¡Basta de ataques a la libertad de expresión!

Tras la multitudinaria manifestación que el pasado domingo recorrió las calles de Madrid, diversos colectivos y organizaciones estábamos impulsando una nueva concentración en Alcorcón para continuar la lucha contra el racismo y el fascismo. Una de las muchas razones, la violencia racista que se sigue padeciendo cada día en el Estado español y que ha supuesto el asesinato esta misma semana de Ilias Tahiri en un centro de menores en Almería y de Daniel Jiménez en un calabozo en Algeciras.

Sin embargo, para nuestra sorpresa, esta mañana nos hemos encontrado con una comunicación de la Delegación del Gobierno de Madrid del PSOE prohibiéndonos celebrar dicha concentración. La razón: haber convocado la concentración por trámite de urgencia, al considerar Delegación que estas muertes no lo justifican. Es realmente penoso y lamentable que nos tengamos que encontrar con esta actuación por parte del PSOE. Parece que si la lucha contra el racismo es a miles de kilómetros de distancia esta muy bien, pero cuando se lleva a la práctica aquí en el Estado español, por el cierre de los CIEs, por la derogación de la Ley de Extranjería y por la regularización de los miles de hermanos y hermanas en situación irregular, entonces ya no es tan urgente e importante.

Esta misma semana hemos visto como desde determinadas tribunas de la izquierda se cargaba contra la manifestación del pasado domingo –donde los manifestantes acudimos con mascarillas–, bajo la justificación de la lucha contra la pandemia. Y todo en medio de un proceso de desescalada con los bares y la terrazas llenas, el transporte a rebosar, y con cientos de miles de trabajadores yendo cotidianamente a sus puestos de trabajo. Si se trata de garantizar los negocios de la patronal no hay ningún problema, pero si queremos protestar contra el racismo, la xenofobia y la violencia policial, incluso garantizando las medidas de seguridad, no podemos hacerlo.

Hemos visto además como desde Delegación del Gobierno, en plena fase 0, en medio del peor momento de la pandemia, se permitían las manifestaciones ultraderechistas en el barrio de Salamanca o en la Castellana, sin que se actuara o sancionara absolutamente a nadie, e incluso contando con la complicidad de la policía. En este caso se prohíbe, y dudamos mucho que podamos contar con la complicidad y el beneplácito de la policía.

Este tipo de actuaciones, que cercenan la libertad de expresión y manifestación, y que criminalizan la protesta social, solo benefician a la reacción y a la ultraderecha. Por eso mismo, un Gobierno en el que participa Unidas Podemos no puede permitir este tipo de decisiones contra nuestros derechos democráticos. La manifestación antirracista y antifascista del pasado domingo marca el camino a seguir en la lucha contra Vox y el PP. Prohibir manifestaciones contra el racismo y el fascismo solo da alas a la reacción.

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