Al lado de Washington y Tel Aviv en todo lo fundamental
La capa de paladín de la causa del pueblo palestino con la que Pedro Sánchez se cubrió en los momentos iniciales del genocidio israelí en Gaza se ha reducido a un montón de harapos.
Basta recordar la “reprimenda” a Netanyahu, que le granjeó los elogios de toda la prensa “progresista” y los mayores reconocimientos de sus socios de Sumar, IU y PCE. Pero la realidad se ha impuesto. Más allá de estos brindis al sol, Pedro Sánchez envió dos barcos de guerra al despliegue de la OTAN en el Mediterráneo Oriental para reforzar la posición del sionismo, y sigue calificando a la maquinaria de matar de Tel Aviv de “Gobierno amigo”. Por supuesto, las relaciones políticas, comerciales y militares van viento en popa y, si esto no fuera suficiente, desde la Moncloa rectifican su postura inicial y ahora se abren a participar en la operación militar de la UE contra el pueblo de Yemen al lado de los Estados Unidos y Reino Unido.
La diplomacia podrida no puede ocultar unos hechos que se suceden día tras día. Informaciones periodísticas han sacado a la luz que a mediados de enero el Gobierno aprobó un contrato de compra de material bélico a la empresa israelí Ebit Systems, estrechamente vinculada al Ministerio de Defensa sionista, y que promueve su material invocando que ha sido “probado en combate”. Y es verdad. El material de Ebit Systems se ha utilizado durante años contra la indefensa población de Gaza y ahora mismo en la campaña genocida. ¡Y ante esta aberrante decisión gubernamental ni uno solo de los socios parlamentarios del PSOE, ya participen en el Gobierno o lo apoyen desde fuera, levanta su voz!
Un doble lenguaje que da la espalda a la causa palestina
Los aliados del PSOE parecen sufrir un grave problema visual. Son completamente ciegos ante la colaboración del Gobierno español con Netanyahu, pero en cambio ven avances históricos en la sentencia de la Corte Penal Internacional de Justicia. Como ya hemos explicado[1], esa resolución no considera que en Gaza esté ocurriendo un genocidio, ni pide un alto el fuego inmediato al Gobierno sionista. Es más, reconoce el derecho de Israel a defenderse, y ya sabemos lo que eso significa, pero cuidando de no excederse con la población palestina. ¿En qué mundo vive este tribunal? ¿Acaso los 30.000 civiles asesinados, en su mayoría mujeres y niños, no son suficientes?
Esta sentencia es una completa burla, un insulto a las víctimas de la barbarie sionista. Pero para los dirigentes del PCE, de IU y de Sumar, “esta decisión de la Corte comienza a romper la cultura de la impunidad que el régimen israelí ha tenido en todas estas décadas”. Y eso se afirma justo en el momento en que Netanyahu, hinchado por una sentencia que le exculpa de sus crímenes, incrementa la dureza de sus ataques a los refugiados del campo de Jan Yunis y asesina impunemente, ante los ojos de quién quiera verlo, a civiles desarmados que portaban banderas blancas.
Las masivas manifestaciones del 20 de enero en numerosas ciudades del Estado español y la marcha estatal del sábado 27 han vuelto a demostrar el enorme apoyo y solidaridad con la causa del pueblo palestino y contra el genocidio sionista.
Por eso Sánchez no tiene más remedio que practicar un doble juego. De boquilla proclama su “censura” a Israel, pero los hechos desmienten completamente sus palabras. Una ficción hipócrita que sería inviable si no contase con el amable y comprensivo apoyo de la vicepresidenta Yolanda Díaz, de Sumar y de CCOO y UGT. Creando falsas ilusiones en esa “justicia” internacional que está al servicio del imperialismo occidental, solo pretenden ocultar, o al menos diluir, su servilismo hacia Washington y Bruselas, hacia la OTAN y la UE.
Este doble juego, y la renuncia a dar un puñetazo en la mesa y enfrentarse decididamente a los responsables de este genocidio y sus necesarios colaboradores y patrocinadores, es un ejemplo muy significativo de la postración ideológica que recorre a una izquierda conformista y colaboracionista.
La cobardía y la capitulación en cuestiones de principio, el oportunismo más ruin que lleva a Sánchez y sus aliados a pronunciar discursos solemnes a favor de la paz mientras aprueban los presupuestos militares más altos de la historia cumpliendo las directrices otanistas, y este afán por mantener la paz social a toda costa y que la movilización no se salga de unos límites establecidos, solo cosecharán un resultado: preparar el camino para el avance de la reacción. ¿O acaso alguien piensa que el apoyo a un Gobierno como el de Netanyahu no tendrá efectos en el fortalecimiento de la extrema derecha en el resto del mundo?
Esa impostura que considera legítimo sentarse en el Consejo de Ministros español para aprobar medidas que favorecen objetivamente al Gobierno israelí, y al mismo tiempo participar en manifestaciones contra el genocidio, no puede sostenerse.
Desde Izquierda Revolucionaria llamamos a rechazar frontalmente este escenario de maniobras y mentiras, que en nada ayuda a la causa del pueblo palestino. Necesitamos levantar una izquierda que no se pliegue ante los intereses del bloque imperialista liderado Washington, que rechace su agenda militarista y que los señale como los verdaderos responsables de que Israel haya podido llegar tan lejos en esta masacre.
Una izquierda que hable claro y que impulse la movilización internacionalista más masiva, pues el único aliado fiable de la población martirizada de Gaza y Cisjordana es la clase obrera y la juventud del mundo.
Nota:
[1] La Corte Penal Internacional no ve que haya un genocidio en Gaza. ¿20.000 niños y mujeres asesinadas no son suficientes?