A principios de junio se han desarrollado las primeras huelgas de los estibadores. Tras la reunión celebrada el 22 de mayo los dirigentes sindicales anunciaron que el acuerdo con la patronal estaba muy cerca, desconvocaron las dos semanas de huelga previstas y señalaron que solo restaba concretar los detalles del acuerdo. Pero, llegados al momento de redactar la letra pequeña de dicho acuerdo, la patronal se descolgó declarando que iban “a trabajar por la estabilidad de los trabajadores, pero que era complejo el mantenimiento del cien por cien de la plantilla”. Rafael Egea de la Coordinadora de Trabajadores del Mar señaló a su vez que el motivo del desencuentro en la reunión del jueves 1 de junio fue “la falta de compromiso por parte de la patronal, a subrogar el cien por cien de la plantilla”.

Seguimiento masivo de las jornadas de huelga

Los días 5, 7 y 9 de junio los estibadores llevaron a cabo una huelga de doce horas diarias de forma alterna a lo largo de una jornada de 24 horas, una hora de paro y una de trabajo. Al mantener su postura la patronal ANESCO, los estibadores volvieron a la huelga, esta vez de 48 horas completas, comenzando el miércoles 14 y acabando el viernes 16 de junio.

El seguimiento durante los dos bloques de días de huelga, ha sido del 100%. La información procedente de todos los puertos transmitía un único mensaje: la actividad de estiba, salvo la referida a los servicios mínimos, era nula. Los puertos de Pasaia en Gipuzkoa, el de Bilbao, los de Barcelona y Tarragona, el de Gijón, Avilés, A Coruña, Vigo, Santander, Valencia, Algeciras, en Canarias, en Baleares…, estuvieron paralizados.

El Gobierno y la patronal hablan de pérdidas millonarias (36 millones durante el primer bloque y 12 millones diarios durante el segundo). Las navieras y operadoras de terminales de los puertos han reprogramado todo lo que han podido las operaciones de carga y descarga concentrándolas en los días en los que no ha habido huelga. En el puerto de Algeciras, el más importante del Estado español por la cantidad de mercancías que por él pasan, las navieras han desviado las rutas de los portacontenedores otros puertos, como Sines en Portugal o Tánger en Marruecos.

En lo que se refiere a la repercusión de la huelga, al impacto económico hay que sumar la solidaridad internacional que este conflicto está despertando y que ya se está materializando en acciones concretas, como la huelga de dos horas prevista para el próximo 29 de junio en todos los puertos de Europa en apoyo a los estibadores españoles.

Qué duda cabe que este primer envite confirma el enorme potencial de fuerza que el colectivo de estibadores tiene para hacer fracasar los planes de precarización y atomización del sector de la patronal y Gobierno.

La patronal se siente fuerte

Durante estos días de huelga, los dirigentes sindicales realizaron nuevas ofertas a la patronal. Antolín Goya, representante de la Coordinadora de Trabajadores del Mar, planteó el pasado martes 13 de junio, a la salida de la última reunión fallida con ANESCO, la fórmula que los sindicatos proponían para dar una tregua al conflicto. Básicamente consistía en que si la patronal se comprometía a subrogar a todos los trabajadores, los dirigentes sindicales ofrecían una baja salarial inmediata del 5%, abrir la negociación del V Acuerdo marco con la fecha del 30 de septiembre como tope para su firma, y la bajada salarial de otro 5% una vez alcanzado el acuerdo. También pedían que las empresas participasen en los centros portuarios de empleo (CPE) —las ETT's en que se convertirán las Sagep (Sociedad Anónima de Gestión de Estibadores Portuarios) de las que actualmente dependen todos los estibadores, y participar en la formación de los que accedan a la profesión. (1) En esta misma propuesta los dirigentes sindicales accedían a aceptar una de las demandas históricas de la patronal, la de abrir un proceso negociador en cada puerto.

La patronal ANESCO, no respondió y convocó una asamblea general para el viernes 16 de junio, de la que se suponía saldría una respuesta.

A los numerosos rumores acerca de supuestas divisiones dentro de la patronal, entre un sector que querría aprovechar las ventajas de la entrada en vigor del decreto de la estiba aprobado el pasado 18 de mayo, y otro que apostaría por la estabilidad y por aceptar los posicionamientos sindicales, ANESCO contestó con hechos concretos: ¡la patronal ni siquiera votó las propuestas sindicales! En un comunicado hecho público la tarde del 16 día podemos leer: “La Asamblea de empresas estibadoras de ANESCO no ha votado sobre la propuesta presentada por las organizaciones sindicales, tras haber analizado el informe jurídico (…) que advierte sobre posibles infracciones de las leyes en defensa de la competencia y del RDL 8/2017 (decreto de la estiba)”.

ANESCO se siente fuerte, considera que tiene todos los ases en su jugada y actúa en consecuencia, con contundencia. Uno de los objetivos del Real Decreto era precisamente dotar a las empresas de un mayor poder frente a los trabajadores y facilitar la precarización de las condiciones laborales en los puertos. Lo que revelan los acontecimientos de los últimos días es que la patronal está dispuesta a aprovechar estas oportunidades al máximo.

Es necesario un giro radical en la estrategia sindical

Como hemos explicado en artículos anteriores, lo que no se gana con la movilización no se consigue en la mesa de negociación. Los dirigentes sindicales llevan meses perdiendo un tiempo precioso, apostando por el “dialogo” y dando muestras de “buena voluntad” con la desconvocatoria de los paros que estaban previstos en los momentos en que el conflicto estaba en el candelero, cuando las dificultades del PP para aprobar el decreto de la estiba en el Parlamento eran más que evidentes. Ahora, con el decreto aprobado, la Patronal quiere hacer morder el polvo a los estibadores. Por eso la lucha debe endurecerse y convertir la defensa de todos los puestos de trabajo en una raya roja.

Para el lunes 19, miércoles 21 y viernes 23 de junio están previstos nuevos paros intermitentes y los sindicatos (Coordinadora, CCOO, UGT, CGT, CIG), han ampliado el calendario de movilizaciones a todas las horas impares de los períodos de 48 horas comprendidos entre las 8 horas de lunes 26 hasta las 8 horas del miércoles 28, y entre la misma franja horaria de entre los días 29 de junio y 1 de julio, 3 de julio y 5 de julio, y 6 de julio y 8 de julio.

Aunque el colectivo de los estibadores agrupe a unos pocos miles, su capacidad para influir en la marcha de la economía es enorme y por tanto lo es su capacidad de generar presión. Pero este no es el único factor del gran potencial del sector para poder defender todos sus derechos y salir victorioso.

Se podría despertar una amplia solidaridad entre sectores muy amplios de la clase obrera y la juventud, a condición de emprender una lucha decidida y contundente que diera muestras de que de verdad se piensa hacer realidad la consigna tan coreada de “ni un paso atrás” “o todos o ninguno”. Para millones de obreros es hoy más evidente que en otras ocasiones, que la intención del Gobierno y la patronal es la de doblegar a uno de los pocos sectores que todavía quedan con unas condiciones laborales dignas ganadas a pulso con la lucha.

Lamentablemente la actual estrategia sindical sigue poniendo el énfasis en la negociación, incluso proponiendo rebajas salariales como si de un anzuelo se tratase. Planteada así la cuestión, el nuevo calendario de movilizaciones, lejos de suponer un paso adelante en la lucha, supone un retroceso en la capacidad de generar presión respecto a la huelga de 48 horas de los días 14 y 15 de junio.

La patronal y el gobierno están decididos a llegar hasta el final: su objetivo es conseguir (de momento) una reducción de los costes laborales en un 30%, para alcanzar al fin su máximo anhelo, hacer retroceder las condiciones laborales en el sector de la estiba al nivel de las que hoy imperan en otros muchos, por ejemplo en el de las telecomunicaciones, donde operan multitud de empresas en las que los trabajadores realizan su tarea por salarios de miseria, con jornadas laborales interminables y donde los derechos laborales y sindicales brillan por su ausencia.

Las condiciones laborales y salariales de los estibadores fueron conquistadas en batallas muy duras, y su defensa sólo será posible recuperando las tradiciones combativas y heroicas del sector. Los paros intermitentes están siendo torpedeados además por unos servicios mínimos abusivos (100% para las mercancías perecederas, y peligrosas y para cubrir el suministro de productos sanitarios y el abastecimiento a las islas, Ceuta y Melilla. Para el resto de servicios, se establece asegurar el 50% en comparación a una jornada normal comparable.)  (2)

Es necesario un giro radical en la estrategia sindical, hay que elaborar un calendario de movilizaciones que suponga un endurecimiento y sacar el conflicto a la calle haciendo partícipe al conjunto de la clase obrera y la juventud Hay que convocar huelgas que paralicen la actividad portuaria las 24 horas, convocando manifestaciones que transcurran por las zonas más emblemáticas de las ciudades, haciendo llamamientos al resto de la clase obrera a participar en ellas. Hay que elaborar una tabla reivindicativa que recoja la defensa de las condiciones laborales tanto de los que hoy ya están, como de los que se vayan a incorporar. Hay que rechazar la entrada de las ETTs, la doble escala salarial, etc.

De esta forma la batalla iría subiendo en intensidad, haciéndola formar parte de una lucha más amplia por el mantenimiento de las condiciones laborales de los estibadores y por la recuperación de derechos perdidos por otros sectores de la clase obrera. Con este planteamiento además de evitar seguir retrocediendo, los estibadores podrían incluso recuperar el terreno que ya le han arrebatado la patronal y el gobierno. Sumando fuerzas, elevando el nivel, y si la patronal y el gobierno siguen sin acceder a las justas reivindicaciones de los trabajadores, el terreno estaría preparado para un nuevo salto, cuestionando en la práctica el instrumento rompehuelgas legal que suponen los servicios mínimos para la patronal y el gobierno.

Romper la estrategia patronal y del gobierno solo será posible de esta forma, recurriendo a la movilización más contundente, masiva y sostenida en el tiempo, y apelando a la unidad y solidaridad más amplia posible. La victoria es posible si se actúa con decisión y con confianza en la capacidad de lucha de los trabajadores.

NOTAS

 

  1. Todas las empresas que prestan el servicio portuario de manipulación de mercancías y tienen la licencia deben integrarse como partícipes en el capital de la Sagep, con el decreto este organismo se disuelve en los Centros Portuarios de Empleo (CPE), amalgama de ETTs. Con la participación de las empresas en estos CPE, los sindicatos pretenden evitar que las ETTs sean empresas independientes unas de otras, que compitiendo entre si empujen todavía más a la baja los salarios.
  2. Como no podía ser de otra forma la Audiencia Nacional confirmó la pasada semana los servicios mínimos impuestos por el Ministerio de Fomento para la huelga de la estiba, denegando la solicitud de suspensión de los mismos que había solicitado la Coordinadora de Trabajadores del Mar.

 

 

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