“Rechazamos los intentos de la sociedad de imponer papeles sexuales y cualquier definición de nuestra naturaleza, porque hemos renunciado a dichos papeles y a los mitos simplistas de la sociedad. Queremos ser lo que somos. Queremos crear nuevas formas sociales y nuevas relaciones humanas basadas en la fraternidad, la cooperación, el amor y la desinhibición de la sexualidad.” desde Libres y Combativas y el Sindicato de Estudiantes hacemos nuestras estas palabras escritas hace casi 50 años por el Frente de Liberación Gay.

A pesar de estar finalizando la segunda década del siglo XXI, la lucha por los derechos de la comunidad LGTBI+ sigue siendo imprescindible y más necesaria que nunca. Las agresiones contra nuestro colectivo siguen aumentando de forma dramática. Tenemos muy presente la masacre en la discoteca Pulse de Orlando, cuando 50 personas murieron y 53 resultaron heridas, así como los campos de concentración para homosexuales en Chechenia y todos aquellos países donde la persecución de la comunidad LGTBI+ llega incluso a la aplicación de la pena de muerte.

En el Estado español, junto al incremento de las agresiones —sólo en Madrid el año pasado hubo 287 ataques violentos—, hace apenas unos días hemos vuelto a asistir a la muerte de una joven. En esta última ocasión fue Thalía, una madrileña de apenas 17 años, que no pudo soportar la cruel discriminación y opresión a la que era sometida en prácticamente todos los ámbitos de su vida. Su suicidio pone sobre la mesa una terrorífica estadística: más del 80% de los menores y adolescentes trans piensan en suicidarse y más del 40% lo intentan.

¡Basta de agresiones contra la comunidad LGTBI+!

Estas cifras no son casuales. El gobierno del Partido Popular con sus recortes y su ideología reaccionaria, no sólo perpetúa la discriminación de todas aquellas personas que no nos identificamos con su modelo heteropatriarcal, sino que también la alimenta. Buena prueba de ello fue la designación de la jueza María Elósegui como representante de España en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, una destacada representante de la caverna que considera la homosexualidad y la transexualidad ‘patologías’.

De la mano de la derecha y sus medios de comunicación está la cúpula de la iglesia católica. Esa misma jerarquía señalada y acusada de múltiples casos de abusos sexuales contra menores, que criminaliza día sí y día también con total impunidad a las personas del colectivo LGTBI+, tratándonos de enfermos, antinaturales, o incluso —e irónicamente— de pederastas, entre otras tantas barbaridades. Tal es el caso del Arzobispo de Alcalá, Reig Pla, famoso por su guía para curar la homosexualidad, que afirmó en la televisión que las personas homosexuales a menudo “se prostituyen” y “van a clubes de hombres” para “encontrar el infierno”. También está el ejemplo del Cardenal Fernando Sebastián, que afirma que “la homosexualidad es una deficiente sexualidad que se puede normalizar con tratamiento”. O el Obispo Casimiro López Llorente, quien dijo que “las parejas de personas del mismo sexo provocan un notable aumento de hijos con graves perturbaciones de personalidad”.

¡La movilización y la organización es el camino!

Este año celebramos el 41 aniversario de la primera manifestación gay en el Estado español. El 26 de junio de 1977, alrededor de 4.000 manifestantes alzaron sus voces en Barcelona por los derechos de la comunidad LGTBI+. Aquel grupo de personas pagó su valentía sufriendo una salvaje represión policial. Pero no fue en vano, abrieron un importante camino que seguimos construyendo hoy.

Nos estaban solos, eran parte de un movimiento formidable por la libertad y la justicia en contra la dictadura. Fueron años de combate en los que se conquistaron importantes derechos políticos y sociales, entre los que estaban la libertad de expresión y asociación, la educación pública, el derecho al aborto y al divorcio, la legalización de los anticonceptivos… Años en los que se luchaba contra la Ley sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social de las Cortes franquistas que se aplicaba contra quienes realizaban “actos de homosexualidad…”.

Hoy también nos toca levantarnos en defensa de nuestros derechos, de todos ellos, tanto en lo referido a nuestra plena libertad sexual como nuestro derecho a un puesto de trabajo digno, a una educación y una sanidad públicas de calidad… Porque nuestra opresión tiene responsables, y son los mismos que hacen sentencias como las de la Manada, los mismos que encarcelan a raperos y persiguen a seres humanos por su lugar de nacimiento o el color de su piel. Formamos parte de la gran rebelión contra las políticas reaccionarias del Partido Popular. Somos parte de la lucha contra este sistema patriarcal y opresor.

Nuestra lucha se siente hermana de la movilización de las mujeres, de las luchas de la clase trabajadora contra la explotación y de todos los movimientos sociales. Por ello, reivindicamos un movimiento LGTBI+ de combate y anticapitalista, cuyo objetivo es construir una nueva sociedad en la que todos y todas podamos vivir en genuina libertad.

¡Por una lucha LGTBI+ anticapitalista y revolucionaria!

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