Tras la derrota sufrida en el Congreso con el decreto ómnibus y de concluir un nuevo acuerdo con Junts, parece que el Gobierno de Pedro Sánchez ha dado carpetazo a la minicrisis parlamentaria. Obviamente millones de pensionistas respiran aliviados después de esta incertidumbre, y millones de trabajadores podrán contar con algunas rebajas para el transporte en medio de un panorama económico cada día más difícil para nuestra clase.

La confluencia del PP junto a Vox y a Junts para tumbar inicialmente el decreto permitió a Sánchez desplegar una ofensiva mediática contra la derecha que tuvo resonancia. Estos reaccionarios que cuando dirigían el Gobierno con Mariano Rajoy se jactaban de congelar las pensiones, y que son los campeones de demoler los servicios públicos, no engañan a nadie. Pero es importante también que en la izquierda, entre la militancia honesta y las decenas de miles de activistas que peleamos cotidianamente por el derecho a la vivienda, a una sanidad y educación públicas y de calidad, no compremos campañas que lanzan mucho humo para esconder carencias sangrantes.

Este Gobierno tiene una hoja de ruta y no es precisamente hacia la izquierda. La mejor manera de resumir la política económica y social del PSOE y sus aliados de Sumar es señalando los récords alcanzados... por la banca y las grandes empresas del IBEX 35, por los rentistas, especuladores y empresarios parásitos que levantan fortunas explotando mano de obra inmigrante, y los récords de pérdida del poder adquisitivo de los salarios y de empobrecimiento entre sectores crecientes de la clase obrera, incluyendo encabezar las tasas de pobreza infantil de la UE.

Es cierto que el auge del turismo, del sector servicios y la industria agroalimentaria ha hecho crecer un tipo de empleo, fundamentalmente precario y mal pagado, que está concediendo un respiro a un sector de las familias trabajadoras. Pero los problemas sociales son cada vez de mayor envergadura, y se agravan bajo el Gobierno de Pedro Sánchez.

La subida descontrolada de los alquileres pone a la juventud y a las familias trabajadoras en una situación límite. Todas las promesas de Sánchez sobre los topes al alquiler, sobre una empresa estatal de “vivienda”, sobre la “prohibición de los desahucios” son pura palabrería.

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La subida descontrolada de los alquileres pone a la juventud y a las familias trabajadoras en una situación límite. Todas las promesas de Sánchez sobre vivienda son pura palabrería.

Que estamos a las puertas de un motín social lo saben muy bien. En los últimos meses se han producido manifestaciones multitudinarias exigiendo la intervención del mercado de la vivienda y la bajada drástica de los alquileres. Pero PSOE y Sumar hacen oídos sordos y no toman ninguna medida efectiva porque están atados de pies y manos a los intereses de las grandes empresas de la construcción, los bancos y las inmobiliarias.

Lo mismo podemos decir respecto a su sumisión a la OTAN y el imperialismo estadounidense, que los ha llevado a financiar generosamente al régimen neonazi de Zelenski y mantener intactas las relaciones diplomáticas, comerciales y militares con el genocida Netanyahu. Y ahora, este Gobierno tiene también el dudoso honor de encabezar el gasto militar más grande de la historia de nuestro país, que en 2024 podría superar la friolera de los 60.000 millones de euros.[1]

Y es que Sánchez un día es capaz de hablar a favor del pueblo palestino, algo que es gratis y no obliga a nada, y otro, como ocurrió el 27 de enero, reunirse en La Moncloa con el secretario general de la OTAN, el holandés Mark Rutte, y reconfortarle con un argumento demoledor: “España ha incrementado el gasto en defensa en un 70% en la última década”.[2]

La paz social también fortalece a la extrema derecha

Pese a la debilidad parlamentaria, a la desbocada ofensiva del aparato judicial y a los aullidos de odio de la derecha política y mediática, la continuidad del Gobierno no aparece amenazada de forma inminente. La clave de esta estabilidad reside en la satisfacción de la clase dominante con la política económica de Pedro Sánchez y sus ministros, que se han erigido en un baluarte de la paz social, en especialistas en contener la conflictividad laboral en tasas excepcionalmente bajas. 

Mientras que Francia ha atravesado luchas obreras extraordinarias en los últimos años y en Alemania o Reino Unido se ha vivido una oleada de huelgas reivindicativas, ofensivas y defensivas, en el Estado español, con unas condiciones laborales notablemente peores, el esfuerzo combinado del PSOE, Sumar, CCOO y UGT asegura a los empresarios tranquilidad para seguir exprimiendo a sus asalariados. Como siempre declara el presidente de la CEOE, “la paz social es un valor a defender” y por ella se recompensa generosamente a la burocracia sindical.

Pero la clase dominante sabe que los tiempos que se avecinan van a ser duros y se prepara para ello. La descomposición social de los países capitalistas avanzados alimenta a las fuerzas de la extrema derecha, y es evidente que sectores decisivos de la burguesía no van a renunciar a emplearlas ante la intensa lucha de clases que se está preparando.

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La continuidad del Gobierno no aparece amenazada de forma inminente. La clave de esta estabilidad reside en la satisfacción de la clase dominante con la política económica de Pedro Sánchez y sus ministros

La guerra interna desencadenada por Trump contra los trabajadores migrantes siembra el terreno para golpear al resto de la clase obrera norteamericana, y es un aviso muy serio de lo que podría aguardarnos en la “democrática Europa”. De hecho, ya está ocurriendo en muchos países con el endurecimiento de la represión, la legislación racista y antisindical que inunda los parlamentos y el poder que se otorga a un aparato policial cada día más fascistizado. Y que no nos digan que eso no puede pasar aquí, en el Estado español, porque lo estamos viviendo cada día un poco más.

La experiencia histórica es concluyente: ningún partido comprometido en la defensa del sistema capitalista parará la ofensiva reaccionaria en la actual coyuntura. Solo la más decidida movilización de la clase obrera, luchando por un programa comunista, podrá frenarla.

 

[1] Datos del magnífico estudio del colectivo antimilitarista Tortuga https://www.grupotortuga.com/El-gasto-militar-espanol-de-2024#:~:text=El%20presupuesto%20del%20Ministerio%20de,de%20un%206%25%20del%20PIB.

[2] https://www.rtve.es/noticias/20250127/sanchez-se-reune-con-rutte-reafirma-compromiso-espana-alcanzar-2-del-pib-defensa-2029/16424435.shtml

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