El PP y los jueces: ¡¡culpables!!
Como podemos ver por todo el Estado los últimos meses, la justicia es absolutamente independiente. Independiente de la mayoría de la sociedad, de los trabajadores, de los jóvenes. Y dependiente del poder. La sentencia que da carpetazo a la vía penal, en el proceso abierto a raíz de la tragedia en el metro de Valencia del 3 de julio del año pasado, declara probado que hubo exceso de velocidad y que ésta es la causa del accidente. Los jueces se niegan a investigar otras posibles causas y, en la práctica, acusan de toda la tragedia al conductor, víctima mortal también.
Todo un insulto a la inteligencia. ¿Qué motivó esa velocidad? ¿Por qué no había ninguna forma de comunicación del conductor, en ese tramo? ¿Por qué ningún sistema garantiza la seguridad del convoy en casos de exceso de velocidad? ¿Nada tienen que ver las precarias condiciones de ese convoy, ni el peligroso trazado del recorrido, ni su falta de mantenimiento, ni las condiciones laborales de los conductores, ni posibles presiones desde la dirección para ir más rápido? No, nada de esto se ha investigado. ¿Habrán cogido Sus Señorías el metro alguna vez? ¿Permitirán las mismas deplorables condiciones en sus trayectos en caros coches, o en sus vuelos?
Como era de esperar, sí que hay un exceso de indignación entre víctimas y familiares de estas. La Asociación de Víctimas de Metro 3-J convocó inmediatamente una manifestación, a la que acudimos unas 4.000 personas.
En la primera asamblea de víctimas y familiares, algunos asistentes expresaban su desconfianza hacia los políticos que juegan con nuestras vidas de forma irresponsable, pero querían confiar en la justicia. Otros compañeros insistimos en que, aunque había que ir a los tribunales, sólo podíamos confiar en la lucha. Posteriormente se formó la asociación (lo que fue un enorme paso adelante), combinando correctamente el terreno judicial (todavía está pendiente el juicio por la vía administrativa) y la movilización (se manifiestan los días 3 de cada mes).
Unir la lucha de víctimas y trabajadores
Más que nunca, la lucha ha de continuar. Hasta que dimitan y se castigue a los responsables, hasta que se cobren indemnizaciones justas, hasta que se tomen las medidas para garantizar un metro seguro. Y los dirigentes de los sindicatos y de las organizaciones de izquierda tienen la obligación de respaldar con todas sus fuerzas a la asociación, no sólo de palabra o testimonialmente. ¿Dónde estaban los dirigentes sindicales del metro? ¿Por qué no convocaron huelga? Es urgente unir la lucha de víctimas y familiares con el colectivo de trabajadores, víctima igualmente de un servicio público degradado y peligroso.
La campaña electoral es el momento ideal para hacer actos en los barrios y poblaciones obreras, en la Universidad, en los propios talleres del metro. Y explicar la realidad de las causas de esta tragedia.
Algunos compañeros tienen miedo de que se politice la lucha. Expresan un sano instinto de lucha contra cualquier tipo de manipulación. Pero hay que ir más allá, entender que nuestros muertos y heridos son consecuencia, no sólo de las negligencias de determinados cargos de FGV (la empresa pública de metro) o la Conselleria, sino sobre todo de una determinada política. Una política, la del PP, que prioriza la Copa América, la visita del Papa, los conciertos con la educación y sanidad privadas y las ayudas a la deslocalización industrial frente a las necesidades de la mayoría de la sociedad: una sanidad y una educación públicas de calidad, un metro seguro, vivienda barata, etc. La lucha pasa por echar a la derecha del Palau de Manises. Pero eso no significa ningún cheque en blanco a la actual oposición. Una vez más, la lucha es el único camino, pase lo que pase en las elecciones. Y la lucha, cuanto más unida, mejor. Es necesaria una movilización general para defender los servicios públicos; en estos momentos están en lucha los profesores del sector público, y hay varios días de huelga convocados en la sanidad pública para exigir más medios y menos precariedad en el trabajo. A esto hay que sumar los miles de trabajadores y estudiantes que se han movilizado en los últimos meses por el derecho a la vivienda. ¡Tenemos fuerza para cambiar las cosas, pero hay que concentrarla!
¡Servicios públicos de calidad!
¡Por un metro seguro!
¡Justicia y castigo a los culpables!