Entrevista a Juan Antonio Delgado Ramos, Secretario de Comunicación de la AUGC
Juan Antonio Delgado.- AUGC es la heredera del clandestino Sindicato Unificado de Guardias Civiles. Con la llegada de la democracia, los guardias civiles, como el resto de ciudadanos, se apuntan al carro de la democracia.
EM.- ¿Cuáles son los objetivos y reivindicaciones actuales de la AUGC?
J.A.D.- Somos una organización que representamos a más de 25.000 guardias civiles. Defendemos una Guardia Civil del siglo XXI, es decir, moderna y democrática, para ofrecer al ciudadano el servicio eficaz que se merece. Todo esto sin olvidar que los guardias civiles también somos trabajadores como el resto, por ello, reclamamos los mismos derechos que ya gozan el resto de ciudadanos de este país. Actualmente tenemos restringidos muchos derechos; libertad sindical, libertad de expresión, etc. No entendemos nuestro carácter militar; no somos soldados, somos policías. Para llevar a cabo nuestras funciones no hace falta saber desfilar. Preferimos que un guardia civil sepa perfectamente desenvolverse ante un episodio de violencia de género, ayudar al fenómeno de la inmigración, o regular el tráfico, y para eso necesitamos que en nuestras academias se den más horas de prácticas policiales y ninguna de prácticas militares. En esto el beneficiado será el ciudadano.
EM.- ¿Qué ambiente se vive en los cuarteles? ¿Cuáles son las condiciones de trabajo y el salario del guardia civil medio?
J.A.D.- Cuando se creó la Guardia Civil, se construían las casas cuarteles a las afueras de los pueblos y se obligaba a los agentes a vivir en ellos. El objetivo que se perseguía era tener a los agentes apartados del resto de la sociedad, era una clara estrategia militar y caciquil, la Guardia Civil era la policía de los terratenientes y no del pueblo. Hoy todavía se nos obliga a vivir en casas cuarteles, la mayoría están en estado ruinoso por que son de principios de siglo pasado e incluso de antes. Además imagínese que los médicos tuvieran por obligación que vivir en el hospital. Nunca desconectarían, siempre entre sus pacientes, sus compañeros y sus jefes. En nuestros acuartelamientos quien pone las normas para la comunidad que viven en ella es el jefe. Él decide y el resto sólo podemos acatar.
Sobre nuestros sueldos, decirle que somos la policía peor pagada de toda Europa.
EM.- Han salido varios escándalos en los medios de comunicación sobre sobornos y enriquecimiento ilegal por parte de mandos militares de la Guardia Civil. ¿No te parece que hay una "doble moral" con respecto a la situación que viven día a día los agentes normales en relación a la que tienen los mandos?
J.A.D.- En la Guardia Civil hemos conocidos importantes episodios de corrupción. La mayoría protagonizada por altos mandos, desde la intentona golpista que protagonizó el teniente coronel Tejero hasta la guerra sucia (los GAL) llevada a cabo por el coronel Galindo, pasando por el caso Roldán en la que también estaban implicado algunos altos mandos de la Guardia Civil. Esto no quiere decir que todos los jefes sean corruptos. También los hay muy comprometidos con la democracia y con el estado de derecho. En general, estos casos de corrupción no tiene nada que ver con la importante labor que realizamos la mayoría de guardias civiles, sobre todo en cuestiones como la inmigración, donde la labor de los guardias civiles es fundamentalmente salvar vidas.
EM.- ¿Qué promesas hizo el PSOE, y a través de quién, a vuestros representantes antes de las últimas elecciones generales?
J.A.D.- El PSOE lleva escrito en su programa electoral tres grandes proyectos para la Guardia Civil; la equiparación salarial, la reforma del nuestro régimen disciplinario y la ley de derechos y deberes (algo parecido al estatuto de los trabajadores). Como digo eso está escrito en su programa electoral, pero a menos de un año para que acabe la legislatura, los guardias civiles seguimos esperando. Lo que más nos duele es que precisamente sea un gobierno de izquierda, progresista y aperturista el que no cumpla con un colectivo tan maltratado como el nuestro. Nos sentimos ciudadanos de segunda.
EM.- Pretenden dar un escarmiento a vuestra asociación y los tres meses de suspensión de empleo y sueldo que os han impuesto a algunos dirigentes sería el primer paso ¿No crees que los dirigentes de CCOO, UGT, CGT, IU, etc. deberían empezar una campaña convocando manifestaciones unificadas en defensa vuestra en todo el Estado?
J.A.D.- En este sentido tengo que decirle sinceramente que estamos recibiendo mucho apoyo por parte de la mayoría de sindicatos de este país. Le puedo decir que no estamos solos. Y también somos conscientes de que nadie nos va a regalar nada. Los derechos hay que conquistarlos y nosotros ya hemos empezado esa conquista por el reconocimiento de esos derechos. Nada podrá parar a una organización de 25.000 trabajadores que creen en la libertad, en el estado de derecho y en la democracia..