A raíz del debate sobre la Ley de Memoria Histórica, el Sindicato de Estudiantes inició una campaña para retirar los símbolos vinculados a la dictadura franquista en los centros de estudio. En una primera aproximación el Sindicato encontró más de 80 centros educativos, en su inmensa mayoría colegios públicos, que mantenían un nombre franquista: Francisco Franco, Serrano Súñer, Marqués de Suanzes, Carmen Polo, Primo de Rivera, etc. Además existen numerosos colegios e institutos que tienen símbolos fascistas, yugos y flechas, pollos, y demás.

Para muchas familias, acudir a estos centros educativos es todo un insulto. No podemos olvidar que fue precisamente la educación uno de los sectores que más sufrió  la guerra civil y la dictadura de Franco: maestros fusilados, monopolio educativo para la obispos y un retroceso en la calidad de la enseñanza que sumió a una generación de obreros y campesinos en la más mística y sumisa ignorancia. Aún hoy, el retraso de la educación en el Estado español y los ingentes privilegios que conserva la Iglesia católica (asignatura de religión, subvenciones...) son restos evidentes del legado franquista que pervive.
Si el MEC tuviera la voluntad política de eliminar los vestigios del franquismo en la enseñanza pública no tendría ningún problema en poder hacerlo. La mayoría de la comunidad educativa apoyaría de forma entusiasta dicha medida.

La respuesta del Ministerio de Educación

Sin embargo, nos encontramos con largas de la Administración e incluso descalificaciones. La ministra se negó a recibirnos y nos despachó con un segundón del ministerio, Gonzalo Junoy, que caracterizó nuestra iniciativa como "chuminada". Según él "durante treinta años las cosas han estado así y nadie se ha molestado". ¡Qué vergüenza!
No hubo mejor suerte en el Consejo Escolar del Estado, donde, en su Comisión Permanente, propusimos una resolución para que el Consejo instara a las Administraciones para cambiar los nombres franquistas de los centros.
La derecha, en boca de Rosa de la Cierva, miembro del Consejo nombrada a dedo por el Ministerio, llegó a insultar nuestra propuesta con alusiones a Paracuellos. Olvidaba esta monja reaccionaria que por cada Paracuellos hay cinco Plazas de Toros de Badajoz. La derecha va a tratar una y otra vez de identificar a víctimas y verdugos en la guerra civil y la dictadura. Para ellos la única "memoria histórica" es la de los "vencedores".
La Administración, CEAPA y CCOO se abstuvieron y sólo obtuvimos el apoyo de STES. Pero lo más lamentable fue la posición de UGT que votó en contra de que el Consejo tomara en consideración nuestra propuesta junto con los representantes de la derecha. Lo cierto es que previamente nos habíamos entrevistado con UGT y una responsable estatal había garantizado el apoyo de su sindicato a nuestra campaña.
Tras la vergonzosa sesión de la CP del Consejo, escribimos por carta a los secretarios generales de CCOO y UGT para que nos explicaran por qué no nos habían apoyado. Fidalgo no respondió, pero Cándido Méndez nos respondió por escrito garantizando el apoyo de la UGT a nuestra iniciativa y excusando a sus representantes en el Consejo, tratando de aplazar cualquier medida a la aprobación de la Ley de Memoria Histórica.
En la siguiente reunión de la CP del Consejo Escolar tratamos de leer un escrito de protesta por cómo se había desarrollado la reunión anterior. En un acto sin precedentes, la presidenta de dicho consejo, Carmen Maestro, impidió a nuestro representante que pudiera tomar la palabra por lo que se vio obligado a abandonar la reunión en señal de protesta.

Ahora la Ley está aprobada

El 26 de diciembre se aprobó definitivamente la Ley de Memoria Histórica. Realmente se trata de una ley muy insuficiente que en muchos aspectos equipara a los fascistas sublevados con los trabajadores y jóvenes que lucharon contra Franco. El artículo 15, dedicado a los símbolos franquistas también es muy limitado. La derecha tratará por todos los medios de que nada significativo cambie alegando que los nombres y símbolos no pueden ser retirados porque son "estricto recuerdo privado, sin exaltación de los enfrentados" o por "razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas". Un coladero legal que, sin la presión y movilización de las organizaciones de izquierdas, permitirá que muchos recuerdos del franquismo permanezcan presentes.
El MEC ha tratado de evitar nuestra propuesta para tratar de recomponer la deteriorada relación entre el gobierno y la patronal de la educación privada y privada-concertada. Una y otra vez se han empeñado en contentarles, lo vimos con la LOE y con las concesiones en Educación para la ciudadanía. El gobierno no entiende que la derecha sólo estará contenta si en marzo el PP consigue la victoria. Y si no nos creen ahí está el primer acto de la campaña electoral del PP: la última manifestación ultrarreaccionaria en Madrid el 30 de diciembre "en defensa de la familia".

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