara no es positiva. Hay que decirlo honestamente.

Una reflexión sobre todo lo que está ocurriendo en el ámbito de esa izquierda supuestamente alternativa al PSOE, incluyendo a EH Bildu, nos lleva a una conclusión: en lugar de tomar el cielo por asalto y confrontar con los poderes económicos y políticos del sistema, hacer avanzar la conciencia de clase y la organización revolucionaria, al final se acaba asumiendo la lógica capitalista desde el Consejo de Ministros, los sillones parlamentarios y las concejalías. Y es así como se blanquea la agenda burguesa y de recortes que pone en práctica la socialdemocracia, y se introduce el escepticismo apelando todo el rato a lo difícil que es cambiar la correlación de fuerzas.

Podemos, que en las elecciones generales de 2015 y 2016 fue la fuerza más votada en el conjunto de EH y también en la CAV, con cerca del 30% de los votos  se enfrenta hoy a su completa desaparición en EH, siguiendo la estela de Galicia, donde obtuvo tan solo el 0,26% de los votos. Y lo mismo ocurre con Sumar, cuya presencia en el Parlamento vasco también está seriamente en duda. 

Esta experiencia es una seria advertencia para la dirección de EH Bildu, y de Sortu, sobre qué tipo de izquierda necesitamos; si “posibilista y pragmática”, como señala el último documento congresual de Sortu, o revolucionaria, comunista e internacionalista, como planteamos desde Ezker Iraultzailea.

img
Podemos, que en las elecciones generales de 2015 y 2016 fue la fuerza más votada en el conjunto de EH con cerca del 30% de los votos se enfrenta hoy a su completa desaparición.

¿Gobernar con el PNV? ¿Gobernar con todos?

A pesar de esta experiencia, y del naufragio de la nueva izquierda reformista en todo el mundo, el propio Otegi, y la dirección de EH Bildu, siguen insistiendo en esa vía supuestamente pragmática. Utilizan la enorme autoridad que acumulan, los años de cárcel que han padecido y la brutal represión que han soportado.

Pero esa autoridad se puede comprometer mucho y generar una gran desafección. La insistencia en