¡Hay que echar al PP, Cs y Vox del Gobierno de la CAM con la huelga general!
El Consejo de Ministros ha decretado finalmente el estado de alarma en la Comunidad de Madrid, después de semanas de controversias públicas y cuando este territorio se ha convertido en el epicentro de la pandemia en toda Europa, con unas cifras absolutamente insostenibles que nos acercan peligrosamente a la situación de marzo.
En respuesta a la decisión de Pedro Sánchez, la presidenta de la CAM y todo el coro de periodistas reaccionarios a su servicio han salido en tromba calificándola de medida autoritaria y dictatorial que vulnera el derecho a la libre circulación de las personas. ¡Qué cinismo! Toda esta caterva no tienen problema en aprobar y aplaudir las medidas de confinamiento clasistas en los barrios y localidades obreras más humildes de la región, en despreciar olímpicamente la situación de colapso de la atención primaria, la falta de personal sanitario, y las condiciones de miseria que crecen día a día en numerosas zonas de la capital. Ellos gobiernan solo para la élite empresarial que tan buenos negocios está haciendo con la sanidad privada y la especulación inmobiliaria, y para todo ese polvo social que salió con las banderas de España por Serrano y Núñez de Balboa en pleno estado de alarma.
La situación es tan kafkiana, que el propio Gobierno de la CAM ya estaba discutiendo extender los confinamientos perimetrales a nuevos barrios. Eso sí, todos barrios obreros en los que proyectar toda la discriminación, el racismo y la represión de la que es capaz la derecha. Cuando lo que se pone en peligro es el puente del Pilar de los cayetanos del barrio de Salamanca la reacción se indigna y habla de libertad, pero en Vallecas, Villaverde, Usera o Carabanchel si se puede confinar sin problema a las familias trabajadoras, excepto para que acudan a sus puestos de trabajo a servir comidas o limpiar la mierda a los ricos.
Pero Ayuso no está sola en esta infamia. Si algo ha desnudado esta crisis es la actuación del aparato del Estado y de un poder judicial completamente reaccionario, plagado de franquistas, que ayer tumbó las medidas de confinamiento porque afectaban a las zonas donde sus señorías y sus familias disfrutan de sus privilegios. En el auto, los jueces del Tribunal Superior de Justicia de Madrid señalan que “constituyen una injerencia de los poderes públicos en los derechos fundamentales de los ciudadanos sin habilitación legal que la ampare. Es decir, no autorizada por sus representantes en las Cortes Generales”. Sin embargo, una semana antes, y en las mismas circunstancias, avalaban sin problema los confinamientos perimetrales de los barrios obreros. Aquí se ve una vez más el carácter clasista y reaccionario de ese poder judicial tantas veces loado desde la izquierda parlamentaria y reformista.
La sanidad pública colapsada, pero solo importan los negocios de la patronal
La Comunidad de Madrid de Díaz Ayuso enfrenta una situación completamente catastrófica. El número de nuevos casos incorporados hoy a las estadísticas, según cifras de la propia CAM, es de 3.151, y de ellos 1.737 solo en las últimas 24 horas. Por otro lado se han producido 2.733 nuevos ingresos hospitalarios en las últimas 24 horas, de los que 487 han sido en UCI. Una cifras que son muy inferiores a las reales, ya que la CAM no esta actualizando a tiempo los datos y se están dejando de hacer PCR a personas con síntomas ante la falta abrumadora de medios técnicos y humanos.
La completa destrucción de la sanidad pública en Madrid tras años de recortes y privatizaciones por parte de los Gobiernos del PP, esta llevando al sistema sanitario a una nueva situación de colapso. Los centros de atención primara de muchos barrios obreros están completamente desbordados, la atención telefónica ya ha colapsado, numerosas operaciones urgentes en los hospitales públicos han sido canceladas, poniendo en riesgo la vida de los pacientes, y la falta de personal sanitario y no sanitario esta llevando a las y los trabajadores a una situación de agotamiento extremo.
A Díaz Ayuso, Casado, Aguado o Abascal todo esto les da lo mismo, ya que por encima de la salud y la vida de los madrileños están los negocios. Sí, este es un aspecto fundamental. La política errática de Ayuso no es tan errática, y no es solo fruto de la incompetencia, sino que es un fiel reflejo de los intereses de clase que representa. La patronal de Madrid ha acumulado grandes fortunas a costa del trabajo a destajo de los que vivimos en los barrios obreros o de nuestros hermanos inmigrantes a los que Ayuso criminaliza. Los que han levantado fortunas pagando salarios de miseria por jornadas interminables, salían en los telediarios congratulándose de la decisión del TSJ pensando ya en las cajas que podrían hacer durante este puente.
El Estado de alarma no es suficiente. Hay que combatir a la derecha y a la ultraderecha con hechos ¡Hacia la huelga general en la CAM!
No puede haber más razones para acabar con el Gobierno de Ayuso y desalojar a la derecha de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, en un contexto tan crítico cómo el que vivimos, la oposición parlamentaria y sindical (PSOE, Unidas Podemos, Más Madrid y los sindicatos CCOO y UGT) siguen sin pedir siquiera la dimisión de Ayuso, y sin plantear un plan contundente de lucha para tumbar a todos estos reaccionarios. ¡Esto es un grave error y las consecuencias las pagaremos los trabajadores!
Hoy mismo hemos visto al ministro Illa denunciando la tasa de contagios en Madrid y la amenaza que se cierne sobre el sistema de salud para justificar el estado de alarma. Pero no ha dicho ni una sola palabra sobre aumentar drásticamente los presupuestos para la sanidad pública madrileña, ni tampoco ha presentado medida alguna para contratar a miles de profesionales que son necesarios ya. Se pueden poner todas las restricciones perimetrales a la ciudad de Madrid que se quieran y el Gobierno de coalición puede enzarzarse en un debate jurídico con el PP interminable, pero si no se rompe decisivamente con los recortes en sanidad no servirá de nada.
Estas son las consecuencias dramáticas de la estrategia de “unidad nacional” que con tanto ahínco defiende Pedro Sánchez, y que Unidas Podemos está respaldando. Están atrapados por su propia política. Su búsqueda desesperada de apoyos por parte de Ciudadanos y también del PP, su llamamiento constante a acordar grandes pactos de Estado con la CEOE, el Ibex 35 y la banca, les cierra el paso para actuar con la contundencia que se necesita. Esta política no ha servido para frenar a la reacción. La derecha y el aparato del estado está envalentonados y cada vez más a la ofensiva.
El Gobierno, y especialmente Unidas Podemos, están perdiendo otra gran oportunidad en la lucha contra la derecha y la extrema derecha y su programa neoliberal de privatizaciones y recortes. Durante esta semanas, y ante la situación crítica que vive la sanidad pública madrileña, se podía haber decretado la nacionalización de todas las instalaciones y personal de la sanidad privada, demostrando con hechos y cifras el compromiso efectivo de este Gobierno en el fortalecimiento de la sanidad pública.
Por otro lado, se debería haber tomado el control de la sanidad pública de la Comunidad para revertir los recortes de las últimas dos décadas, contratando a miles de médicos y médicas, enfermeras y personal esencial (cocineras, limpiadoras, celadores…) de cara a garantizar una sanidad de calidad para todas y todos. Sin duda estas medidas habrían contado con el apoyo entusiasta y mayoritario de la población.
La realidad esta demostrando que a la derecha y la extrema derecha no se las convence, se la combate mediante la organización y la lucha. Su ADN reaccionario hace que no les importe la vida ni la salud de millones de familias trabajadoras madrileñas. Para ellos, solo somos mano de obra barata de cara a seguir acumulando beneficios y vivir a cuerpo de rey.
Por eso mismo el Gobierno, y especialmente Unidas Podemos, deben rectificar su política y pasar a la ofensiva, pero con medidas y recursos concretos que transformen nuestras condiciones de vida y reviertan la pesadilla que estamos viviendo. Pero no podemos esperar. La izquierda combativa, los sindicatos de clase que no están con la política del pacto social, los movimientos sociales, tenemos que levantar ya una amplia campaña para promover la huelga general en la CAM, con asambleas masivas en barrios y empresas, con movilizaciones multitudinarias. Hay que tumbar a este gobierno del PP, Cs y Vox con la lucha de clases, no podemos permitir que se mantenga ni un minuto más.
Como la experiencia de estos años ha demostrado, cómo se demostró también con el levantamiento de Vallecas, Carabanchel, Usera, Villaverde… contra el confinamiento clasista, nuestra fuerza de la calle y en la movilización, y es la misma fuerza que dio lugar al 15M, a las Marchas de la Dignidad, a las Mareas Verde y Blanca, a las huelgas generales, la que tumbó al corrupto Gobierno de Rajoy.