Más de 50.000 personas llegadas de todo el Estado, recorrieron las calles madrileñas dando el mensaje inequívoco de que el pueblo sigue despierto y en la lucha. La manifestación tenía como columna vertebradora las diferentes marchas que llegaron a Madrid desde todo el Estado, y que contaban con unas 700 personas que llevaban un mes caminando para llegar a la capital.
Autobuses y gente de Madrid completaron el cuadro de miles y miles de personas marchando en pleno julio, algo digno de resaltar. La manifestación, que comenzó en Atocha, tuvo un claro carácter de izquierdas, que se podía ver en la multitud de banderas republicanas que ondeaban. Las consignas que se cantaban también dejaban respirar el aire de izquierdas, gritos como “a, anti, anticapitalistas” o “vuestra crisis no la pagamos” además de algunas contra banqueros como Botín o a políticos como Zapatero y Rajoy se mezclaban con el ya clásico, “que no nos representan”. En medio de un ambiente combativo, que no dudó de proferir pitidos y gritos ante el ministerio de sanidad y ante el banco de España, se llegó a Sol, epicentro del movimiento, donde la manifestación se disolvió esperando a la asamblea, y dejando claro que la llama del movimiento no se ha apagado.