Las caras de los dirigentes políticos el 18 de febrero por la noche eran un mapa: serios, pero eso sí, en su papel de políticos profesionales, defendiendo el resultado del referéndum como legítimo, cuando tan sólo un 36,28% de la población con derecho a voto lo ejerció.
Al día siguiente todo tipo de excusas: que si en los referéndum la gente vota poco, que si como era evidente que el SÍ iba a salir que la gente se confió, ¡que si había carnavales en Cádiz!... Pero ha sido tan evidente el fracaso en el terreno de la participación que tanto PSOE como IU han tenido que admitir su decepción. Ahora bien, los dirigentes de ambos partidos dejan claro que como el SÍ fue tan abrumador (un 87,45%) pues eso significa que el estatuto queda legitimado.
Según el presidente Chaves, a pesar de todo ha sido un "éxito" y el nuevo estatuto fue una "decisión acertada y la volvería a adoptar". Según Valderas, coordinador de IU en Andalucía, "el trabajo de IU será lograr el cumplimiento exhaustivo de los 250 artículos del estatuto". En las páginas de El Militante ya hemos explicado algunos de los escandalosos artículos que van contra las condiciones laborales, educativas, sanitarias y de vida de los trabajadores y jóvenes. Pero, a pesar de todo esto los dirigentes de los principales partidos de los trabajadores se van a tapar los ojos y los oídos y lo llevarán adelante.
Sólo nos gustaría recordar lo que la dirección de IU dijo sobre la bajísima participación en el referéndum de la constitución europea, donde sólo votó el 42,32% (6 puntos más que en el andaluz):
"Este Tratado Constitucional nace políticamente malherido por la abstención y por la irresponsabilidad de quienes no han entendido que un nuevo momento político reclama una manera diferente de hacer las cosas"
"La abstención de las pasadas elecciones ha dicho ‘No' a este modelo y no es pensable seguir como si no pasara nada".
Esto está escrito en la Propuesta de texto para el debate en la VIII Asamblea de IU aprobada en el consejo político federal del 25 de septiembre de 2004.
Pero ¿por qué tanta abstención?
Aunque ahora se reprochen los unos a los otros la enorme abstención, la realidad es que la responsabilidad, por lo que tiene que ver con la clase obrera, es de las direcciones del PSOE e IU y de CCOO y UGT. Los trabajadores han comprobado durante ocho años la política de los gobiernos del PP como también de la actitud de ataque sistemático a aquellas medidas progresistas que en un primer momento tomó el gobierno de Zapatero (retirada de tropas, ley de parejas homosexuales). Es evidente que la clase obrera no puede entender cómo la derecha y la izquierda se ponen de acuerdo para aprobar algo que todos dicen que es tan importante e histórico. Algunos comentarios que se hacían entre la gente era "si lo apoya el PP no puede ser bueno". Más claro el agua. Lo que pone encima de la mesa esta abstención no es la "crispación" entre dos partidos como dice Valderas, sino que el instinto de clase de los trabajadores ha sido muy superior al de sus dirigentes. Los dirigentes deberían tomar nota de esta lección.
Marinaleda, un ejemplo
A diferencia de esto vemos en un pueblo como Marinaleda que, cuando la dirección política de la clase obrera está en manos de revolucionarios y conscientemente se ayuda a elevar el nivel político de un pueblo entero; cuando se utiliza la posición de un ayuntamiento para hacer avanzar la conciencia de los trabajadores; cuando se lleva años animando y poniendo las bases para la participación sindical y política de un pueblo, entonces la clase responde contundentemente: la participación ha sido de un 64,01% y el NO ha ganado con un 59,63%. "Y eso que casi no hemos hecho campaña", explica Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde de un pueblo que es un ejemplo para los revolucionarios de todo el estado.