La dirección de la fábrica de Bosch Siemens Hausgerate (BSH) en Esquíroz (cerca de Pamplona), dedicada a la fabricación de frigoríficos, presentó el 31 de agosto un expediente mixto, en el que solicita autorización para extinguir 178 contratos entre sus 833 trabajadores. Según la dirección, la empresa ha recortado su producción en un 40% en los tres últimos años, coincidiendo con la crisis. De cerca de 800.000 frigoríficos anuales a los 475.000 previstos este año y estima que de cara al futuro, se estabilizará en torno a 500.000 anuales. También pide autorización (por eso es un ERE mixto) para aplicar una suspensión temporal durante 42 días laborables para toda la plantilla de producción entre el 20 de octubre de 2011 y el 31 diciembre de 2012. BSH es un grupo alemán que se dedica al desarrollo, fabricación y venta de electrodomésticos. Tiene 41 fábricas en una docena de países y 43.000 trabajadores. En 2010 registró unas ventas de 9.000 millones de euros. La reconversión de la “línea blanca” propició su entrada en el Estado español con la compra en 1989 de la aragonesa Balay y de la navarra Safel (heredera de la antigua Super Ser). En los años 70, el grupo entró en una profunda crisis que obligó a vender en 1982 la empresa, por entonces con más de 5.000 empleados (2.500 en Navarra), al gobierno foral. Tras reflotarla, la privatizó en 1989.

Luchar por mantener todos los puestos de trabajo

El comité de empresa (6 delegados de UGT, 5 Solidari, 3 CCOO, 3 LAB, 2 ATISS y 2 CIO), en la asamblea con los trabajadores, insistió en la posibilidad de eliminar los aspectos negativos del expediente y ver si se consigue, mediante bajas incentivadas, jubilaciones anticipadas, etc. reducir el impacto del expediente. Es decir, la receta tradicional de las direcciones sindicales. En vez de negociar para limar las aristas del expediente es necesario recuperar las viejas tradiciones de lucha que pasan por extender y unificar los conflictos y así presionar de manera contundente a las direcciones sindicales para poner fecha ya a una huelga general democrática y participativa con asambleas en todas las fábricas y barrios obreros.
En Navarra el paro, desde que comenzó la crisis, se ha estabilizado en más de 42.000 trabajadores y no hay día que no veamos noticias de nuevos expedientes. En Fitero, Nueva Navarra, empresa del sector textil, quiere cerrar dejando a 107 trabajadores (la mayoría mujeres) en la calle. Hace poco se cerró Arfe en Alsasua, Muebles Salcedo en Viana, las dos con más de 100 trabajadores.
No podemos ser condescendientes con la táctica de los empresarios de cerrar empresas del sector productivo cuando quieran. Es tarea de todos defender estos puestos de trabajo, que si se destruyen no se volverán a recuperar. BSH ha tenido cuantiosas ayudas del gobierno foral, por tanto, ahora se debería proceder a la nacionalización de la planta colocándola bajo el control de los trabajadores para mantener la producción.

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