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Las medidas adoptadas tanto por el Gobierno central como por las distintas consejerías educativas de las comunidades autónomas están provocando un cierre del curso escolar caótico. El Ministerio de Educación ha dejado caer todo el peso de esta crisis sobre las espaldas de millones de estudiantes, profesores y padres y madres, negándonos los recursos materiales para obtener una educación de calidad, y haciendo oídos sordos a las reivindicaciones de la comunidad educativa.

En una entrevista reciente la ministra Isabel Celaá avanzaba que el presupuesto del próximo año para la enseñanza pública está congelado y que todavía se está estudiando cómo se iniciará el curso 2020/21: es decir, que no hay ningún plan para garantizar las condiciones de seguridad sanitaria ni la calidad de la educación para todas y todos.

La irresponsabilidad del Ministerio ha dado vía libre a que la derecha haga y deshaga a sus anchas, preparando graves ataques para los estudiantes y nuestras familias. Hemos visto el caso de la Comunidad de Madrid y sus negocios con Telepizza y Rodilla a costa de la malnutrición de miles de niños y niñas, pero no es el único. El Gobierno Vasco anuncia la vuelta a las aulas para el 18 de mayo poniendo en riesgo nuestra salud, y el Gobierno central da el visto bueno a este desastre.

La vuelta a las clases es una exigencia de la patronal

La decisión totalmente negligente del Gobierno Vasco prepara el terreno para que otras comunidades autónomas puedan también plantear el regreso a los centros de estudio a finales de mayo. La principal razón que explica que se quieran retomar las clases a toda prisa es que los empresarios no quieren esperar ni un minuto más para poner todo a producir, enviar a nuestros padres y madres a sus puestos de trabajo y así seguir garantizando más beneficios económicos. Dar permisos retribuidos a nuestros padres para garantizar la conciliación familiar está descartado: hacer caja está por encima de todo y si hay que sacrificar nuestra salud y nuestra educación se hace. ¡Es una auténtica vergüenza!

Los Gobiernos autonómicos que están estudiando esta medida no están siguiendo ningún criterio sanitario porque los protocolos de seguridad que hay que cumplir son totalmente imposibles en la situación deplorable en la que se encuentra la educación pública tras años de recortes.

¿Cómo podremos garantizar la distancia de 1,5m entre pupitres con aulas totalmente masificadas? ¿El Ministerio de Educación repartirá mascarillas a los estudiantes, a los profesores y a los trabajadores de nuestros centros? ¿Asegurarán la desinfección de las aulas y tests para todo el mundo? ¿Cómo organizarán un transporte público que suele ir abarrotado? Sin poner en marcha un plan de rescate a la educación pública y sin poner todos los recursos necesarios para garantizar una vuelta a clase segura en septiembre, es imposible.

Así sólo conseguirán convertir nuestros centros en lugares de contagio y que haya un rebrote del virus. Nos negamos a poner en riesgo nuestras vidas para que un puñado de empresarios y multimillonarios sigan amasando beneficios obscenos.

La comunidad educativa debemos levantar un plan de lucha

Desde el Sindicato de Estudiantes lo decimos alto y claro: no volveremos a nuestras aulas en estas condiciones. Por eso mismo ya hemos llamado a la huelga estudiantil indefinida en todos los institutos de la Comunidad Autónoma Vasca a partir del 18 de mayo y ampliaremos este llamamiento a todos los territorios donde se plantee esta medida.

La vuelta a las aulas, la celebración de los exámenes, que la selectividad se mantenga en pie, que no se devuelvan las matrículas universitarias… demuestra que el Ministerio de Educación y de Universidades han fracaso ante la crisis educativa del Coronavirus.

Exigimos al Gobierno PSOE-UP que rectifique de forma urgente. La única salida para evitar que se ponga en riesgo nuestra salud, así como la expulsión de las y los hijos de familias trabajadoras del sistema educativo es incrementar de forma drástica la financiación económica de la educación pública.

Hacemos un llamamiento a la comunidad educativa a responder de forma contundente, oponiéndonos a cualquier intento de hacernos volver a las aulas y desnudando el chantaje al que están sometiendo a los estudiantes y profesores. Las organizaciones y sindicatos de profesores, de padres y madres, y los estudiantes debemos responder conjuntamente a todos estos ataques y exigir al Gobierno que cumpla con nuestras demandas:

1. No a la vuelta a clase, ¡finalización inmediata del curso! Reorganización de los planes de estudio para recuperar los contenidos esenciales que no hemos podido cursar.

2. Que todos los estudiantes sin excepción pasen de curso. Suspensión inmediata de todos los exámenes, incluida la EBAU. En todos los centros sin excepción deben hacer la media del curso escolar con las dos primeras evaluaciones.

3. Por una educación pública, de calidad y gratuita. Puesta en marcha de un plan de rescate a la educación pública que pase por invertir el 7% del PIB, por la contratación masiva de profesores y creación de miles de puestos fijos para los docentes, la bajada de las ratios a 15 alumnos por aula para garantizar medidas de seguridad y una atención individualizada, el aumento drástico de las becas, y la gratuidad total de la educación pública poniendo fin a las subvenciones millonarias a la enseñanza privada y concertada.

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