Los resultados de las elecciones municipales y al Parlamento Foral de 2007 provocaron cierta ilusión entre los trabajadores y jóvenes de Navarra podíamos dejar atrás los años de gobierno de UPN. El ansia de cambio se había plasmado en una participación que superó el 75%.
En un artículo donde analizábamos cómo el PSN había traicionado estas ilusiones apoyando (mediante la abstención) la investidura de Miguel Sanz, de UPN, para gobernar otros cuatro años, decíamos: “La aspiración de echar al PP y su brazo en Navarra, UPN, era algo asumido por trabajadores y jóvenes (…) Alargar la formación de gobierno en Navarra ha perjudicado claramente al PSOE para mucho tiempo. Durante estos meses los comentarios de: ‘a mí ya no me engañan más’, ‘no les voy a votar en la vida’, hasta, ‘al final van a conseguir que los de la Ribera (el sur de Navarra) nos hagamos nacionalistas’, han sido los más frecuentes en todos los rincones de Navarra” (El Militante nº 208, septiembre 2007). Es decir, apuntábamos que esta traición a los trabajadores y jóvenes navarros les iba a pasar factura.
Esto sucedía en el segundo semestre de 2007 con una situación relativamente buena de la economía navarra con pleno empleo (el paro era el 4,27% de la población activa y sólo unos 13.000 parados) y con una sensación de que esto iba a durar más. Pero llega el verano de 2008 y con él empieza la mayor crisis financiera desde los años 30. En Navarra esto se traduce en que a día de hoy haya un 12,64% de paro, es decir más de 45.000 parados. Todo esto, junto a los ataques sociales, ha pesado a la hora de votar. Además para entender los resultados de estas elecciones hay que añadir otro factor decisivo: la posibilidad de votar, después de ocho años de prohibición, a una candidatura que la Izquierda Abertzale apoyaba.
Clara mayoría de la izquierda
En las elecciones al Parlamento ha habido una participación algo superior al 67%, es decir ocho puntos menos que en 2007.
Los resultados han sido los siguientes:
El gran derrotado ha sido el PSN que ha perdido 23.000 votos. Los que pierde NaBai en parte eran votos prestados, ahora rescatados por Bildu. Esta última formación logra resultados espectaculares en el norte de Navarra y también en alguna zona de la Rivera, como Tafalla donde ha quedado a un solo concejal de UPN y por encima del PSN. La izquierda abertzale vuelve con fuerza, pues en las elecciones de 1999, las últimas en las que se pudo presentar con su programa, entonces como Euskal Herritarrok (en alianza con Batzarre y Zutik) logró 8 escaños y 47.271 votos. El voto de Bildu significa una forma de oponerse a la política oficial de claudicación ante los poderosos, que son los que deciden la política a llevar adelante en su beneficio y no en el de la mayoría de la sociedad.
También hay que señalar que Izquierda Unida, esta vez en coalición con Batzarre, a pesar de la mayor abstención, ha subido de 14.337 a 18.457, o sea 4.100 votos más y ahora tiene 3 diputados (2 en 2007) y saca un concejal en el ayuntamiento de Pamplona que en la anterior legislatura no tenía. Pero, estando tan desprestigiado el PSN, podían haber conseguido mejores resultados siempre y cuando hubiesen luchado por un programa verdaderamente alternativo al capitalismo.
Ahora se va a constituir el nuevo Parlamento y nuevamente hay posibilidad real de cambio ya que la derecha sólo tiene 23 diputados cuando necesita 26 para alcanzar la mayoría absoluta. UPN y PP, que este año concurrían por separado, bajan cerca de 6.000 votos. Pero, aunque el dirigente del PSN diga que no hay que vetar a nadie y que tienen todas las posibilidades presentes, la mayoría de los trabajadores y jóvenes pensamos que el PSN va a desperdiciar otra oportunidad de cambiar la política en Navarra y vamos a tener que soportar un gobierno, que ellos apoyarán de una o de otra manera, mucho más agresivo con los trabajadores, los jóvenes y los derechos democráticos (el euskera, la cultura vasca, etc.), como ha demostrado Yolanda Barcina (UPN) en sus años de alcaldesa de Pamplona, con sus intervenciones contra el olen-tzero, las fiestas de los barrios, su modelo policial y demás.