Basta de montajes policiales y represión franquista. Altsasukoak askatu!

El 9 de octubre el Tribunal Supremo ha decidido seguir adelante con el montaje policial y judicial contra los ocho jóvenes de Altsasu. La ligera rebaja de las penas de cárcel no puede esconder el verdadero propósito de este proceso judicial que sigue consistiendo en criminalizar a la juventud de Euskal Herria, auspiciando el discurso de la derecha y la estrategia represiva de este aparato de Estado franquista. Como decían los padres y madres: “Si han intentado maquillarla, no lo han conseguido: esto es una barbaridad y un despropósito”. “No se nos escapa que esta sentencia se enroca en mantener y poner en valor los oscuros objetivos de este montaje, con implicaciones políticas, mediáticas y judiciales”.

Una vez más, el carácter franquista del aparato Estatal ha salido nítidamente a la luz. El principal argumento que ha usado la fiscalía en el juicio es la “importancia de la Guardia Civil, fiel a España, al Rey y a la Constitución”. El fallo recoge en 449 páginas únicamente la versión de la acusación.

Efectivamente, esta nueva sentencia es otra prueba de “estos oscuros objetivos” con los que primero dictan sentencia y luego apañan los hechos y los tecnicismos judiciales. Ahora, el Supremo no ve razón para aplicar los agravantes de “discriminación” ni “abuso de superioridad”. Además, se ha eximido a Aratz y a Iñaki de dos y un delito de lesiones por falta de pruebas. Aunque esto de por sí es una constatación completa de arbitrariedad jurídica, el aparato judicial no cede y las penas de cárcel siguen siendo criminales: 9 años y medio para Ohian, 8 años y medio para Adur y Jokin, 7 y medio para Jon Ander y Julen, 4 años para Aratz, 3 años y medio para Iñaki y 1 año y medio para Ainara.

Un montaje a la medida de la derecha españolista

La cronología de la actuación en bloque del aparato de Estado, junto con los partidos de la derecha y sus medios de comunicación reaccionarios, demuestra claramente el carácter de este montaje.

El 15 de octubre de 2016 en una pelea frente a un bar resultaron involucrados dos guardias civiles y sus parejas, donde la mayor lesión fue un tobillo roto (todos hemos podido ver vídeos grabados de esa noche). En medio de una campaña mediática furibunda de la reacción sobre el retorno de ETA (sin actividad desde 2010), incluyendo un tweet de Rajoy diciendo que esto no quedaría impune, 8 jóvenes de la localidad fueron acusados de terroristas. Llevaron el caso a la Audiencia Nacional donde la fiscalía pedía 62 años de cárcel para Ohian, 50 años para seis jóvenes y 12 para Ainara. La Guardia Civil llevó arrestados a Adur, Jokin y Ohian a las cárceles de Madrid en menos de un mes -14 de noviembre de 2016- y a Jon Ander, Iñaki, Aratz y Julen el 5 de junio de 2018 en prisión preventiva. El propio juicio celebrado en verano de 2018, las declaraciones, la negación de aceptar pruebas y testigos… todo fue a demostrar la farsa de este montaje.

Al final, la sentencia de la Audiencia Nacional desechó la acusación de terrorismo y ahora el Supremo desecha agravantes. Pero, la maquinaria que pusieron en marcha no pretendía demostrar hechos, ni hacer justicia… nada de eso. Perseguía y persigue un fin político, una campaña de criminalización política, y no están dispuestos a ceder a no ser que se vean obligados por la continuidad de la lucha en las calles.

Las movilizaciones y la solidaridad continuarán hasta liberar a los jóvenes

Tras conocer la sentencia del Supremo el 10 de octubre miles salieron a la calle a las concentraciones en los pueblos y ciudades de Euskal Herria. La plataforma de Altsasuko gurasoak y Altsasukoak aske han convocado para el 26 de octubre una marcha a Iruñea que terminara con una gran concentración frente al palacio de justicia, con acciones que continuarán en noviembre.

Los familiares continuarán con todos los resquicios que les permitan dar la batalla en los juzgados, hasta llegar a Estrasburgo. Pero sin duda, lo fundamental es retomar las movilizaciones que inundaron las calles, y ganaron la simpatía de millones de trabajadores y jóvenes.

Esta lucha ha conseguido traspasar las fronteras de Euskal Herria. Desde Izquierda Revolucionaria realizamos una campaña de solidaridad a nivel internacional, y continuaremos con nuestras fuerzas luchando contra este montaje. Esta sentencia, como la sentencia del 1-O en Catalunya, demuestra que debemos unir la lucha contra la represión franquista a la de trasformar la sociedad y acabar con el régimen del 78.

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