El Grupo ArcelorMittal ganó 1.537 millones de euros en el primer trimestre de este año, un 5,4% más que en el mismo periodo del año anterior, según había informado la Comisión Nacional del Mercado de Valores. También había aumentado la cifra de negocio trimestral que había ascendido a 19.331 millones de euros, un 21% más que en el mismo periodo del año anterior. Además el presidente de la compañía, Lakshmi N. Mittal, anunció que el grupo siderúrgico había conseguido cerrar la captura de sinergias derivadas de la fusión entre Arcelor y Mittal que preveía alcanzar los 1.036 millones de euros a mediados del 2009, con mas de un año de antelación.
El Grupo ArcelorMittal ganó 1.537 millones de euros en el primer trimestre de este año, un 5,4% más que en el mismo periodo del año anterior, según había informado la Comisión Nacional del Mercado de Valores. También había aumentado la cifra de negocio trimestral que había ascendido a 19.331 millones de euros, un 21% más que en el mismo periodo del año anterior. Además el presidente de la compañía, Lakshmi N. Mittal, anunció que el grupo siderúrgico había conseguido cerrar la captura de sinergias derivadas de la fusión entre Arcelor y Mittal que preveía alcanzar los 1.036 millones de euros a mediados del 2009, con mas de un año de antelación.
El presidente de la compañía mostró su satisfacción por los resultados trimestrales y estaba optimista "a pesar de las incertidumbres que rodean la coyuntura económica mundial, que sigue observando una elevada demanda de acero y una favorable dinámica de precios". Siguiendo esta misma lógica ArcelorMittal anunció que subirá los precios de los productos planos (bobinas) en el tercer trimestre del 2008 en Europa, culpa directa según ellos del aumento del precio de las materias primas, especialmente de la chatarra.
Arcelor junto con Asturiana de Zinc (Azsa), Alcoa y en menor medida Cristalería Española tendrán que asumir un sobre coste a partir del 2009 al suprimirse la tarifa bonificada G4 por prescripción de Bruselas. En el caso de Arcelor y Azsa se calcula que los costes energéticos crecerán más de 70 millones.
Inmediatamente las directivas de las empresas han utilizado estos datos en beneficio propio como es el caso de Santiago Zaldumbide, presidente de Azsa, que amenazó hace unas semanas con el cierre de la factoría de San Juan de Nieva. No es casualidad que esto se haga recién comenzada la negociación del nuevo convenio. Pero esta es la tónica general de todas las empresas: sino se aceptan todas sus condiciones amenazan con deslocalizar.
Arcelor tampoco se libra de utilizar esta misma política, en su día amenazó con el cierre, deslocalizaciones, el fin de la siderurgia asturiana,... en definitiva con el acabose, si no se aceptaba el Plan Arco. Desde la mayoría del Comité de Empresa (UGT y USO) aceptaron el chantaje de la empresa, sin dar voz ni voto a los principales interesados: los trabajadores. Por eso no es de extrañar la tibia respuesta sindical a esta nueva amenaza, pidiendo soluciones a la administración, sin preparar e informar a los trabajadores de lo que esta sucediendo.
La realidad choca frontalmente con las declaraciones de Manuel Fernández Lito, secretario general de la Federación Estatal del Metal y la Construcción (MCA), que este mes de mayo dejaba el puesto en el consejo de administración de ArcelorMittal, para ser sustituido por un representante de CCOO: "...nos va razonablemente bien, mejor de lo que nos había ido. Hace cuatro años se iban a cerrar carril, alambrón y chapa gruesa en Gijón. Hoy todas estas instalaciones están que se salen. Asturias tiene la suerte de tener cabecera, que es lo que asegura el futuro, y por eso ahora el problema es lograr nuevas inversiones y ampliar la capacidad de acero líquido, para asegurar la materia prima y todo lo demás" Sigue dando consejos a la empresa en que le conviene mejor invertir: "...Necesitamos aumentar la capacidad de producción, y para eso mi propuesta es hacer un horno alto B nuevo, no una reparación. Hacerlo nuevo y ampliar la capacidad de producción en un millón de toneladas (de acero íiquido), para llegar a los seis anuales. Si hay más arrabio, hay que transformarlo en acero, por eso hay que invertir en una nueva línea de colada continua en Avilés, y además habría que invertir en la acería de Gijón para transformar unas 650.000 toneladas allí mismo. Aguas abajo, todo esto se puede transformar en más chapa gruesa, más galvanizado...". Esto en cierta medida recuerda el cuento de la lechera. Como si las inversiones que pudieran hacer les obligara en algún momento a no hacer deslocalizaciones. Todas las ayudas, suelo industrial regalado, subvenciones varias... nada de eso vale para ganarse la fidelidad de una multinacional a un territorio. Sólo tienen un compromiso: sus beneficios.
Y cuando es preguntado por el Plan Arco, no tiene desperdicio: "Todos los acuerdos son mejorables. Pero esta empresa no se parece en nada a la de hace 10 años. Hemos sufrido y mucho, pero se ha conseguido, gracias al esfuerzo de los trabajadores. De ellos es el mérito, porque han avanzado con los tiempos, adaptándose para salir adelante". Nada dice respecto a que a los trabajadores no se les dio la oportunidad de poder expresarse y dar su opinión en el Plan Arco. Tampoco dice nada de que el plan Arco ha traído mas precariedad, mas movilidad, aumento de los ritmos de trabajo, menos plantilla... Otra cosa es que queramos competir con el resto de los trabajadores del grupo a la baja de condiciones laborales y salariales.
Debe ser cuestión de la modernidad que nos rodea el anuncio hecho estos días atrás en los que se hablaba de reducir en el 70% el personal informático subcontratado. Ya no hablamos sólo de buscar el máximo beneficio explotando mano de obra poco cualificada en otros países. El departamento de informática de las instalaciones avilesinas de Arcelor está compuesto por 180 trabajadores de los cuales la mitad son subcontratados. Tanto CCOO como UGT temen que esto sea sinónimo de deslocalizacion, ya que es casi imposible que el departamento pueda hacer frente a todo el volumen de trabajo con el que cuenta en la actualidad. Así se da casi por seguro que se contrate este trabajo en la India. En número de trabajadores afectados no parece muy escandaloso, pero si es tremendamente preocupante por las intenciones empresariales que revela.