Aunque la participación en la CAV ha sido ligeramente inferior a las de anteriores municipales (factor que normalmente beneficia a la derecha), en este caso ha revelado que la estrategia de la derecha, movilizando a su electorado contra el llamado proceso de paz y buscando el desgaste del PSOE, ha fracasado rotundamente y sin embargo ha beneficiado al Partido Socialista.
La percepción de que ha habido un cambio fundamental en el escenario político, más favorable a una solución política al problema nacional, el cese de los atentados, el distanciamiento del PSOE respecto al PP, a pesar de todas las concesiones que indudablemente envalentonan a la derecha, invierte los resultados y coloca a cada uno en su sitio. El PP pierde alrededor de 50.000 votos, pasando a ser la cuarta fuerza en la CAV, mientras el PSOE es el partido más votado en Vitoria-Gasteiz y por tanto arrebata la alcaldía al PP. En Bizkaia el PSOE recupera la mayoría de las alcaldías que había perdido en la Margen Izquierda debido a su política de alianzas anteriormente con el PP y también se convierte en la primera fuerza de Gipuzkoa.
La política de privatizaciones de la derecha vasca en la sanidad y en la educación, donde recientemente ha habido huelgas y movilizaciones, junto a los escándalos de robo de dinero en la Hacienda Foral de Irún y la política represiva y despótica de Josu Jon Imaz, que al comenzar la campaña se declaró a favor de pactar con el PP si la derecha española ganaba las elecciones generales, se han hecho sentir en el PNV. Aunque en esta ocasión el PNVconcurría separado de Eusko Alkartasuna, ha experimentado una bajada de 28.000 votos respecto a los comicios al Parlamento español en 2004 en el que iban en solitario y de 74.000 votos si sumamos los que obtuvieron PNV-EA al Parlamento Vasco en 2005. En Bizkaia el PNV ha perdido la mayoría absoluta, y ha pasado de primera a tercera fuerza en Gipuzkoa y Alava.
Ezker Batua, implicado en la política del tripartito y sin ningún cambio significativo en la política de vivienda, a pesar de ir en coalición con Aralar no ha sumado votos, excepto en el caso de Gipuzkoa que han logrado dos ediles más. Sin embargo, pierde uno en Bizkaia respecto a cuando iban sólos. En Vitoria mantiene los dos concejales que tenía EB por separado aunque también ha bajado en votos y en Navarra, que iban solos, mantienen dos parlamentarios pero desaparecen en el ayuntamiento de Pamplona.
Éxito de ANV
La presentación de las candidaturas presentadas por ANV fue considerada por el Constitucional y el Tribunal Supremo como un subterfugio de las anteriores y optaron por anular 133 candidaturas de este partido y otras 260 listas de izquierdas y abertzales. Es decir, en total ANV ha podido presentar planchas "legales" en 120 localidades. Finalmente, la Izquierda Abertzale decidió agrupar su voto en ANV, sea legal o no. Tras cuatro años de ilegalización y expulsada de todas las instituciones la izquierda abertzale ha obtenido unos resultados incluso mayores que en los mejores tiempos de Euskal Herritarrok, obteniendo en torno a 184.132 votos (94.825 votos legales y 89.307 votos nulos).
De hecho la ilegalización ha creado situaciones tan insólitas como la de dos localidades de Gipuzkoa, Lizartza y Elduain, donde gobernaba el PNV valiéndose de la ilegalización de la izquierda abertzale y en estas municipales no presentaba candidaturas pidiendo el voto en blanco para seguir gobernando. De este modo con tan sólo 27 votos al PP y pese a que los 186 votos de la izquierda abertzale constituyen la primera fuerza, el PP se hará con la alcaldía de Lizartza y en el caso de Elduain con un solo voto frente a los 83 atribuibles a ANV le atribuye todos los concejales al PP.
Estos resultados indudablemente significan un apoyo claro a una solución negociada al conflicto vasco y demuestran que la política represiva y de ilegalizaciones, y las continuas concesiones del PSOE a la derecha jamás resolverán un problema de naturaleza política y no delictiva.
Navarra: Movilización del voto de izquierda para echar a UPN del Parlamento y el Ayuntamiento
En el caso de Navarra, en que además había elecciones al Parlamento Foral la participación ha subido al 71,58 %, demostrando la polarización y el deseo de desplazar al gobierno derechista de UPN-CDN, que a pesar de haber sacado más votos ha perdido la mayoría en el Parlamento y el ayuntamiento de Pamplona.
Una parte importante de los jóvenes y trabajadores veían por primera vez la posibilidad de echar al gobierno derechista de UPN-CDN votando a la coalición Nafarroa Bai, que a pesar de ser una coalición frentepopulista formada por Aralar, PNV, EA y Batzarre, ha recogido un voto claramente de izquierdas. El PSN, a pesar de sacar un parlamentario más con respecto a hace cuatro años, es la tercera fuerza por detrás de Nafarroa Bai, aunque podría aspirar a la Presidencia, si se concluye un pacto con esta coalición. De lo contrario, aceptar el pacto ofrecido por UPN significaría un suicidio político para el PSN.