Así titulaba Diario de Noticias de Navarra una información sobre una huelga salvaje de un sector de trabajadores, durante su turno de trabajo la noche del viernes 6 al sábado 7. El motivo fue que a las dos de la madrugada, en el departamento de motores, cayó una puerta del raíl que va por encima de los trabajadores y aunque no golpeó a nadie, no es la primera vez que sucede. El paro duró hasta el fin del turno y se dejaron de fabricar 190 vehículos.

Los trabajadores ya habían protestado e incluso, según CGT, “existe un requerimiento por parte de la Inspección de Trabajo para que haya dos personas que comprueben que las puertas se encuentran bien sujetas y eso no siempre sucede”. La empresa argumenta que el paro fue injustificado y que podrían sancionar pero como dicen los sindicatos el riesgo es constante.

Esta reacción de los trabajadores de Volkswagen es una muestra más del enorme cabreo que existe entre los trabajadores, provocado por las cada vez peores condiciones de trabajo en las empresas, los ritmos exhaustivos, la precariedad laboral y la presión por parte de los empresarios.

Esto que sucedió el sábado 7 en Volkswagen. es una pequeña muestra de lo que nos depara el futuro. Los trabajadores se están hartando de la explotación y van a saltar.

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