No olvidamos, seguimos gritando: ¡No a la guerra!

No olvidamos, seguimos gritando: ¡No a la guerra!

 

El 17 de marzo se celebró la jornada internacional de movilizaciones para recordar el inicio de la guerra imperialista contra Iraq el pasado 20 de marzo de 2003. Hubo manifestaciones en las principales capitales del globo, sin embargo, fue especialmente significativa la movilización de Madrid, con una asistencia de alrededor de cuatrocientas mil personas y una nutrida presencia de jóvenes. Los asistentes no sólo mostraban su rechazo a la matanza que siguen sufriendo los iraquíes, sino también -y precisamente por eso fue la más masiva del planeta-, querían demostrar el masivo rechazo a las constantes procesiones reaccionarias organizadas por la derecha y que no han sido respondidas por la izquierda.
Vergonzosamente, todos los medios de comunicación, incluidos los vinculados al grupo Prisa, minimizaron la repercusión de esta movilización, amplificando, por contra, la que en esos mismos momentos, reaccionarios venidos de toda la península celebraban en Iruña "por la unidad de España". Así, aunque El País reconoció que la movilización del sábado 10 del PP contra el gobierno había agrupado a más de 300.000 (muy lejos de los dos millones de asistentes que Jiménez Losantos asegura), la edición del domingo 18 ocultaba la celebración de la manifestación de la izquierda, dedicándole un trozo de página interior, cifrando la manifestación en "Decenas de miles...".


El ambiente

El que la manifestación fue un desquite de la izquierda contra el PP y la derecha se podía comprobar en el buen ambiente existente. Las consignas que más eco tenían "¡Hemos venido! ¡No nos han traído!", ya que las concentraciones del PP recuerdan a las del franquismo... merienda gratis incluida para los que vienen de visita de los pueblos; "¡Telemadrid, manipulación!", al fin y al cabo todos sabemos que si el metro de Madrid funciona mal es porque nos colocamos mal en el anden... etc. y, por supuesto, "¡No a la guerra!". La verdadera estrella fue nuevamente Aznar, que puede presumir de ser el ex presidente del gobierno "democrático" más odiado de la historia. El trío de las Azores tienen más aspectos en común que el haber posado juntos en una foto.
Con los asistentes se podían entablar debates de mucho calado político, demostrando la comprensión que la clase obrera y la juventud tienen de los acontecimientos que estamos viviendo. Algunos veteranos recordaban familiares perdidos de la guerra civil y equiparaban correctamente al PP con los herederos del franquismo. Conversando tranquilamente podíamos hacer recordar el carácter imperialista de la guerra en Afganistán, donde siguen desplegadas tropas españolas, o criticar la tibieza de la política de Zapatero frente a la ofensiva de Rajoy, Acebes y Zapalana. También salían a la superficie los conflictos más sociales: las condiciones laborales, la vivienda... Así, aunque en la manifestación se percibía un respaldo mayoritario a Zapatero frente al PP y su ofensiva reaccionaria, había un ambiente favorable a la crítica por la izquierda.
El cortejo del Sindicato de Estudiantes, que agrupó a un número muy significativo de jóvenes estaba encabezado por una pancarta de palos con la consigna "Fuera las tropas de Iraq, Líbano y Afganistán" y una de arrastre que decía "No a la guerra imperialista, presupuestos militares para gastos sociales" fue visto con simpatía por los manifestantes.

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