Hay fuerza para enfrentar a la patronal y conseguir un convenio digno para el sector
Extender y endurecer la huelga hasta conseguir nuestras justas reivindicaciones

El pasado 21 de diciembre arrancaba con fuerza la primera jornada de huelga en supermercados. Tras dos asambleas masivas, los y las trabajadoras decidieron ocho jornadas de paro en navidades con el claro mandato a las direcciones sindicales de CCOO, UGT y USO, presentes en la mesa de negociación, de no ceder ante la patronal. El siguiente paso previsto en la movilización eran nuevas jornadas de huelga los días del 28 al 31 de diciembre. Ayer viernes 27 por la tarde, el Gobierno asturiano del PSOE, actuando de mediador, publicaba una nota en la que tenía la osadía de desconvocar la huelga tras llegar a un acuerdo con sindicatos (CCOO, UGT y USO) y patronal para establecer una primera reunión de negociación del convenio el próximo 13 de enero.

Poco después CCOO publicaba otro comunicado desconvocando la huelga, celebrando a través de sus redes sociales como una victoria este “compromiso” de la patronal de sentarse a hablar ¡¡dentro de dos semanas!!
Por su parte UGT ha vinculado la desconvocatoria de la huelga a que esta sea ratificada en asamblea por los trabajadores mañana domingo. Es urgente desmontar esta maniobra patronal, avalada por el Gobierno del PSOE y facilitada por la dirección de CCOO.

Una huelga que ha despertado la solidaridad y el apoyo masivo de la clase obrera

Las cuatro primeras jornadas de huelga han acaparado la atención y la solidaridad del conjunto de la clase obrera. Los medios de comunicación, auténticos voceros de los intereses empresariales, han tenido que reconocer el carácter inédito de esta movilización. Un sector con 12.000 trabajadores y trabajadoras que ha dicho basta a unas condiciones laborales más propias de otro siglo, sacando adelante los paros. Más allá de las declaraciones de la patronal sobre unas supuestas ridículas cifras de seguimiento (que no cuadran con las multimillonarias pérdidas de estos días que las propias empresas han declarado), cualquiera que tenga ojos en la cara ha visto la realidad; una huelga con un seguimiento muy fuerte, especialmente en Alimerka, llegando incluso a cerrar tiendas y, en la mayoría de los casos, abrirlas con poquísimos trabajadores con el objetivo de ofrecer una falsa imagen de fortaleza.

Los pasillos vacíos de clientes en plenas fiestas navideñas, las multitudinarias concentraciones de solidaridad en Gijón y Oviedo, los múltiples comunicados de apoyo, son solo algunas muestras de la tremenda fuerza de esta movilización y la solidaridad que ha generado, bajando a mínimos las ventas y destruyendo la imagen “familiar y bondadosa” construida a base de talonario en campañas de marketing de estas empresas, desvelando la auténtica naturaleza de las condiciones de miseria y el trato latiguero que ofrecen a sus empleados y empleadas.

Las propias declaraciones de Alejandro Fernández, presidente de la principal empresa del sector, Alimerka, afirmando que no tenía ningún problema en afrontar las pérdidas de la huelga porque, literalmente, “tenía dinero para comprar a ocho generaciones de trabajadores para sustituir a los huelguistas”, son un pequeño ejemplo de la consideración hacia las plantillas que tienen estas empresas y de la situación que miles de trabajadores y trabajadoras tienen que soportar diariamente en su puesto de trabajo.

Las empresas que han visto que no podían romper la huelga ni con la represión, ni usando los medios de comunicación, ni a los esquiroles, han recibido la ayuda de la burocracia de CCOO para intentar parar la lucha. Les han ofrecido "sentarse a negociar" y esto ha sido suficiente para que estos dirigentes dejen a los pies de los caballos a las trabajadoras y trabajadores.¡Hay que desmontar esta maniobra! ¡Es posible conseguirlo!

Lecciones del año pasado; negociar con la huelga convocada, la única forma de arrancar un convenio digno

Ha estado muy presente la experiencia del año pasado, cuando los sindicatos cancelaron, antes de empezar, las seis jornadas de huelga previstas en el momento en que la patronal hizo una mínima concesión de subida salarial (los famosos cincuenta euros que las direcciones sindicales vendieron como un “gran éxito”) y “prometió” sentarse a negociar el convenio.

Como era de esperar nada cambió y doce meses después seguimos igual, con condiciones de miseria y sin derechos. El cabreo de las plantillas ante aquella desconvocatoria exprés de los sindicatos ha sido evidente en las asambleas de este año, de ahí el claro mandato de no ceder ante las empresas y de no tomar ninguna decisión sin que esta sea ratificada por la asamblea de trabajadores.

Si algo ha quedado claro en estas primeras cuatro jornadas, además de la solidaridad y el apoyo masivo a la huelga, es que la patronal había preparado a conciencia esta huelga. Entre otras, no se han renovado, de forma masiva, a los y las trabajadores temporales a finales de noviembre, sino que se les ha incorporado a tiendas los días previos a la huelga para suplir a los y las huelguistas, lo que ha permitido a los mandos intermedios, encargadas, supervisoras, hacer con tiempo una campaña de miedo brutal entre las plantillas, de ahí que hayamos visto la vergonzosa concentración contra la huelga y en defensa de Alimerka en Oviedo hace unos días.

Las empresas han ido por delante de los sindicatos en la preparación de la huelga, y aún así el seguimiento ha sido muy fuerte. Los llamamientos de las direcciones sindicales, horas antes del inicio de la huelga, suplicando a las empresas un gesto que les permitiera desconvocarla, además de dar una imagen de debilidad que no se corresponde con la fuerza de lucha, han envalentonado a la patronal, decidida a mantener un pulso, infligir una derrota y dar una lección a sus trabajadores de cara al futuro.

La idea, repetida hasta la saciedad por las direcciones sindicales, de condicionar el mantenimiento de la huelga no a conseguir las reivindicaciones, sino a que simplemente la patronal se sentase a negociar ha sido utilizada ahora por la empresa y el Gobierno del PSOE con la colaboración imprescindible de CCOO y USO, para quitarse de encima las cuatro jornadas de huelga pendientes.

Desconvocar la huelga para iniciar la negociación el 13 de enero lo único que hace es beneficiar a la estrategia de la patronal y ahondar en la nefasta gestión de las direcciones sindicales.

El Gobierno asturiano del PSOE, al rescate de las empresas

En los últimos días la campaña por parte del Gobierno del PSOE en Asturias ha sido brutal. Colocándose en los hechos, más allá de declaraciones demagógicas, del lado de la patronal, ha intervenido como “mediador” con el fin de dar por finalizada la huelga y evitar cuatro nuevas jornadas.

La intervención de la guardia civil y la policía utilizando la fuerza bruta para romper el piquete que impedía salir camiones del almacén de Llanera es muy clarificadora de las intenciones del Gobierno asturiano, que no son otras que aplastar la huelga y restablecer la normalidad y los ingresos de las empresas en estas fechas.

El PSOE ha salido al rescate de la empresa con esta “mediación” aceptada por los sindicatos, y lamentablemente la dirección de CCOO, ha facilitado otra vez la misma estrategia empresarial que llevó al fracaso el año pasado, dejando además completamente indefensos e indefensas a los y las trabajadoras que han hecho la huelga y que ahora se van a enfrentar a una empresa cuyo carácter represivo es ampliamente conocido.

Hay que endurecer, reforzar y extender la huelga

Para enfrentar esta actitud es necesario endurecer, reforzar y extender la huelga con los métodos de lucha que han permitido a nuestra clase vencer en otras ocasiones. En primer lugar eligiendo en asamblea a un comité de huelga que no tome decisiones al margen de los y las trabajadoras, ni se salte los acuerdos de las asambleas. No faltan ejemplos a nuestro alrededor, la extraordinaria huelga que los y las trabajadoras francesas están protagonizando estas navidades es una fuente de inspiración al respecto.

También para que todos y todas las trabajadoras puedan mantenerse en huelga el tiempo que sea necesario es imprescindible la creación de una caja de resistencia en la que el conjunto de la clase obrera se pueda implicar y convertir en recursos toda la solidaridad que existe.

Por otra parte es importante utilizar a las plantillas de los centros, y las empresas, en los que la huelga está teniendo más seguimiento para acudir a los centros de menor seguimiento, reunir a los y las trabajadoras y contagiarlos de fuerza para que también aquí salga adelante la movilización. Hasta ahora los piquetes han empezado a recorrer tiendas después de la hora de entrada a los centros de trabajo, pero es importante que esa acción se haga antes de la hora de entrada para dar cobertura e impedir el acceso desde primera hora, evitando el control directo por parte de encargadas, supervisoras y, en definitiva, la empresa.

Para hacer posible un respaldo público masivo y la participación de familias, vecinos y la clase obrera en su conjunto en esta lucha, las convocatorias de concentraciones y manifestaciones, como la que estaba prevista para este domingo en Gijón y que se empezó a anunciar unas horas antes de la desconvocatoria de la huelga, deben realizarse con más de 24 horas de antelación y prepararse bien, dando tiempo a su difusión.

Para organizar todas estas acciones es indispensable la celebración de asambleas diarias, para combatir los bulos de la patronal, y organizar las siguientes jornadas, reforzando aquellos centros que sea necesaria y organizando y denunciar públicamente las coacciones y la vulneración de los derechos de los y las trabajadoras. En definitiva, recuperar los métodos del sindicalismo combativo, asambleario y democrático.

Existe la fuerza y el apoyo necesario para conseguir una victoria.
Viva la lucha de la clase obrera, viva la lucha de los y las trabajadoras de supermercados.

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